A cada tiempo su arte; a cada arte su libertad II

En los 50 surgía la generación beat, fanáticos del jazz y el bebop. Aparecían los Teddy Boys&Girls, una de las primeras subculturas que nació de la juventud rebelde de la Inglaterra de posguerra, la cual revolucionó al mundo de la moda junto a un sonido eminentemente juvenil: el rock and roll. ¿Qué sucedió en las dos décadas siguientes?


En los 60, después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), se abalanzó un periodo de activismo y modernización, donde, por ejemplo, se inventó la píldora anticonceptiva, el movimiento feminista cobró importancia y Mary Quant inventó la minifalda, con un estilo sencillo, informal y colorido. Quizás así fue el principal sonido de la época marcado por Los Beatles, y por tanto, Londres se convirtió en el epicentro de la estética con una combinación gozosa de música, pintura, baile, cine, literatura etc. Los llamados mods [1] (primeros hipsters).

Mientras tanto, en Estados Unidos en esta década, en contraste a la opuesta tendencia mod, la cultura hippie floreció aparejada al consumo desmedido de drogas y sustancias nocivas, además de la música psicodélica. Así, el Festival de Música y Arte Woodstock en 1969 se convirtió en el ícono de una generación hastiada de las guerras. Quienes concurrían llevaban melena y amuletos, las chicas faldas de colores; sus símbolos eran la bandera del arcoiris y el símbolo de la paz. Los hippies estaban contra la guerra de Vietnam, por lo que Jimi Hendrix tocó el himno estadounidense solo con una guitarra eléctrica como signo de protesta ante los comportamientos bélicos del gobierno. Sus ideales eran el pacifismo, el amor libre, la vida en comunas, el ecologismo y el amor por la música y las artes.

Los hippies abogaban por la paz y mostraban su rechazo al sistema, entonces, más tarde se hicieron escuchar con un sonido de actitud independiente y contracultural: el punk. Todo lo puro y bien elaborado de la música se trasformó en sucio y mal hecho para representar los más profundos sentimientos y la cruda realidad, no visiones de posibles futuros, porque para la mayoría de los punkeros, no hay futuro[2]. La ropa también tenía que hablar; y Vivian Westwood [3] manipulaba la ropa con diferentes mensajes con los que poco a poco fue convenciendo a las grandes trasnacionales de la moda. Este movimiento estético-musical se convirtió en uno estético-filosófico como respuesta a una sociedad impregnada de clichés y estereotipos. Comenzó el concepto Do it your self / Hazlo tú mismo (DIY) que no murió en la década de los 70.

Al igual que el punk, el trash rompió las barreras entre banda y público. El estilo trash metal de pelos ensortijados y largos, vaqueros ajustados con zapatos de baloncesto y chaquetas sin mangas con parches, lo tienen bandas como Metálica, Slayer, Mega Dead. El trash subvierte de extremo a extremo lo que podría considerarse como una estética corriente, por lo que bandas como Kiss y Slipknot lo llevaron a su máxima esquizofrenia: el costume metal en los 80.

Ya en la década de los 90 irrumpe el glam: glamour más rock, cuyos máximos exponentes fueron David Bowie y Elton John. Su estética formó parte indisoluble de la música y los atuendos masculinos quedaron desplazados por los femeninos, exhibiendo una actitud descarada y provocativa. El metal contiene demasiadas vertientes tanto musicales como estéticas, algunas sucediendo de manera ubicua y transversal, por lo cual se necesita un estudio de la estética del género que no se abordará en este texto.

Permitiéndonos el flashback, desde los 70 se gestaba una nueva corriente cultural: el hip hop. Y digo cultural y no musical o danzaria[4] puesto que este es un movimiento artístico surgido en las comunidades afroamericanas y latinoamericanas de barrios populares neoyorquinos (Bronx, Queens y Brooklyn). Desde el principio destacaron manifestaciones características como la música (funk, rap, blues, DJing), el baile (breakdance, hustle, uprocking, lindy hop, popping, locking) y la pintura (aerosol, bombing, murales, y graffiti).

Esta cultura surge, en parte, por la desigualdad en la que vivían en sus guetos personas mayormente de raza negra, rodeados de prejuicios, infravaloraciones y discriminación. Por lo tanto, toda la ira provocada por el descontento social fue canalizada en canciones de rap que se auto producían y en la combinación de las disciplinas artísticas mencionadas con anterioridad. La estética del hip hop consistía en sombreros Kangol[5], impresionantes cadenas de oro, zapatillas deportivas y chaquetas de chándal (a veces de cuero) y curiosamente en el arte de copiar y remixar “bien” modas anteriores. Así aparecen estilos del bouguetto (boujee + gueto), defendidos por el diseñador de moda Dapper Dan, y el blin blin[6].


[1] Los “mods” eran chicos de clase media que vestían de forma impecable, ya que eran hijos de sastres, por lo que tenían acceso a las tendencias en ropa. Mostraban interés por las nuevas modas, como trajes entallados italianos, y estilos musicales como el soul afroamericano, el “modern jazz” y el rhythm and blues.

[2] Referencia a la canción God save the queen, Sex Pistols, 1970.

[3] Diseñadora de moda británica considerada como la principal responsable de la estética asociada con el punk y el New Wave.

[4] El baile hip hop como tal no existe, en cambio se le nombra New Style o FreeStyle.

[5] Kangol es una empresa de ropa británica famosa por sus artículos para la cabeza. El nombre Kangol refleja los materiales originales para la producción.

[6] Castellanización de un término de la cultura pop y rap que hace referencia a un estilo excesivo de ropas, bisutería y modos de vida.

Contenido relacionado para bohemios melómanos en el canal de Telegram de Horas Cantadas aquí: https://t.me/horascantadas/3


Diseño de portada: Félix M. Azcuy

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos