Bohemia nunca es vieja

Primera portada de Bohemia, 1908. / Imagen de archivo

En días enlutados por la tragedia del Hotel Saratoga, BOHEMIA arriba este 10 de mayo a su aniversario 114.

Sin embargo, la añeja publicación no se siente vieja, todo lo contrario.

En condiciones muy difíciles en cuanto a recursos, las mismas que afronta el país bajo un bloqueo reforzado al máximo, intenta mantener su tradicional interés para la familia cubana.

Ahora, y pudiera decirse que sobre todo en esta época y circunstancias, mediante un acrecentado abanico de novedosas ofertas informativas en las diferentes plataformas digitales.

Pero no es el caso, en ocasión de este cumpleaños, extendernos en la actualidad. Más bien, lo contrario, el propósito de estas líneas es compartir con nuestros lectores una rápida mirada hacia atrás. No por ocuparnos de la “Bohemia vieja” sino por aquello de que “recordar es volver a vivir”.

La edición fundacional vio la luz, y salió a la venta, precisamente en esta fecha del 10 de mayo, pero del año 1908. Eran días opacos para el estado de ánimo de los cubanos. Tenía lugar la segunda intervención norteamericana y se preparaban elecciones municipales, provinciales y generales para reinstalar autoridades cubanas en el gobierno. Esa publicación primigenia, al parecer, pasó casi inadvertida, y no se conservó algún ejemplar de aquella primera tirada.

Salieron algunos números más, con un pliego de 16 páginas, pero debió recesar debido a dificultades financieras. Su contenido fue fundamentalmente artístico y literario, y apenas abordó la actualidad informativa, de la que entonces solo se ocupaban los diarios.

El fundador y propietario fue Miguel Ángel Quevedo Pérez, quien también administraba El Fígaro, la publicación que gozaba de la mayor relevancia entonces. Pero tuvo sus motivos para renunciar a esta última y justo dos años más tarde, en 1910, reinició su anterior ensayo con la BOHEMIA.

Así, la revista reapareció como semanario ilustrado no especializado, aunque ocupada principalmente de asuntos culturales. El formato siguió las pautas de sus congéneres europeas, también con las características comunes a las revistas similares de la época.

Se ocupó principalmente de reflejar la vida de las clases sociales más favorecidas. A tal inclinación respondió desde su nacimiento el nombre de bautismo, tomado de la afamada ópera de Puccini. Profesionales, tecnócratas acomodados y burgueses eran sus lectores.

Fue a partir de 1914 cuando se estableció como negocio editorial, como la primera publicación cubana que realizó portadas y anuncios en colores. Cada edición mostraba la crónica social, junto a notas y fotos que realzaban el buen vivir de sus públicos meta. Promovía los más diversos concursos, encuestas, sorteos y competencias populares, como sus asiduos certámenes de belleza.

La crisis económica de los años 20 significó decadencia también para BOHEMIA. Con una tirada disminuida a unos cuatro mil ejemplares, en 1926 asume la dirección Miguel Ángel Quevedo y de la Lastra, hijo del fundador.

El flamante ejecutivo enfrenta la compleja situación política creada por la prórroga de poderes del tiránico presidente Gerardo Machado, ante quien BOHEMIA se opone y toma partido por la crítica sistemática a su gobierno. Esta importante definición y ejercicio de un periodismo político crítico, hizo que la revista alcanzara un notable prestigio ante la población.

Portada del 11 de agosto de 1918 en la que BOHEMIA llamaba a una colecta para adquirir submarinos en el contexto de la Primera Guerra Mundial. / Imagen de archivo

De ese modo, no obstante los duros efectos económicos de la crisis de los años 30, logró una tirada y circulación que la convirtió en la más importante publicación cubana y latinoamericana.

BOHEMIA defiende vigorosamente la democracia representativa que recién se instala al calor de los cambios políticos que derivaron en la Constitución de 1940.

Con estos nuevos derroteros, se configura como un medio que ofrece informaciones generales, con énfasis en los asuntos de mayor interés nacional y destinado a un más amplio y variado círculo de lectores, incluso fuera de Cuba.

Coinciden estudiosos de la historia de BOHEMIA, que la mayor influencia en su destacable éxito la tuvieron el sensible acento analítico y crítico en la información nacional y el apreciable ascenso en la calidad general de la publicación.

La famosa sección En Cuba, objeto de merecidos estudios académicos y escrutadoras reseñas periodísticas, apareció en las páginas de la revista el 4 de julio de 1943. Fueron sus fundadores los periodistas Enrique de la Osa y Carlos Lechuga. Apoyados en su propio talento y autoridad profesional, además de una calificada red de colaboradores, ofrecieron informaciones exclusivas acerca de los temas más polémicos. El novedoso y popular espacio devino látigo implacable contra la corrupción, el robo y la politiquería, entre otros males que lastraban a la República.

Tampoco dejaron de abordarse con juicio crítico situaciones en el entorno latinoamericano, tales como las acciones intervencionistas de Estados Unidos.

