TELENOVELA (I): Lía o la inocencia perdida
Reflexiones sobre un fenómeno comunicativo y cultural de gran trascendencia en las sociedades latinoamericanas que estudian disciplinas del arte y las ciencias sociales y su incidencia en El rostro de los días, puesta de producción nacional, la cual conmociona en las redes sociales a públicos de diferentes sexos y edades
Por SAHILY TABARES
Con la historia de la humanidad surge el relato. Está presente en todos los géneros: el cuento, la novela, la radionovela, la telenovela, los mitos… Lo cierto es que hoy las historias no se quedan en las comarcas ni en los pueblos. Ahora, los medios de comunicación audiovisuales son los narradores por excelencia y sus consecuencias traspasan fronteras, culturas e idiomas.
Vivimos en un sistema-mundo donde acontecen procesos de reconfiguración, dada la convergencia de novedades y exigencias de la socialización de contenidos en beneficio del más amplio concepto de cultura y de los usos de blogs, Facebook, Twitter, Youtube.
No obstante este dinámico panorama solemos preguntarnos: ¿por qué una telenovela puede cautivar a las mayorías? ¿Su discurso es un documento antropológico o psicológico? ¿Los antecedentes del género proceden de diferentes matrices culturales?
Un relato de tanta aceptación merece indagaciones acuciosas, de ningún modo por azar la telenovela es el primer producto de exportación y difusión de la industria audiovisual en América Latina. No obstante el protagonismo de las series en temporadas largas o cortas según las urgencias de las televisoras y de los públicos, la narración telenovelesca deviene un fenómeno comunicativo y cultural de repercusión social, condición que la convierte en objeto de estudio de diversas disciplinas del arte y de las ciencias sociales.
De hecho el acercamiento desde la cientificidad motiva atender la diversa procedencia cultural de sus antecedentes. Entre ellos descuellan el melodrama teatral de 1800, la novela europea del siglo 19, la novela de folletín por entregas de inicios de del 20, las radionovelas, los filmes norteamericanos, las ficciones radiales de hechos reales, la fotonovela y las historias ilustradas. Dicho acervo nutre la ficción telenovelesca, pero esta tiene su identidad propia como relato televisual más allá de cualquier relación lógica con formas culturales o literarias preexistentes.
En términos de lenguaje, producción y consumo cultural, la TV renueva códigos y acude a géneros dramáticos de probado impacto en las audiencias. El más recurrente es el melodrama con sus especificidades: personajes-tipo (el villano, el héroe, la víctima), el tema amoroso como eje de la trama y la emocionalidad discursiva.
Por todo esto los realizadores se esmeran al abordar conflictos, los cuales remiten a lo que ocurre aquí y ahora, sugieren pistas, esbozan ideas, propician comprender las estrategias de un producto de dimensiones artística, estética, dramatúrgica, técnica, comunicativa.
Determinadas puestas abren reflexiones sobre nuevos modos de profundizar en la búsqueda social del conocimiento. Contradicciones, actitudes, y filosofías sobre la vida activan el interés de grupos creativos por colocar peligros inminentes ante la mirada y la conciencia de las personas.
Así ocurre en la telenovela El rostro de los días. La puesta ha conmocionado a públicos de diferentes edades y sexos. Aunque lo guionistas Angel Luis Martínez y Serguéi Svoboda plantean desde su punto de vista una amplia gama de planteamientos sensibles a cualquier cubano o cubana, focalizar la violencia y el abuso sexual y los riesgos del maltrato infantil en una acción subordinada del relato –mal llamada subtrama- promueve los análisis de mensajes, textos, contextos, discursos no abordados sistemáticamente en el medio televisual con la frecuencia merecida.
Al colocar la mira en situaciones de alta sensibilidad que implican las relaciones entre una madre, una hija y un padrastro, además de tener una connotación familiar y social revela cómo el arte puede aproximarse a lo real sin la pretensión de ser un tratado sociológico o de otro tipo.
Pensemos en las estrategias comunicativas de un relato que juega con las expectativas de las audiencias, el secreto, el silencio y, precisamente, en ese proceso dramatúrgico hace meditar no solo en Lía y en la pérdida de su inocencia, lo cual es terriblemente doloroso, sino en la amalgama compleja de vidas colocadas al límite.
¿Qué ocurrió, cómo ocurrió, por qué ocurrió, son interrogantes inmanentes en El rostro de los días para alertar a todos desde los conflictos articulados sabiamente. Cada proposición cultural escoge, dentro de la madeja intrincada que suele ser lo real, aquellas aristas o fenómenos que considera pertinentes y en este sentido se destaca un derecho inalienable de los creadores desde tiempos inmemoriales.
Nuestra TV tradicional de servicio público hace énfasis en un concepto esencial: los medios de comunicación audiovisuales son texto y contexto, no es posible analizar el discurso mediático aislado de la sociedad en que se produce y circula. Sin duda, la captación de las individualidades nos permitirá comprender lo universal, lo propio, lo íntimo.
Volveremos sobre El rostro de los días para profundizar en el valor del arte, este educa al movilizar conciencias y acciones.
Buen articulo pero la de la foto de arriba no es Liliana Sosa es Roxana Broche. Gracias
creo que han confundido o las fotos o los nombres,la foto es de mariana no de lia,muy buena actuacion de todos y una enseñanza mas para las adolescentes aunque en estos tiempos las adolescentes ni novela ven solo piensan en discotecas,fumar y tomar.
no todas, soy adolescente, y no pienso ni en fumar, ni en tomar, y en mis 16 años he pisado una discoteca 2 veces. y cuando uno esta en cuarentena ve hasta la programación infantil
Sin generalizaciones por favor. Muchos no somos asi. Y si bien dijl q somos jóvenes, nos gusta divertirnos.
La telenovela representa en el personaje del padrastro de Lia a un hombre joven cínico,que desde el primer
momento mostró claramente sus própositos con respecto a su hijastra.El novio de Lia veía lo que la madre ingenua no podía ver
Si no estuviera terminada la filmación sería interesante contar con la preferencia del público para un final deseado como hacen en Brasil… siempre he preferido las telenovelas cubanas y en los ultimos años han mejorado muchísimo, esta saliendo una generación de muy buenos actores jóvenes que junto a los más veteranos nos brindan una puesta en escena de lujo!!! felicidades a toda la producción!!!
Madre de niña debe tener mucho cuidado con otro.
Muy buena presentación de los temas a abordados.AL FIN!!!!!!!