El día que Cienfuegos se aferró a la libertad
Foto. / misiones.cubaminrex.cu
El día que Cienfuegos se aferró a la libertad
Foto. / misiones.cubaminrex.cu

El día que Cienfuegos se aferró a la libertad

La pequeña Merceditas siempre les inventaba un pretexto a las maestras particulares para estar en casa cuando su papá regresara del trabajo y salir con él en la moto a visitar a amigos, conocidos o a quienes solicitaran sus servicios como enfermero. Pero esa tarde pasaron las cuatro, las cinco, la seis… Y su padre nunca regresó.

Francisco del Sol Díaz había salido de madrugada hacia el Distrito Naval de Cayo Loco, no a sus labores habituales de enfermería, sino a ocupar el enclave militar junto a los revolucionarios.

Pancho, así también le decían, fue el primer marino de la base que se unió al M-26-7, por tanto, el enlace principal entre los conspiradores dentro de esta y la jefatura del Movimiento.

***

Entre José Dionisio San Román Toledo y Julio Constantino Pérez Gómez, igualmente sumidos en la conspiración, su amistad venía de larga data. Durante la década de los 30, aunque el primero tenía apenas cinco años y el segundo ya era un adolescente de 14, surgió una simpatía mutua porque ambos soñaban con ser marineros.

En muchas ocasiones, mientras Inocencia, la hermana del jovencito, realizaba sus tareas como doméstica en la casa del pequeñín, ellos pasaban largas horas conversando sobre su afición.

Trece abriles después, el 4 de julio de 1947, el joven de escasos recursos lograba su sueño al alistarse en la Marina de Guerra como ayudante de fogonero, en la fragata Máximo Gómez. Un año más tarde, su amigo ingresaría en la Academia Naval del Mariel.

El mar y la vida los hermanaría, pues luego de graduarse, este último pasó a laborar en el Distrito Naval del Sur, en Cayo Loco. Allá también navegaría el otro bautense tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. La embarcación donde él trabajaba fue una de las movilizadas hacia esa base.

El niño que Julio había conocido era oficial de máquinas en el guardacostas Leoncio Prado. Para sorpresa de ambos, otro ideal más fuerte los unía: la fragua de la lucha armada como única vía de poner fin a la dictadura batistiana.

El 28 de septiembre de 1956, el alférez de fragata San Román Toledo causó baja de la institución “por sus actividades revolucionarias”, refería el periódico Diario de la Marina. Los órganos represivos de la tiranía desplegaron su férrea vigilancia sobre él; no obstante, los amigos mantuvieron comunicación y en agosto de 1957, Julio recibió de Dionisio información imprescindible para el inminente alzamiento. Sería este el último sueño compartido por ambos.

Cronología de un levantamiento

El día que Cienfuegos se aferró a la libertad
Francisco junto a su esposa e hijas. La niña mayor es Merceditas. / Cortesía de la familia Del Sol Bonet.

Entre las 5:00 y las 6:00 de la madrugada llegaron a la base naval de Cienfuegos los marinos dirigentes de las células del M-26-7, quienes desactivaron a los oficiales de guardia. Minutos después a la guarnición entraron Julio Camacho Aguilera, jefe de la acción por el Movimiento, y Dionisio San Román, líder de los navegantes sublevados. Detuvieron al regente del Distrito, coronel Comesañas y a los demás uniformados.

Pasadas las 6:00 a.m. se incorporaron a la operación revolucionaria otros combatientes que estaban acuartelados en distintas zonas de la ciudad. Y al llegar los integrantes de la Marina que dormían fuera de la base tuvieron que definir su posición: si permanecían del lado del régimen batistiano los llevaban a las celdas, si apoyaban la Revolución se les entregaba un revólver.

Cuando faltaba poco tiempo para las siete de la mañana, comenzó la salida de grupos mixtos (marinos y civiles) hacia los principales objetivos en la urbe. Cuentan que en cuanto la noticia del motín fue conociéndose entre el pueblo, muchos hombres se presentaron en las puertas del Cayo pidiendo armas para sumarse.

Sin combatir ocuparon el edificio de la Policía Marítima. De camino a su próximo objetivo, el Cuartel de la Guardia Rural, en la Calzada de Dolores ocurrió un enfrentamiento entre soldados y rebeldes. Los disparos avanzaban al compás de las manecillas del reloj.

A media mañana los aviones enemigos sobrevolaban el cielo cienfueguero intimidando a los asaltantes, mas ni la fuerza aérea ni la terrestre lograron impedir que tomaran la sede de la Policía Nacional y repartieran a los pobladores las armas de los efectivos.

Las fuerzas revolucionarias accedieron, además, a los edificios situados alrededor del Parque Martí. Pero al mediodía entraron los más de 90 soldados del Tercio Táctico de Las Villas e iniciaron la ofensiva contra los rebeldes. Cuatro horas más tarde, siguiendo la orden de Batista: “Castiguen a la ciudad sublevada”, se realizó un bombardeo a Cayo Loco y disparos sobre algunos barrios de Cienfuegos. El Ejército recuperó el Distrito Naval.

Debido al golpe asestado por la aviación, el cansancio natural tras horas de combate y la confirmación de que el planeado levantamiento simultáneo en Santiago de Cuba no se había producido, algunos combatientes civiles decidieron retirarse a las seis de la tarde por el fondo del Colegio San Lorenzo. Otros resistieron hasta inmolarse.

Casi a la medianoche, la dictadura recuperó la jefatura de la Policía; igualmente recobró el Colegio, en la primera hora de la madrugada. Luego asesinaron a todos los marinos complotados.

