¿Quién ahí conoce de distanciamiento social?

Todavía es temprano, pero hay cierta inquietud.
Por JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA
Una de las razones por las cuales se invita a las personas a quedarse en casa; es decir, materializar el distanciamiento social fue la de evitar la aglomeración de personas en las calles y, de este manera, evitar la propagación del coronavirus. Otro tanto ocurrió con la supresión del servicio del transporte público, la suspensión de las clases y el cierre de un gran número de centros laborales.
Está claro el objetivo, pero cuando vemos que esas mismas personas van –a veces en composición completa de familia- para una cola, parece que cualquier empeño ha sido como sembrar en terreno baldío.
Hay colas y colas, y la permanencia de las personas en ellas dependerá de la manera en que se conjuguen dos elementos esenciales: disciplina y organización, tanto de los clientes, como de los funcionarios de las tiendas y los agentes del orden.
Las colas son hoy leña para las brasas de la candela que siempre está esperando el coronavirus. Si no, veamos las gráficas que les mostramos a continuación.
- Y el distanciamiento, ¿pa’cuándo?
- Por fin, ¿detrás de quién vas?
- Ella esta fuera del gran grupo, y con el nasobuco fuera de lugar.
- Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA
- El agente del orden y la administradora de esa tienda esperan a que cada persona se coloque a un metro de distancia de la otra, para repartir los turnos.