La popularidad de la revista continúa creciendo en la medida que denuncia el latifundismo, la miseria de las mayorías marginadas y los leoninos manejos de empresas capitalistas. También por la defensa a la victimizada república española, la lucha contra el fascismo y el elogio a gobiernos populares y líderes de reconocida honestidad.

Una muestra de su mayor calado en la aceptación de amplios públicos es el ascenso continuo en la tirada, que partiendo de aquellos disminuidos cuatro mil ejemplares de 1926,  sube a 125 mil en julio de 1948,  y a cerca de 260 mil en 1953, hasta 315 mil en 1958, lo que ya significaba un ejemplar por cada 21 cubanos.

Tras los tiempos de la obligada alianza anti nazifascita, cuando el venido a menos imperio colonial británico y el ascendente imperialismo estadounidense no tuvieron otra alternativa que aliarse a la Unión Soviética, sin duda responsable del mayor peso de la batalla y la victoria en la Segunda Guerra Mundial, sobrevino una feroz y fanática cruzada anticomunista.

Portada del 24 de febrero de 1918. / Imagen de archivo

BOHEMIA mostró entonces una desenfadada postura burgués-nacionalista, apologista del llamado american way of live, el modo de vida norteamericano y las acciones de sus gobiernos.

Fue, al mismo tiempo, mordaz crítica del pensamiento marxista leninista, de la URSS y las democracias europeas, así como de las tendencias y filiaciones socialistas en el ámbito interno.

Sin embargo, es igualmente justo reconocer que la lucha insurreccional contra la tiranía de Fulgencio Batista encontró espacio en la publicación, aunque sin llegar a asumir una postura militante.

En sus páginas aparecieron informaciones, artículos, reportajes y fotorreportajes, cuando lo permitía la censura gubernamental, con los posicionamientos políticos de la ortodoxia, el Directorio Revolucionario, la Federación Estudiantil Universitaria, Guiteras, Chibás, José Antonio Echevarría y otros líderes y organizaciones revolucionarias.

En particular acerca de la destacadamente importante presencia en las páginas de la revista, de quien se convertiría en líder de la Generación del Centenario y de la Revolución Cubana, se publicó en 2008 el libro Fidel en BOHEMIA, que recoge sus textos y fotos de la época.

Al triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959, se publican las tres antológicas ediciones de la libertad, con tirada millonaria. En ellas aparecen hechos relevantes de los años de lucha insurreccional y la cruda denuncia a los horrendos crímenes de la dictadura batistiana.

No debe omitirse que en la primera de estas ediciones extraordinarias se muestra el pensamiento editorial de la dirección de la revista, que aboga por limitar la Revolución a objetivos burgués-nacionalistas y con sesgo abiertamente anticomunista.

Tampoco puede desconocerse, que si bien la prensa burguesa que hereda el nuevo período revolucionario, desde sus primeros momentos entabla una batalla político mediática sin cuartel contra la Revolución naciente, BOHEMIA, sin embargo, y fundamentalmente a partir del quehacer de sus trabajadores, deviene bastión de los esfuerzos renovadores.

A Quevedo, el director, le resultó imposible resistir tales contradicciones, hasta que decidió exiliarse a mediados de 1960. Entonces la revista fue intervenida y nombrado como director el prestigioso periodista Enrique de la Osa, quien desempeñó tal función hasta 1971.

Después, otros compañeros han guiado al colectivo de la publicación, que ha mantenido como divisa fundamental el apoyo irrestricto a la defensa de la Revolución y la construcción de una nueva sociedad.

En consecuencia, sus contenidos se han centrado en asuntos de carácter político y temas económicos, sociales, culturales, deportivos, científicos y otros, siempre con un enfoque inequívoco a partir de la ideología de la Revolución cubana.

Vale añadir que si bien esta breve reseña se ha centrado en la trayectoria profesional y política de la revista, no puede soslayarse que una de sus características más relevantes fue la asidua colaboración de conspicuas figuras de la cultura cubana cuyas firmas  prestigiaron numerosas de sus ediciones en las diferentes épocas.

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Información más amplia sobre la historia de BOHEMIA aparece en la selección publicada con motivo de su aniversario 112, que puede encontrarse en: BOHEMIA en sus aniversarios

 

Para ti, que gustas de volver a mirar, o acercarte por primera vez a las páginas añejas de la BOHEMIA vieja, hemos seleccionados estos pdf, que se dejan leer bastante bien, y que recogen publicaciones importantes en tres de estas conmemoraciones: 70, 90 y el Centenario.

 

 

También:

LOS 110 DE BOHEMIA: Viaje al centro de mi tierra

No había forma mejor de celebrar este nuevo aniversario que recorriendo el país, para renovar la cubanía. Santiago de Cuba, Bayamo, la Sierra Maestra y Santa Clara recibieron a parte del colectivo de BOHEMIA

 

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