Navegar entre luces y ondas
Foto. / syscmomblog.com
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Navegar entre luces y ondas

La wifi es hoy la tecnología más estable para la conectividad inalámbrica, pero existen ya otras que podrían complementarla, o incluso, reemplazarla. La posibilidad de transferir datos a través de la luz es una de las apuestas más osadas


“Una de las mujeres más bellas de la historia del cine”, como definen muchos especialistas a Hedy Lamarr, cumpliría este mes de noviembre 108 años. La fama alcanzada por la actriz austriaca que protagonizó el primer desnudo integral del cine convencional, eclipsó una de sus facetas más importantes: la de inventora.

Junto al pianista y compositor estadounidense George Antheil, Lamarr inventó la primera versión del sistema de radiocomunicaciones denominado “técnica de transmisión en el espectro ensanchado”, ideado para fines militares, que se convertiría en la base de las comunicaciones inalámbricas de largas distancias, la telefonía móvil, el bluetooth y la wifi.

Justamente en octubre último, se cumplieron 25 años desde que el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, por sus siglas en inglés), publicó la primera definición de un estándar Wi-Fi (Wireless Fidelity o fidelidad inalámbrica), denominado en un inicio con el engorroso código de IEEE 802.11-1997.

Su punto de partida podría establecerse en distintas etapas de su proceso de creación, pero 1997 fue un año clave en el arranque de este sistema que permite conectar –sin cables– computadoras, teléfonos, televisores, reproductores multimedia y otros dispositivos, a través de un punto de acceso a una red inalámbrica.

Desde su puesta en marcha, la tecnología wifi revolucionó la manera en que las sociedades se conectan a través de sus constantes actualizaciones. Su uso se ha extendido rápidamente en el mundo durante de las últimas dos décadas, si bien existen aún numerosos rincones del planeta donde esta tecnología no existe.

Un estudio conjunto de Microsoft, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), estima que solo en América Latina, 244 millones de personas no tienen acceso a internet en la actualidad.

La investigación revela que la covid-19 sacudió un poco esta realidad e hizo de la conectividad una necesidad preponderante durante la pandemia; de ahí que surgieran muchos proyectos de desarrollos tecnológicos por parte de los gobiernos y algunas organizaciones para llevar la conectividad a áreas remotas.

La wifi es actualmente la tecnología más estable para la conectividad, pero existen alternativas que podrían complementarla en un futuro, tal vez hasta reemplazarla. ¿Se imagina transmitiendo datos solo a través de la luz? 

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La lifi apuesta por convertir millones de lamparitas de uso diario, en puntos de acceso o routers que no solo nos iluminen, sino que nos mantengan conectados. / agenciadenoticias.unal.edu.co

Lifi, a la velocidad de la luz

Científicos de la Universidad Técnica de Dinamarca implantaron un nuevo record de transferencia de datos, al traspasar información en 1,84 petabits por segundo con la ayuda de un chip óptico y un láser infrarrojo.

Un petabyte, recordemos, equivale a 1024 veces un terabyte, que es la capacidad de un disco duro común hoy. Si tenemos en cuenta que el tráfico promedio de movimiento de datos por Internet es de un petabite por segundo, se entiende mejor la relevancia del suceso.

Hablamos de que, si el experimento de estos investigadores daneses llegara a plasmarse en el mundo real, se podrían descargar, por ejemplo, 230 millones de fotografías tan solo en un segundo.

En este estudio, como en la tecnología lifi (acrónimo del término inglés light fidelity, comercialmente LI-Fi), existe un elemento clave en común: la luz.

En 2011, el profesor de Comunicaciones Móviles de la Universidad de Edimburgo, Harald Haas, acuñó con el término Li-Fi a una tecnología capaz de transmitir datos a frecuencias de entre 400 y 800 terahercios (THz) mediante el uso de ordinarias lámparas led (diodo emisor de luz).

El sistema permite enviar información digital invisible para el ojo a través de la luz. Las últimas estimaciones respecto a la velocidad de transmisión de datos aseguran que será hasta 10 000 veces más rápida que la permitida por las ondas de radio utilizadas hoy en las redes inalámbricas.

