Dazra Novak y la página en la que no obró el destino

Bohemia
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Dazra Novak y la página en la que no obró el destino
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La página 178 de esta novela es el caos. No puedo decirte más, porque no la he leído. A ver, te explico: Lo primero que hago cuando tengo un libro en mis manos es jugar con él y el destino. Me quedo quieta, mirando su estructura rectangular, trato de adivinar su peso, observo la portada –siempre hay algo que descubrir en ella– y cuando pienso dos o tres cosillas (intrascendentes) me digo, ahí voy, y lo abro en cualquier página, al azar. Entonces, leo. Pues esa página en particular, que habla de una casa, es el caos.

Me gustó ese modo irreverente de decir algo, supongo que importante, al respecto de la casa. Pero insisto, no he leído la novela. En estas insuficientes palabras tampoco trataré de presentártela, Dazra lo hará.

Si me permites unos minutos de tu tiempo te contaré cómo llegué a los jardines de la Biblioteca Rubén Martínez Villena, donde la escritora firmaba todos y cada uno de los libros que se vendieron allí, luego de la presentación de Niñas en la Casa Vieja, una novela que, al decir de Rogelio Riverón, “es en primera instancia un hermoso poema a la mujer y sus inabarcables perspectivas”.

“Para fulanito, para menganito… tengo cinco ejemplares y te voy a escribir en una hojita de papel, uno debajo de otro los nombres que debes poner en cada uno”, y así un montón de graciosos reclamos a la narradora.

Eran muchas personas esperando tener en la primera página de su libro, fuera propio o para obsequiar, la caligrafía de Dazra Novak, una mujer demasiado talentosa que tengo el gusto de conocer desde hace ya algunos años, digamos que… desde mi primer día de clases en el Centro Onelio, donde la vi, como una niña en su pupitre, apenas imaginando cómo sería el juego de escribir, este, su juego, que nos ha atrapado desde las primeras publicaciones (Cuerpo Reservado y Cuerpo Público, de 2007 y 2008, respectivamente).

Pues llegué a deshora; corriendo, después de una intensa mañana de tareas tan diversas como estresantes. Y adivina, no alcancé libro. Se habían agotado. Allí estaba Betriz (btik), a quien precisé casi instantáneamente: ¡me buscas uno!

Y el destino, oh, no es tan caótico para mí, hizo que el padre de la escritora se despojara del suyo para regalármelo. Corrí a saludarle, a presentarme, pues no lo conocía y a agradecer su bonito gesto.

Delgado, de pelo muy blanco, alegre y orgulloso de su formidable hija, me regaló también la más bonita de sus sonrisas. Allí estaba la hermana de Dazra, ahora me pregunto, porque no lo sé, ¿escribirá cuentos, poesía, tal vez? ¿Cómo será ser la hermana de Dazra?

Una escritora, vive en un mundo muy suyo, lleno de puertas, cerradas… ¿cuál de ellas le será accesible? ¿Una, dos, varias, todas? Bueno, me gusta también imaginar escenarios. Es parte del rito cuando agarro el texto, por primera vez, y me dispongo a abrirlo.

Luego de una extensa fila, cuando Dazra estaba casi a punto de firmar el mío, jaraneé: imagino que cuando llegue a mí ya pondrás un cuño, le dije. Dazra ríe. Ella, que se define como una persona solitaria, cuya naturaleza –afirma– es aislarse, ríe, a carcajadas y también es muy sensual su sonrisa.

Pero Dazra es tan sensual como su sonrisa. Si lo sabrán algunos narradores contemporáneos que hasta han escrito cuentos donde ella pudiera aparecer en la fantasía de algún que otro personaje, cosa que siempre me ha llamado la atención, cómo los escritores juegan en sus historias a hacerse guiños, a dejar la huella de su paso por ese complicado y cautivador mundo de la literatura. Pero, pensándolo bien, y no quiero sonar histriónica, me gustaría haber inspirado alguno de los personajes de, quizás, Making off (2012).

Imagino que ya te preguntarás: bien, ¿y de qué va esto? Pues, simplemente te cuento un pedacito de mi tarde, el 1° de marzo de 2022, cuando Dazra Novak, alias Mairely Ramón Delgado (¿o debería ser a la inversa?), presentó su novela en un rinconcito de La Habana, sin grandilocuencias, rodeada de amigos, expectante por las críticas que vendrán.

Menos de cinco minutos bastaron para resumir y presentar su nueva historia. – ¿Ya?, qué entrevista tan corta, se extrañó. Solo alcancé a responder que soy más fotógrafa que otra cosa, para qué alargarla si lo más importante ya estaba dicho, la intención es motivar la lectura de su nueva obra y yo estoy ansiosa por empezar.

***

Dazra Novak (La Habana, 1978) es actualmente la Directora del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Fue merecedora del Premio Ítalo Calvino de Novela, 2020, con la novela Cherie. El jurado, por unanimidad, basó su criterio en el diálogo que establece la autora con la creación plástica de la destacada pintora cubana Rocío García, quien ahora es dueña de la portada de Niñas en la Casa Vieja (Editorial Letras Cubanas), con su obra Las geishas de 5ta. Avenida.

 

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