Cuba y su mensaje plural
Cuba y su mensaje plural

Cuba y su mensaje plural

Cuba volvió otra vez a las urnas, cuando lo común en este complejo mundo de hoy es que a muchos ciudadanos se les prive de ese derecho. En cambio, lo acontecido este 25 de septiembre es la culminación de un proceso de meses de debate público, en el que participaron unos ocho millones de ciudadanos, los mismos que fueron convocados para ratificar o no con su voto el texto del Código de las Familias, que movió disímiles opiniones en medio de avatares económicos con los cuales compartió protagonismo en la agenda pública.

Cuba y su mensaje plural
Las autoridades electorales velaron por la transparencia y la calidad de la votación.

Entre el recelo con que esa norma fue vista por algunos, la apatía de otros porque en estos tiempos tan difíciles muchos prefieren concentrarse en lo cotidiano más perentorio, y la inmensa esperanza de quienes confían en espantar las malas energías y apuestan a la grandeza humana que está en el ADN nacional, en el Referendo de este domingo ha ganado la pluralidad y la libertad de expresión en su sentido más ampliamente democrático. He ahí su primera victoria.

El día señalado para el referendo popular por fin llegó, una cita de millones de cubanos y cubanas en las urnas para llegar a una decisión. Aún sin datos exactos de cuántos concurrieron hasta el cierre de los colegios, algunas agencias se adelantaron a comparar la asistencia con otras votaciones realizadas con anterioridad.

 En especial, han tomado como referente el referendo constitucional de 2019, sin tomar en cuenta la índole de una y otra consulta, ni las circunstancias más que especiales de este momento: apagones, escasez de alimentos e inflación mediante. Que precisamente por eso la decisión de hacer el referendo resulta un hecho casi temerario, nadie lo duda. Pero en Cuba se sabe demasiado de dificultades, y es obvio que condiciones óptimas no han estado a la vista, y una norma de tanta trascendencia para la vida de las familias no debía esperar más.

La ley vigente, con más de cuatro décadas, pese a que fue una norma avanzada para su época, necesitaba atemperarse a la realidad de las familias ahora y a los convenios internacionales suscritos por el país en torno a esa materia.

Dar derechos y ofrecer soluciones a conflictos existentes al interior del hogar y de las familias, y acompañar a quienes han tenido menos atención e incluso han sufrido invisibilización y olvidos, es una medida no solo justa, sino imprescindible para el buen desempeño del país que se ha propuesto no dejar a merced del desamparo a persona alguna, lo cual viene de la mano de garantizarle el pleno ejercicio de todos sus derechos como ciudadanos, partiendo de cambios necesarios.

Cuba y su mensaje plural
En el referendo Cuba reafirmó su voluntad de dar derechos a todos, y hasta los pioneros demuestran que nadie está excluido.

Lo cierto es que el Código puso a prueba a la sociedad frente a nuevos conceptos y a la aceptación de realidades que existen más allá de la voluntad de las personas. Un país con diversos tipos de familia, que envejece, tiene bajos índices de natalidad, migración disparada, alta tasa de divorcios, debe proponerse aliviar dolores e impulsar proyectos que hagan posibles sus alegrías y sus sueños.

Bien ha sido llamado código del amor y los afectos, porque los apadrina y defiende. Tocaría felicitar a todos los que defendieron la idea de poner en blanco y negro la heterogeneidad de la nación, y se sabe que ni por haberlo logrado viajará sobre ruedas el respeto que merecen los otros, ni se estará libre de conflictos.

Tampoco dejarán de mirarse de reojo y con sospecha, desde afuera y desde dentro, los resultados del referendo. Sin embargo, los datos que se darán a conocer acerca de la concurrencia a las urnas, y por el Sí y el No, son expresión de la pluralidad que signa la sociedad cubana hoy.

Y aunque algunos hayan tomado este ejercicio democrático como válvula de escape para reflejar la inconformidad con la escasez material que se vive, ese también es un signo de otra escasez, la de quienes no advierten la trascendencia y la repercusión de lo que una norma como el Código de las Familias significa para la nación. Pero en todo caso, esa posición expresa, asimismo, esa Cuba plural.

Está por verse la pose de quienes han atacado la unanimidad prevaleciente en el país en determinados asuntos, ahora que las opiniones estarán segmentadas entre el SÍ y el NO. Cualquiera de las opciones que gane será un termómetro. Para bien, para regular o para mal, dirá que así es esta Isla. Que se sabe plural, diversa, contradictoria, resiliente, vilipendiada o querida. Y pese a todo, seguirá construyendo consensos, escuchando a la gente y dándole voz, aunque haya quienes tampoco lo reconozcan. Allá ellos.

CRÉDITOS:

Texto: Liset García

Fotos: Jorge Luis Sánchez Rivera

Comparte en redes sociales:

2 comentarios

  1. Felicidades a Cuba/ por el triunfo del afecto./ Ahora es Ley nuestro proyecto/ para que el derecho suba./ El nuevo Código incuba,/ en valores, lo mejor./ El Sí es aglutinador/ y nadie en verdad perdió/ pues, hasta para los del No,/ ¡La victoria es del AMOR!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos