Charla contenidamente apasionada

Para muchos, la filosofía es un tema árido, los textos referidos a ella resultan indigeribles, quienes los escriben exudan frialdad, distanciamiento. Nada más alejado del volumen Cuba, pensamiento y espiritualidad; y de su autor


Sea cual sea el tono en que hable (mesurado o vigoroso), no puedes dejar de prestar atención a su manera perspicaz de hilvanar las frases, de razonar.

Profesor de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, en los últimos años Maximiliano Trujillo se ha especializado en el ideario filosófico cubano. Como es habitual en ese ámbito, no solo imparte clases, a la par desarrolla proyectos, estudios que, según precisa, “tienen la intención de valorar el devenir de la nación”.

Su propósito es recuperar textos y figuras clave para la memoria nacional. / JLD.

De tales indagaciones surgió Cuba, pensamiento y espiritualidad. Algunos de sus ensayos intentan saldar (al menos en parte) una deuda de las investigaciones filosóficas en la Isla: profundizar en las doctrinas generadas “en la llamada República burguesa neocolonial, sobre todo a partir de la década de los 40 y, cerrando el ciclo, hasta 1958-1959”.

¿Por qué es importante retomarlas?, le pregunto.

“Las pesquisas se han restringido, en lo fundamental, a recuperar las nociones de la denominada Ilustración cubana, o sea, del período decimonónico, comenzando por las de José Agustín Caballero.

“Sin embargo, existe una profusa producción de pensamiento nacional en la República, el cual estuvo por lo general más interesado en pensar a Cuba, su esencia y destino, que en reflexionar metafísica u ontológicamente en torno a los grandes conceptos que, diríamos, trascienden a la existencia física de la realidad”. Por consiguiente –prosigue el entrevistado– “es parte constitutiva de lo que el país ha sido y nos permite entender qué somos y debemos hacer para el futuro”.

Durante los años 60-80 del siglo XX hubo un primer intento por rescatar dicho pensamiento, si bien “se hizo de manera sectaria y sesgada. Era una época en la que en Cuba el marxismo-leninismo se convirtió en casi un discurso unívoco, metodológico, para comprender al resto de las corrientes. Hoy continúa siendo necesario volver a examinar –un firme movimiento de las manos remarca la afirmación–, con una perspectiva desprejuiciada, los criterios anteriores a 1959”.

Observador y creativo, el autor no se contentó con abordar el tema desde un enfoque tradicional, el cual –de acuerdo con sus palabras– suele obviar que “si algo distingue a la filosofía cubana, como a la latinoamericana, de la europea o la estadounidense, es que una parte significativa se ha producido en la literatura, en el razonamiento político”.

Además de seleccionar una etapa preterida, Trujillo indagó en empeños culturales vistos habitualmente como desligados de la filosofía. A un poeta y pintor “de presencia múltiple en los destinos de Cuba antes y después del triunfo de la Revolución” (cuyo legado, sin embargo, incluidas sus colaboraciones para la revista de los origenistas, “no resulta muy conocido” entre sus compatriotas), le dedica El Moro, entre la vida, los olvidos y Orígenes,la primera de las cinco disertaciones que integran el volumen.

Fayad Jamís es un ser misterioso, es síntesis humana de una extraña mezcla en la común mezcla que tipifica al mapa humano de este archipiélago […]

Fayad Jamís “fue un cronista quizás involuntario y aún ignoto” de aquella Cuba “que dolía, había dolido y siguió doliendo” en los años 50. / artcronica.com

Al iniciar así un párrafo, el ensayista estimula nuestra curiosidad. Luego añade, para los ávidos de conocimiento, valoraciones aderezadas con citas y fragmentos de poemas, como el siguiente: [] Te invito a vaciar estas armas en oleaje de cuerdas, en molino/ de presurosos ríos de cañas flexibles y doradas []

Más especializado –pero no árido– es el contenido del segundo artículo (La filosofía cubana en la revista Orígenes, aproximación a un mito con miradas silenciadas). ¿A qué se debe la insistencia en tal publicación?

Aunque de ella suele resaltarse su esencia literaria, el investigador halló en sus páginas “el pensamiento filosófico quizás más notable de la época, no solo el autóctono, sino el mundial”. Durante su bojeo, Maximiliano Trujillo hace hincapié en la obra de un intelectual lamentablemente olvidado: Humberto Piñera Llera.   

Una novela universal motiva el tercer escrito. “Decidí develar el impacto que El Quijote había tenido en los pensadores cubanos –puntualiza el estudioso–; buscando esos caminos encontré que Jorge Mañach concibió un ensayo interesantísimo”. Ese texto deviene eje del análisis. Ante todo, Trujillo provoca al lector, con una interrogante sencilla, aunque de compleja respuesta:

¿Es la historia de Don Quijote una historia de éxitos o de fracasos? Pues examinemos su devenir []

Cada quien tiene su propia visión acerca de esta obra maestra, sus inmortales protagonistas y enseñanzas. A veces concepciones escuetas, basadas en aprendizajes escolares y versiones cinematográficas. Por su parte, El Quijote entre Cuba y las nubes persigue, más que endosarnos juicios categóricos, abrir ventanas, propiciar nuevas deducciones.

La referencia a Mañach salta de nuevo en otro de los títulos. Se trata de “un estudio comparado” sobre su Indagación del choteo (la edición de 1955) y el ensayo Aspectos censurables del carácter cubano (1914), de Mario Guiral Moreno. Ambos escudriñan la identidad de sus conciudadanos, “desde la antropología, la filosofía y la sociología”.

Para Trujillo, quien logra ser vehemente sin perder un ápice de su compostura, “fue revelador constatar” que numerosos señalamientos hechos por aquellos dos autores “no han sido superados por nuestros comportamientos de hoy. A pesar de los esfuerzos del proyecto revolucionario por ilustrar, dar civilidad a las personas, los constantes períodos de crisis que hemos vivido reciclan muchas de esas actitudes”.

En torno a los efectos de la indisciplina y de la burla como reacción a nivel social, discurre el actual profesor universitario, en este compendio publicado por la Editorial Oriente:

El choteo […] ha limitado nuestras posibilidades de crecer desde ámbitos de la cultura, que no es exactamente siempre el atesoramiento de información o conocimiento […] El choteo no puede seguir siendo indefinidamente una actitud de nuestro espíritu social frente a lo que moleste a nuestra libertad individual; nuestro cuerpo social debe aprender a crecer desde otras formas de codificación ideológica de defensa de los derechos […] tenemos que levantarnos sobre los “defectos de nuestro carácter”, y emplear el choteo solo como aliciente inteligente, no como grotesca protesta frente a quien es el otro.

De las conversaciones entre el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el teólogo brasileño Frei Betto surgió Fidel y la religión (1985). / aventurasnahistoria.uol.com.br

Finalmente, el texto Más allá de Dios y la racionalidad, significa una ruptura en el cuerpo del volumen, pues no aborda postulados difundidos antes de 1959, sino “una de las entrevistas-libros más controversiales e importantes de la historia de las ideas en la Revolución Cubana sobre todo en el decenio de los 80: Fidel y la religión. La leí siendo estudiante –rememora Maximiliano Trujillo– y me impactó. El tiempo pasó, en la década de los 2000 descubrí que emergían otras lecturas, porque ahora vivimos, además, en un país diferente”.

De ahí que el ensayista valore tanto sus implicaciones en el contexto original como su actual relevancia. Al respecto escribió:

[] si en el momento de la salida del libro que nos ocupa, el cuerpo de la Constitución reconocía contradicciones en su articulado [sobre] el respeto a la libertad religiosa y no existía una situación idílica para su ejercicio, hoy la situación es bien distinta y quizás [] Fidel y la religión contribuyó a ello.

[] Hay otras cuestiones que enfrentaron estos dos hombres [entrevistado y entrevistador] en sus disquisiciones de entonces [] entre ellas se destacan: la necesidad de que los movimientos de izquierda dejen atrás las diferencias filosóficas con el ámbito religioso y defiendan la unidad de actitudes en la lucha contra el capitalismo, la depredación medio ambiental y la defensa de los derechos de las mayorías [].

Precisamos informarnos, meditar, cuestionarnos las supuestas verdades inamovibles; proponer alternativas constructivas; crecer en lo personal y en lo social. Todo ello nos sugiere el autor del volumen Cuba, pensamiento y espiritualidad, con enfoques asequibles al lector medio, y su conversación apasionadamente reflexiva.

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