Su implantación es sencilla teniendo en cuenta que el led es un elemento bastante común, lo que hace de cualquier fuente de iluminación de oficinas y hogares en sí misma un router o enrutador lifi

Señala el profesor Haas que las ondas de luz pueden transmitir información en código binario, y las lámparas led funcionan como receptores y transmisores de información gracias a un pequeño dispositivo conectado que traduce las señales y las reenvía a teléfonos celulares o computadoras.

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La wifi, también llamada WLAN o estándar IEEE 802.11, se lanzó por primera vez en 1997. / infobae.com

Con tecnología lifi podríamos enviar datos del móvil a un televisor o copiarlos a un disco duro, apuntando simplemente con el teléfono durante unos segundos.

“Sería posible, además, que las autopistas contasen con hileras de lámparas que cumplan varias funciones: iluminar la carretera, mostrar actualizaciones de tráfico o transmitir información de internet a cualquier conductor o pasajero que contase con un equipo con conexión. Todo ello de manera inalámbrica”, apunta el portal Xataka.

La transmisión de información a través de la luz se estudia desde hace más de 50 años. Además del profesor Haas, el matemático mexicano Arturo Campos ha sido pionero en llevar esta tecnología al mercado desde su compañía Sisoft, que ya lanzó las primeras lamparitas lifi, capaces de transferir fotos y videos además de iluminar.

 Campos confía en que esta tecnología llegó para quedarse, que convivirá como aliada de la wifi y será clave para el Internet de las Cosas (IoT) y las ciudades inteligentes.

Iguales, pero diferentes

Así como los routers wifi desplazaron a los cables, las bombillas led podrían reemplazar a las redes inalámbricas. De momento, su uso es muy limitado, solo en algunas aerolíneas, hospitales y empresas.

La LiFi todavía está lejos de llegar a los hogares de los usuarios, algo que deberá corregir si se presenta como la alternativa de Internet del futuro.

Como toda tecnología, enfrenta limitaciones: no funciona bajo la luz solar directa, no puede atravesar paredes y su alcance de transmisión es corto, pero gana en otras bondades respecto a las actuales conexiones de transmisión de voz y datos a través de telefonía móvil 3G y 4G, y la propia wifi.

Los enrutadores wifi tradicionales suelen saturarse en lugares donde hay varios dispositivos que interfieren entre sí.  Sin embargo, lifi puede usar varias luces en una habitación sin interferencias.

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Hedy Lamarr y George Antheil presentaron en 1941 un sistema que sentaría las bases de las comunicaciones inalámbricas, la telefonía móvil, el bluetooth, el sistema GPS y la wifi. / Fotograma del documental Bombsheel: La historia de Hedy Lamarr/insertoscine.com

Esta tecnología puede llegar a ser cien veces más rápida que la wifi, ofreciendo enormes velocidades de hasta un gigabit por segundo; asimismo, presenta un menor costo ya que se puede prescindir de dispositivos como routers, módems, amplificadores de señal, de onda o antenas.

La lifi solo requiere de una fuente de luz, una conexión a internet y un fotodetector, lo que también aumenta la seguridad informática al bloquear cualquier intento de entrada de información no autorizada por dispositivos fuera del espectro lumínico. 

Pese a estas bondades, la lifi está diseñada para radios cortos, ya que, obviamente, la luz no puede atravesar las paredes ni alcanzar grandes distancias por medio del led.

Otro reto futuro para la tecnología lifi es la integración de los receptores en dispositivos como los teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores portátiles, etcétera.

La wifi, en cuestión de conectividad, seguirá siendo el pan nuestro de cada día. La lifi se presenta más como una suerte de alternativa futurista. Pero, ojo: si logra desarrollarse a gran escala, podría cambiar para siempre la forma en que nos conectamos a ese universo de ceros y unos, como lo hizo Hedy, una mujer de cine y ciencia, hace más de 80 años.

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