Cenicienta
Foto. fifa.com
Cenicienta
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Cenicienta

Un popular cuento de hadas, traído hasta nuestros días por muchos autores y la tradición oral, versa en la historia trágica de una dama que, tras muchos sufrimientos y vejaciones, logra el amor de su príncipe, demostrando el triunfo de lo bueno. En la Cenicienta, a juicio de este periodista, se nos enseña, entre tantas cosas, a nunca subestimar al más pobre de los presentes en una situación determinada.

Como mismo en las historias para niños, en los mundiales de fútbol la magia parece estar presente. Por ejemplo, quién diría hace meses atrás, al ver el sorteo de la FIFA, que Australia estaría clasificando a octavos de final en el mismo grupo de dos potencias europeas de la talla de Francia y Dinamarca. Sí, la aparente Cenicienta del grupo hizo el milagro, con una sólida defensa venció en la jornada de este miércoles a los daneses con marcador de un gol por cero.

El fútbol, como toda obra humana, se halla en constante cambio y evolución, y ningún tiempo se parece a otro. Por ejemplo, Italia, flamante campeona de Europa, vio como quedaba eliminada en las clasificaciones al Mundial de Qatar por aquellos equipos a los que había enfrentado y vencido.

Cenicienta
Con el gol de Leckie, Australia vuelve a los octavos de final. / fifa.com

Hace un año (y un poquito más) la nave vikinga, con la ausencia prematura de su capitán Christian Eriksen, navegaba al libre albedrío por el Viejo Continente. Así, sorprendentemente, anclaban en las semifinales de la Eurocopa más reciente. Sin embargo, el tiempo pasó, Eriksen se incorporó de nuevo y la misma tropa, que hace un año exhibía conquistas, ahora se marcha desahuciada en fase de grupos, a saldo de un empate y dos derrotas en sus tres juegos efectuados.

Daneses y australianos salieron a la grama del estadio Al Janoub en una partida a muerte súbita; quien ganase, tendría su ticket asegurado a la ronda de octavos de final. Pero de nada valieron las apuestas y los pronósticos que daban como favoritos a los europeos porque por cada poco más de 90 minutos se escribe una nueva página en los anales de la historia deportiva.

El partido fue como se esperaba…hasta el minuto 60. Los europeos controlaban el balón, daban más pases y concretaban ocasiones claras. Sin embargo, sobre la hora de partido, las calabazas se convirtieron en carruseles cuando en un contragolpe Matthew Leckie ponía el uno a cero definitivo en el marcador. Con este resultado, Australia se cuela por segunda vez en su historia a los octavos de final. La última vez de este registro data del Mundial de 2006, donde los de la isla continente perdieron en esa instancia 1 a 0 ante la futura campeona Italia.

Cada año hay más sorpresas y, por cada torneo que llega, los equipos parecen sacar casta de donde no hay y ganan los resultados.
La selección danesa clasifica como unas de las decepciones del torneo. / TEVECENTRO

Los daneses se lanzaron a un último abordaje, sin resultado alguno ante la bien plantada defensa rival, que echó cemento, arena y ladrillos en su portería para evitar que se filtrara algún gol que les quitara el sueño. La Dinamita Roja parece que llegó a Qatar con el equipo, desprovisto de pólvora. En 270 minutos reglamentarios solo pudieron estallar un gol… algo sorprendente en un equipo llamado a ser la revelación del torneo y que llegaba con jugadores como Eriksen, Cornelius y Damsgaard, por mencionar algunos.

Cada año hay más sorpresas y, por cada torneo que llega, los equipos parecen sacar casta de donde no hay y ganan los resultados. Ya no son los tiempos en los que uno nació y Alemania, Brasil e Italia eran el Olimpo balompédico mientras que el resto de los conjuntos nada tenía que hacer. No digo que los australianos vayan a ganar el Mundial, más sí dieron la sorpresa y buscarán atravesarse en el camino de cualquier equipo.

A su vez, los daneses ponen su nave proa a casa. Con la moral herida; cierran el año competitivo y pondrán sus estrategias para marzo del siguiente año, cuando comiencen las clasificaciones para la Eurocopa de 2024. Allí buscarán reverdecer laureles y retomar conquistas. Ahora me pregunto: ¿será Dinamarca otra generación dorada que quedó en la nada?

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