El destino me ha llevado siete veces a Granma. Quizás me equivoque, mas no creo sean muchos los habaneros de 40 años de edad con esa cantidad de visitas a la suroriental provincia.
Desde la primera vez, cuando visité Bayamo en 2008 por cuestiones laborales, pero no todavía periodísticas, me sentí tan a gusto que la despedida me supo un poquito amarga. En aquel momento no hice planes; sin embargo, los astros se alinearon y bajo el efecto de algún “enigmático hechizo”, no he dejado de volver.
Ahora, el 23 de enero de 2022, en el inicio de la Serie Nacional de Beisbol 61 –mi séptimo viaje– la algarabía del Mártires de Barbados volvió a enamorarme como un adolescente. Allí, sentado en la grada, con la conga de fondo, enumeré en mi mente cada uno de mis recorridos por Granma.
Decidí entonces hacer silencio y guardarme el secreto ante mis colegas de la prensa deportiva, con más años de experiencia en el sector, es cierto, aunque probablemente menos embriagados del calor humano que inunda esta tierra.
Algunos creen que el siete es el número de la buena suerte. Si no pregúntenle al otrora segunda base de los Industriales y equipos Cuba, Juan Padilla, o al futbolista Cristiano Ronaldo. Ya lo dijo el cantautor Carlos Varela cuando desnudó la cifra en uno de sus más emblemáticos temas “siete vidas, siete mares… siete notas musicales”. Yo solo agregaría, si fuera mía la letra: “siete visitas a Granma”.
Se trata de un número muy popular, al que se le relaciona con la perfección, la naturaleza e incluso las deidades, motivo por el cual aparece frecuentemente en la mitología y la religión.
Tras repetidas estancias en Bayamo, Manzanillo, la zona costera hasta Media Luna, y los intrincados San Pablo de Yao y Cienaguilla, a este redactor le sorprendió sobremanera el municipio de Guisa –a donde arribé por vez primera– especialmente tras ascender la Loma de Braulio Curuneaux.
Situada justo en el costado derecho en las cercanías de la carretera de Guisa a Bayamo, esta ligera cumbre reúne en una pequeña porción de tierra gran parte de la historia que involucra a todos los cubanos.
Recuerdo vivo
[quote]Del 20 al 30 de noviembre de 1958, en el que fue uno de los combates más largos de la guerra por la liberación, Guisa se convirtió en el escenario de una batalla decisiva para las tropas del Ejército Rebelde, al mando de Fidel Castro Ruz.
Ascender por el asfalto que conduce luego hasta una breve escalera en bajada con destino al pie de la tumba donde reposan los restos del comandante Braulio Eustacio Curuneaux Betancourt, el capitán Guillermo González Polanco y otro combatiente desconocido, provoca emociones hasta en los más escépticos.
El 27 de noviembre, a siete días de iniciado el combate, convertido ya en una gran batalla, un impacto directo del cañón de un tanque Sherman destruyó la trinchera donde se encontraban estos tres abnegados rebeldes.
Cuentan que, en horas de la tarde de aquel agotador día, el Comandante Fidel, junto a Celia Sánchez, le dio sepultura a los mártires, en el mismo sitio donde se conservan hasta el presente.
“Por aquí no pasarán” prometió Braulio Curuneaux. Si cerramos los ojos y escuchamos el viento que baja desde las montañas, es posible que, entre la detallada narración de los hechos en voz de los guías del lugar, viajemos con la imaginación hasta ese preciso momento, un privilegio raro que se fusiona entre la paz reinante del presente y el tormentoso duelo que marcó el destino de la Revolución.
Lo cierto es que con solo 180 hombres armados los rebeldes derrotaron a varios batallones rivales y liberaron el poblado de Guisa. Se contabilizaron 22 acciones combativas, incluidas algunas contra tanques y aviones. La proporción se calcula de un rebelde armado contra 12 hombres altamente equipados. Así y todo, las tropas batistianas sufrieron unas 200 bajas entre muertos y heridos.
Y qué decir del botín de guerra que conquistaron los rebeldes: 130 granadas, 55 000 balas, 70 obuses de morteros, una bazooka, siete ametralladoras calibre 30 con trípode, cientos de mochilas, 14 camiones de transporte, víveres y medicinas, entre otros recursos.[/quote]
Guisa hoy
Han pasado 64 años de aquella gesta, donde se demostró el talento militar de Fidel y se puso en evidencia la seguridad que el Ejército Rebelde había puesto en el triunfo. Dicho por el propio Comandante en Jefe varios años después: “no existen imposibles si se lucha con convicción, valor y fe en la victoria”.
