Enorme alegría sintió esta reportera de Bohemia cuando se acercó para comprobar que, efectivamente, en la habanera Casa de La Amistad (Paseo y 17, Vedado, Plaza de la Revolución), este cuatro de marzo había una invasión de muchachas y muchachos departiendo con los entraditos en canas. No era rumor patriotero y mucho menos elevación del ego revolucionario. Ahí estaban, con su sano desparpajo, con su irreverencia, pero también con su atención aguzada para las cosas “serias”.

Lo corroboraron a la revista Alfredo y María. Él: “Comulgamos con estas ideas y de paso para compartir con nuestras relaciones”. Ella: “Pienso que es interesante lo que están tratando de crear, una unión entre programas y que la gente venga a dar su opinión, y pueda ver otras cosas diferentes”. Ambos –como el resto de los reunidos- lograron sustraerse de la euforia por el reencuentro, de las bebidas, las risas y prestaron atención a las palabras, porque la nueva cita (segunda de este 2022) de la Pupila Afilada estuvo dedicada al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y al 14 de marzo, Día de la Prensa cubana.

Desmontando mitos

Desmotivación política ciertamente existe en una parte de la juventud de la Cuba de hoy, pero las absolutizaciones llevan a falsas conclusiones. Mucho mejor sería plantearse en qué porcentaje los jóvenes de nuestra Patria deciden mantenerse al margen de los acontecimientos. ¿Será mayor que en otras partes del mundo? Esta reportera no puede afirmarlo con certeza, porque siempre hay un contrapunteo entre lo no conocido del todo y las dudas razonables. Incluso si la apolitización juvenil fuera un tanto amplia, la cuestión esencial radicaría –creo yo– en saber motivarlos, sumarlos a la permanente meta que en esta tierra significa respirar el socialismo, y también el aire de la juventud.

La nación ha ido adquiriendo en esto mayor conciencia, preocupación transferida a ellos mismos: los jóvenes. Muchos han comprendido que mantenerse al margen de su propia vida social es como ir a la deriva de lo que pueda pasar, dejando escapar la posibilidad de un protagonismo edificante para sí y los demás. Me atrevo a afirmar más: el azote de la pandemia (exponencialmente potenciada por el permanente bloqueo estadounidense) nos recordó que cada juventud se envuelve a plenitud principalmente en la historia que le toca. Pero si hay algo que un joven de edad –se puede ser joven de corazón hasta el final– no soporta son los caminos trillados o las consignas vacías.

En ese entendimiento discurren diversos colectivos juveniles, léase la UJC, la FEU, la AHS, y, de creación reciente, los Pañuelos Rojos, o la Comuna (que agrupa a personas también de organizaciones digámosles más formales). Como un espaldarazo a sacudir la monotonía del quehacer político-ideológico, así se han sumado los programas televisuales La Pupila Asombrada, Con Filo, y la plataforma digital Cubadebate. Al ruedo de la imaginación y del “embullo” de izquierda ha nacido una peña: ¡La Pupila Afilada!

Michel Torres Corona (director y guionista del espacio Con Filo) andaba inquieto verificando cada detalle. Igual actitud asumieron Randy Alonso, Iroel Sánchez y Fidel Díaz Castro (Fidelito o Fide para todos los cubanos), las “cabezas” de esta propuesta político-cultural. A este “atrevimiento” se han sumado las voluntades del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP); incluso su presidente, el Héroe de la República y uno de los Cinco, Fernando González Llort, estuvo presente. Similar “curiosidad” tuvo Aylín Álvarez García, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunista (UJC). La Peña tiene el apoyo de la Egrem, la Empresa de Propaganda y Eventos y las Editoriales Nuevo Milenio y Abril. Para esta ocasión en particular, la música en vivo estuvo impregnada de la originalidad del trovador Diego Gutiérrez y su Grupo, formados en la valentía de la Trovuntivitis, del Centro Cultural El Mejunje, de Santa Clara.

Mover ideas

Ricardo Ronquillo, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), enfatizó que es este un cambio de época, en el que el periodismo cubano ha tenido que adaptarse a esas circunstancias, haciéndolo con altura. También fuimos “agasajados” por el intercambio con las reconocidas científicas Marta Ayala, directora del CIGB, y Belinda Ramírez, del CIM, artífices junto a sus respectivos colectivos de las vacunas cubanas contra la covid-19.  Los aplausos atronaron el espacio, chico para tanta gradecida confianza.

Sui géneris manera de hacer valer las ideas

A pesar, sin embargo, de esas “islas” de seriedades, se “movió el esqueleto” con la música grabada, proyectada desde inteligentes vídeos internacionales y otros bien cubanos. En lo que se ponía el Sol, se hojeó ese libro comprado allí mismo, se cambiaron pulóveres, se hizo “alarde” del “souvenir” patriótico adquirido. Algunos lo compartieron con fotos, mediante la conexión gratuita de Wifi, regalo de Cinesoft.

Ya en camino de su tercera edad, la que escribe debió adaptarse rápido al “ruido” de las carcajadas y al enjambre de contentura. En ese cambio de atmósfera inusual estaba cuando se tropieza con Fidel Díaz Castro, el trovador Fidelito y también guionista de La Pupila Asombrada. En gesto de amabilidad le explica a Bohemia: “Esto de la Pupila Afilada es consecuencia de lo que ha pasado en los últimos tiempos, y lograr por fin una revolución desde la estética, desde la cultura, de la nueva cultura, que debe ser la base de la cultura latinoamericana, universal, más revolucionaria y llevada a la actualidad, sintetizada en la idea de los jóvenes de vanguardia, para que se convierta en todos los jóvenes, la esencia espiritual de los jóvenes”.

Y sí, en ese especifico pedacito de suelo cubano, van por buen camino, cada primer viernes del mes. Esta “experimentación” puede sentar las bases para una interacción más fluida, acorde con las inquietudes pioneras de aquellos compelidos a construir el futuro, siempre desde un presente activo. Pero ¡atención!: los compartimentos estancos derivan y fracasan.

De ahí la importancia de que, en ese antiguo palacete burgués, transformado en emporio para la solidaridad y la amistad, exista en La Habana también un espacio para la confraternidad intergeneracional, donde la pauta común no sea otra que la de amolar inteligencias. Ya lo dijo Iroel Sánchez: “Hay aquí una conjunción de alegría, de participación política y de ideas”.