A Dios, una estrella más
A Dios, una estrella más

A Dios, una estrella más

Brasil ganó y gustó (y no goleó por obra y gracia del Espíritu Santo) en su debut mundialista por dos a cero ante Serbia, para algunos, el gran peligro oculto. Con el partido que concluyó al filo de las cuatro de la tarde (hora de Cuba), ya las 32 selecciones participantes en la Copa del Mundo hicieron sus estrenos y presentaron sus cartas; o parte de ellas, teniendo en cuenta que, hasta en la peor mesa de póker, siempre queda un as bajo la manga.

A Dios, una estrella más
Brasil demostró ante Serbia porqué es de las selecciones favoritas.

Dieciséis partidos después, la cita mundialista ha deparado, dicho en buen cubano, de todo un poco. En una misma jornada dos equipos pueden empatar a cero (ya van cuatro en la fase de grupos, nuevo récord) y al partido siguiente ver una goleada de escándalo como la propinada por España a Costa Rica por 7 a 0.

A todas estas y vistos los primeros resultados, los planteles que llegaban con la pesada etiqueta de favoritos han ido modificando su escala, según lo visto en su juego sobre césped catarí. Como ya decíamos anteriormente, España -para algunos subestimada- fue una de las selecciones más beneficiadas por la prensa y aficionados tras su debut. Asímismo, Argentina y Alemania salieron bastante perjudicadas, y otras, como Brasil, Inglaterra y Francia rindieron lo que se esperaba con victorias cómodas.

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Richarlison, con un golazo, puso el dos a cero definitivo.

En medio de tanto talento y goles, decidirse por un favorito a llevarse el campeonato parece tarea difícil para cualquier gurú. Sin embargo, en cualquier torneo de fútbol en el que participen equipos de América, Brasil siempre saldrá como equipo candidato a ganar. Y es que, futbolísticamente hablando, el combinado carioca es, a efectos de la Copa del Mundo, lo que el Real Madrid para la Champions League: el equipo a batir. La historia así lo demuestra: cinco títulos mundiales (máximo ganador) y siete finales disputadas (solo superada por Alemania con 8).

Ver jugar a Brasil provoca una curiosa sensación de satisfacción por la manera de tratar el balón. En un deporte, donde los balones largos y el físico se imponen en la modernidad, que un equipo juegue con velocidad, técnica y toques rápidos es algo muy raro de ver; por eso la pentacampeona arrastra tantos seguidores y gusta tanto. No hace falta siquiera que hagan cosas extraordinarias, aunque siempre se puede ver alguna, como la reaalizada ayer por Richarlison, quien, de tijera, anotaba el ¿gol del Mundial? y ponía el dos a cero definitivo.

En suma, Brasil ganó sin muchas complicaciones en un partido que manejó de cabo a rabo. Lao-Tse, filósofo chino, se refería una vez a lo intrascendental y rápido que pasa el tiempo cuando decía: La noche empieza al mediodía. Sin embargo, para los brasileños veinte años sin un campeonato deben parecerles una agonía. Como mismo los jugadores al saltar a la grama, los aficionados le rezan a Dios, a Jemanjá, o a la mariana patrona. Le piden la bendición y, si es posible, una estrella más en sus camisetas.


CRÉDITO

Fotos: Tomadas de las redes sociales

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