Entre balas, canciones

El legendario Quinteto Rebelde arriba este 14 de mayo al aniversario 65 de su fundación por Fidel Castro Ruz en plena Sierra Maestra. Al llamado

A la distancia de 150 años, resucita

Diamante con alma de beso lo inmortalizó Martí. Como un futuro Sucre cubano lo calificó Gómez. Entre el virtuosismo y la epopeya trasciende Ignacio Agramonte como el más romántico de los libertadores cubanos

Los (des)encuentros de La Mejorana

El 5 de mayo de 1895 se toparon Martí, Gómez y Maceo en La Mejorana. Lo que allí intercambiaron continúa desafiando a historiadores y avivando la llama eterna de la imaginación. Para muchos la “estricta verdad” sobre esa recurrida página de nuestra historia se esfumó en cuatro páginas de un diario, lo que generó el espectro del enigma; sin embargo, parecen bastante claras algunas certezas

Mañana de azul

M de puntas abiertas, tan así que conseguía abrazarlos a todos en estrecho espacio. Día de júbilo y puertas abiertas. La hilera de niños perfectamente uniformados esbozó una M mayúscula, mágica, simbólica…

Entre balas, canciones

El legendario Quinteto Rebelde arriba este 14 de mayo al aniversario 65 de su fundación por Fidel Castro Ruz en plena Sierra Maestra. Al llamado

A la distancia de 150 años, resucita

Diamante con alma de beso lo inmortalizó Martí. Como un futuro Sucre cubano lo calificó Gómez. Entre el virtuosismo y la epopeya trasciende Ignacio Agramonte como el más romántico de los libertadores cubanos

Los (des)encuentros de La Mejorana

El 5 de mayo de 1895 se toparon Martí, Gómez y Maceo en La Mejorana. Lo que allí intercambiaron continúa desafiando a historiadores y avivando la llama eterna de la imaginación. Para muchos la “estricta verdad” sobre esa recurrida página de nuestra historia se esfumó en cuatro páginas de un diario, lo que generó el espectro del enigma; sin embargo, parecen bastante claras algunas certezas

Mañana de azul

M de puntas abiertas, tan así que conseguía abrazarlos a todos en estrecho espacio. Día de júbilo y puertas abiertas. La hilera de niños perfectamente uniformados esbozó una M mayúscula, mágica, simbólica…