Cienfuegos amaneció el seis de septiembre ensangrentada. Más de 40 personas perdieron la vida, entre los caídos en combate, los asesinados por la dictadura en fecha posterior al alzamiento y las víctimas civiles. En su mayoría cienfuegueros, pero también de estirpe habanera, matancera, villaclareña, espirituana y pinera.

Flash back: la fragua de la epopeya

El día que Cienfuegos se aferró a la libertad
Reportaje publicado en BOHEMIA sobre el alzamiento. / Archivo de bohemia/autor no identificado.

En el segundo semestre de 1955 quedó constituido el Movimiento 26 de Julio en los principales poblados de esa localidad cubana. El farmacéutico Rigoberto García Flores, quien dirigía entonces el M-26-7 en la principal urbe del territorio, logró captar pronto a un grupo de marinos de baja graduación que conspiraban contra la dictadura en el Distrito Naval.

Según el destacado investigador Andrés García Suárez (ya fallecido), el primer intento de levantar en armas a la Perla del Sur guarda relación con los planes de Fidel Castro de traer una expedición desde México.

“Junto con la recaudación de fondos para financiar al grupo expedicionario, el Movimiento en Cienfuegos envió a México al ex oficial de la Marina de Guerra, Roberto Roque Núñez, quien sería el piloto del ‘Granma’; pero el 30 de noviembre de 1956 no pudo contarse con la ayuda de los marinos [de la Base de Cayo Loco] por haber sido acuartelados previamente por la dictadura, y solo se realizaron algunas acciones locales con los combatientes civiles. Rigoberto García Flores fue apresado, torturado y obligado a abandonar la ciudad”.

El nuevo coordinador del M-26-7, Emilio Aragonés Navarro, ideó atacar el enclave militar de Cayo Loco, apertrecharse de municiones y marchar hacia las montañas del centro de Cuba, con el objetivo de formar un segundo frente guerrillero en el Escambray. Una ayuda extraordinaria para la lucha clandestina en todo el país y el Ejército Rebelde en el oriente de la Isla.

Frank País y Fidel Castro aprobaron la estrategia de Aragonés. Imprevistos de última hora influyeron en la decisión de posponer el llamado Sábado de Gloria, de abril de 1957 para el 28 de mayo. Tampoco esta vez tendría lugar: al anochecer del día anterior las fuerzas represivas recibieron información sobre la presencia de desconocidos en el barrio Buenavista y desplegaron un operativo militar que frustró el plan revolucionario.

Los 35 jóvenes allí acuartelados fueron capturados y torturados; sin embargo, gracias a su lealtad pudo preservarse la misión para un futuro inmediato: el 5 de septiembre.

Dos jornadas antes de lo acordado, oficiales de mayor graduación de la Marina, sumados a última hora, efectuaron una reunión en La Habana, donde decidieron unilateralmente posponer el alzamiento, pero debido a falta de comunicación entre estos y los dirigentes del M-26-7, la noticia no llegó a tiempo a los líderes de la acción.

 Cienfuegos se levantó en armas, sola, atrayendo sobre sí las hordas voraces de la dictadura.  

***

El día que Cienfuegos se aferró a la libertad
Cada 5 de septiembre el pueblo cienfueguero, acompañado por el Comandante de la Revolución Julio Camacho Aguilera, rinde homenaje a los héroes y mártires. / Modesto Gutiérrez Cabo.

Sobre las 10 de la mañana del quinto día de septiembre, cuando las aeronaves del Ejército comenzaron a sobrevolar la zona, en Cayo Loco, Dionisio San Román, el joven de Bauta intentó contactar con la fragata Máximo Gómez, en donde trabajaba su amigo de la infancia.

No coincidieron. Mientras el alférez accedía al navío fue hecho prisionero y luego trasladado y asesinado en La Habana. Julio también encontró la muerte en manos de los esbirros.

En medio de la sublevación, otro revolucionario, Francisco del Sol, no dejaba de preocuparse por su hija de meses, a la que había bajado la fiebre antes de salir de casa. Seguramente pensó, asimismo, en su esposa, el niño o la niña que venía en camino y en su primogénita, eterna compañera en sus rutinas vespertinas. Pero no siempre el amor salva a los héroes.

Durante mucho tiempo Merceditas esperó a su padre. Era muy pequeña para entender la dura verdad de la muerte. Y cuando escuchaba una motocicleta, salía a su encuentro mientras gritaba: “¡Llegó mi papá!”.

Aunque el dolor por la pérdida y la añoranza nunca menguaron, un día comprendió que él y otros cubanos, el 5 de septiembre en Cienfuegos se aferraron a la libertad a cualquier precio.

________________

Fuentes consultadas Los textos periodísticos Mercedes del Sol: Durante mucho tiempo seguí esperándolo…, de Ismary Barcia Leyva (5 de Septiembre, edición digital del 15 de agosto de 2017); Bauta dejó su sangre en Cienfuegos el 5 de septiembre, de Olga María Mesa Placeres (El Artemiseño, edición digital del 5 de septiembre de 2021); La Patria es… Cienfuegos un cinco de septiembre (Mesa Redonda, emisión del 4 de septiembre de 2017); Infografía Levantamiento del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos, de Amilcar Acosta Calzado (Cubasí, edición digital del 5 de septiembre de 2021); 5 de Septiembre de 1957: Cuando el pueblo rompió la madrugada, de Andrés García Suárez (5 de Septiembre, edición digital del 5 de septiembre de 2018).

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos