Crayolas en presente

Díganme si esto no puede suceder, del modo más cotidiano y hermoso, en cualquier barrio de Cuba


¿En verdad alguien imagina que, viendo lo que mis ojos ven en plena acera de la barriada de Jesús María (vaya mala fama la que le cargan a ese reparto espirituano, donde viví parte de mi niñez, adolescencia y juventud), voy a continuar tranquilamente así, como si nada? ¡Pues no va!

Y así suelen pasar horas estos enanillos, dibujantes del futuro con crayolas del presente.

Por favor –y los tres niños se quedan mirándome, atentos, sin entender por qué casi estoy rezando agachado frente a ellos- ¿ustedes me permitirían tomarles una foto, así como están ahora?

Entonces los ojos les brillan más que los aretes de la luna en la noche. Y, casi a coro, me dicen que sí. Me acomodo con el “rifle” a mano, en ojo. Y esa planta del pie, aparentemente sucia, pero tan linda, me saca maravillosamente de paso. Disparo tres veces, aunque con una hubiera sido suficiente para irme con la emoción y esperanza del mundo dentro del pecho y dejarlos a ellos convertidos en dueños absolutos de mi “fantasía local”.

Así los he visto en pleno bulevar avileño.

Han transcurrido algunos días y ahora, mientras observo con más calma la espontánea y feliz sonrisa de esa niña, la confabulada picardía con que los otros dos niños guardan silencio, muy concentrados en lo suyo, y ese pie divino, tranquilo pero saltarín… siento que de un tirón se me desprenden como 50 años. Y que dentro de medio siglo (y más) habrá todavía chiquillos coloreando días y sueños, aquí mismo, en este pedazo de acera, o en otras de la ciudad, o en plazas y parques de toda Cuba, como he visto cientos de veces en Guantánamo, Las Tunas, Ciego de Ávila…

Así los captó mi lente alguna vez en Guantánamo.

Me brotó un antojo incontrolable, abrasador y abrazador de buscar el modo de imprimir tres fotos de aquel sublime momento, para llevarlas a Sancti Spíritus en la primera oportunidad.

Y desde ahora me quedo imaginando la cara que pondrán, al verlas, al verse, esos tres enanillos, reparadores de sueños, dibujantes del futuro con crayolas del presente.

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