El arte del engaño

Hablamos de pitcheo con José Manuel Cortina y Ricardo Eizmendi


Cuentan que un lanzador triunfa si adivina lo que busca el inquilino del cajón de bateo. ¡O viceversa!

José Manuel Cortina, de 72 años, un destacado entrenador, a quien también se le reconoce por haber “salvado brazos” a más de una treintena de pítcheres, con éxito además allende nuestras fronteras y autor de varios libros, accedió a esta entrevista vía WhatsApp desde su natal Pinar del Río.

–¿Por qué algunos lanzadores suben la velocidad cuando se insertan en otras ligas?

–Son varios factores: Tecnología, motivación y disciplina.

“Además, al hombre desde su psicología algunas situaciones le hacen ofrecerse más. No todos adoptan una actitud positiva ante los desafíos que enfrentan.

“Por ejemplo, Raidel Martínez cuando llega de Japón descansa poco y viene conmigo a prepararse, porque sabe que en la medida que se perfeccione más, sus resultados serán mejores. Y por ende, tendrá una mayor remuneración monetaria.

“Hace 40 años atrás esto era una blasfemia, pero hoy el mundo ha cambiado y por mucho que lo neguemos vamos camino al profesionalismo, aunque con pasos de tortuga”.

–A veces nuestros lanzadores no solo se estancan, sino que bajan la velocidad notablemente.

–Se debe a los juegos al mediodía, el seguimiento del trabajo diario y los elementos técnicos.

“Un día le dije a un compañero que los estadounidenses le habían puesto el uno (en las posiciones al campo) al pitcher y eso tenía un sentido. Hoy nuestros entrenamientos dejan a los lanzadores como último preludio y eso es equivocado. Después no tienen control. ¿Por qué? No lo practican.

“Tampoco los montículos sirven. Ello dificulta lograr una buena mecánica del movimiento. Muchos no saben ni agarrar la pelota, y a eso le sumamos que los especializamos demasiado temprano y entonces no batean, o sea, no dominan esa importante área.

“Llevábamos más de 30 años compitiendo contra universitarios estadounidenses y no nos dábamos cuenta (para no decir que estábamos ciegos) de que en esos equipos el jardinero central viene a relevar y el que lanzó hoy al otro día es inicialista o designado”.

–¿Cuándo podremos especializar a nuestros lanzadores en torneos domésticos?

–No se puede. Es como llevar un niño de primaria a estudiar a la secundaria. El Cuba del V Clásico lo hizo porque contaba con talento suficiente.

–¿No bateamos en eventos internacionales porque no vemos con frecuencia ese tipo de pitcheo?

–Ese elemento se llama adaptación, pero no es solamente porque no lo vemos, sino porque esos pítcheres tienen mejor soltura para colocar los envíos. Lo hacen con mayor control y es ahí donde tenemos dificultades.

“A nosotros nos sacan out tanto los veloces como los que tiran flojo. Por ejemplo, el abridor de Países Bajos en el Clásico, Tom de Blok, no pasaba de las 86 millas, y nos dominó.

“En la pelota cubana los bateadores conectan porque los lanzadores son los engañados. En más del 90 por ciento tiran curvas en dos strikes –casi lance avisado– y no saben qué cosa es un envío para confundir. No descifran cuándo lo van a utilizar porque no lanzan o piensan como un bateador”, finalizó Cortina.

José Manuel Cortina (a la derecha en la foto), es reconocido también por haber “salvado brazos”. / Boris Luis Cabrera.

Otra mirada

Ricardo Eizmendi, jefe técnico del béisbol cubano, siempre está en el Latinoamericano. Detrás de la malla, con la vista fija en el home play y su laptop delante.

“Desde 2015 usamos el Strikes Zone, un sofware que ha ganado mayor aceptación en años recientes, fundamentalmente a partir de la Serie Nacional 61.

“Es un programa que arroja información completa, y te permite incluso adaptar el posicionamiento a la defensa.

“Antes solo lo consultaban los equipos cuando venían a La Habana, pero desde hace dos temporadas existe una base de datos que se envía a cada provincia, para que estudien al rival de turno antes de iniciar la subserie”, dijo Eizmendi, en referencia a la principal arma tecnológica actual de la pelota cubana.

–Dosificar el pitcheo y cuidar a los lanzadores en torneos domésticos es una deuda.

–La Comisión Nacional reglamentó un límite de envíos. Todavía es elevada la cifra de 130 para la etapa regular. Serían 100 los ideales, con los mismos cinco días de descanso que tenemos como tope ahora.

“Pero lo más importante es la conciencia de cada cuerpo técnico. Creo que todos los directores de equipos tienen que tener claro que si no especializan su pitcheo van a pasar mucho trabajo.

“El tiempo de descanso es importantísimo. Pero por lo general los días de receso de un pitcher en nuestra pelota son los mismos, sin importar que el límite de lances sea mayor o menor. Los managers lo llevan al máximo, en este caso 130, y eso no es lo ideal.

“Nuestra solución emergente es tratar con prioridad a algunos brazos jóvenes de equipos nacionales, como por ejemplo Naykel Cruz y Marlon Vega.

“Ambos llevan dos años con una carga grande de eventos, tanto dentro como fuera del país, por lo que tenemos que regularlos.

“La contienda pasada bajaron la velocidad a 85-86 millas, y para la presente logramos que vuelvan a las 90, con descanso y especialización, porque el abridor lleva un sistema de trabajo diferente al de un relevista. Así que no se deben mezclar los usos.

“De cualquier modo, tenemos que reducir los números de lanzamientos para ir a la par de otras ligas. Ese es el futuro cercano. Lo que pasa es que estamos en medio de una contienda atípica, con poco tiempo y un calendario apretado. Pero podemos prever que vienen cambios para bien.

“Tenemos como meta que todos los equipos definan sus abridores, intermedios y cerradores”, expresó Eizmendi.

Lo cierto es que el arte del engaño no triunfa aún en nuestro torneo doméstico. Al cierre de esta edición de BOHEMIA, tras concluir los primeros 15 juegos de la Serie 62, el pitcheo registraba de manera general un elevado promedio de carreras limpias de 5.56, y solo Matanzas bajaba de los cuatro (3.45).

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Un comentario

  1. No se cómo es posible que toda esa experiencia no sea aprovechada y compartida tanto por los dirigentes del beisbol como por los entrenadores de la base que son los que realmente enraizan los buenos hábitos en el arte de lanzar a edades tempranas se aprende mucho más

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