En el presente, esos parajes lejanos para un forastero como yo lucen pintorescos ante la vista. No solo el monumento que rinde tributo a los caídos destaca por la ejemplaridad y lo pulcro, sino que todo el poblado brilla, como una especie de joya entre las montañas, que dan deseos de multiplicar por toda Cuba.
Con razón el vocablo indígena guis, de donde evolucionó el nombre actual de Guisa, revela la autenticidad de sus raíces, esas que en toda la suroriental provincia se veneran y convierten a esta región en una zona donde no mueren las tradiciones. Dicho sea de paso, en Granma te enamora la calidad humana de su gente porque valoran la cultura del detalle y te acogen como familia.
Tal vez estas conjunciones son las causantes de que sobresalga en tantos sectores, como en el plano deportivo. Cabe precisar que solo en el municipio de Guisa hoy se practican 21 especialidades, siete de ellas entre los denominados deportes priorizados.
La matrícula general es de 2 586 atletas, apoyados por una fuerza técnica de 96 profesores. Un simple ejemplo: en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) se contabilizan 46 futuros deportistas de la región.
En un total de 108 escuelas (67 primarias, dos especiales, 14 secundarias básicas, cuatro preuniversitarios y cuatro técnicas y profesionales) laboran 91 profesores de Educación Física. Para todos los niveles de enseñanza se aplica el Programa de Organización de la Educación Física, el Deporte y la Recreación, el cual gestiona de manera correcta la selección de los jóvenes más talentosos.
Resultados
En el registro más cercano en el tiempo destaca el caso de la atleta Melisa Garlobo Segura, participante en los 1 Juegos Panamericanos Junior Cali-Valle 2021, en Pentatlón Moderno.
A nivel provincial sobresalen el Tenis de Mesa, primer lugar en la categoría sub-9 y segundo en la sub-7. En la etapa de 11-12 años, el voleibol ostenta el segundo escaño, mientras que Triatlón y Esgrima se ubican terceros.
El Tiro Deportivo de Guisa es primero en Granma en las edades de entre 13 y 15 años, a la vez que Tiro con Arco (10-12 años) y Boxeo (11-12) son cuartos.
¿Bastante para una localidad montañosa verdad? Resulta que, muchas veces con poco, se puede hacer mucho. Ese es el caso de este municipio, tierra donde se celebró por varios días la victoria de Granma en la Serie Nacional 60. Ahí no estuve, pero me lo contaron.
Es entonces cuando una exclamación me hace regresar. Granma acaba de empatar el marcador. Vuelvo en cuerpo y mente hasta el juego inicial de la campaña 61, mientras repaso una vez más mis siete visitas. Para no omitir ninguna, las enumero con los dedos. Por suerte nadie me está mirando. El juego no permite distracciones.
La conga cambia a un ritmo todavía más contagioso y todos se divierten –hasta donde lo permite el protocolo sanitario– en el Mártires de Barbados. Granma y Matanzas regalan un gran partido que acaba ganando la visita (4-3). La instalación, que cerró sus puertas durante la campaña precedente, como todos los estadios del país a causa del azote de la covid-19, parece haber cobrado vida. El beisbol es pura fiesta y puedo apostar a que nadie la disfruta más que los orientales.
No caben dudas de que la declaratoria de nuestro deporte nacional como Patrimonio Cultural de la Nación es más que merecida. La pelota cubana es herencia de pueblo, como las luchas por la independencia, la historia toda y el presente que nos une.
Si de futuro hablamos, espero que ese “hechizo enigmático” siga trazando mi destino y los dioses de la carretera me impulsen siempre hacia el oriente cubano. Granma seguirá siendo ese gran destino, donde nunca faltan sitios por descubrir.
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2 comentarios
hola bd, sè que su interès es el deporte pero ha sido bonito que lo mezcles con la historia, ese otro màrtir de la batalla de guisa enterrado junto a braulio es un tio que nunca conocì, un joven de apenas 15 años que no tuvo experiencia, pero se brindò y luchò, mi padre fue quien identificò su cadàver y visitò mientràs pudo ese lugar, yo nunca he podido, Mi tio se nombraba Oscar Montano Rodriguez, segùn supe, escuelas y cooperativas de guisa llevan su nombre, si supieras algo màs te agradecerìa.
Hola Yoelia, es muy interesante lo que nos cuenta. Nos gustaría acceder a más información. Allá en Guisa los especialistas del lugar nos explicaron que después de muchas investigaciones no se había conocido la procedencia de ese «soldado desconocido». Saludos y contáctenos o envíenos una mejor opción para hacerlo nosotros con usted. Y gracias por comentar.