Hugo Chávez: Gigante, tempestuoso, eterno

Personalidades políticas, intelectuales, líderes de movimientos sociales y amigos entrañables se reunieron en Caracas para patentizar que la obra del Comandante Eterno trasciende y su legado es frente de lucha contra las hegemonías imperiales


América Latina ha vivido momentos estremecedores a lo largo de su historia. Triunfos revolucionarios, golpes de Estado, años de dictaduras, asesinatos, desapariciones, neoliberalismo… Unos más tormentosos que otros. Pero después de 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder, ni Venezuela ni la región volvieron a ser las mismas.

El letargo de una nación sumida en años de indiferencia política y apatía generalizadas, alimentado durante decenios por un sistema ajeno a la realidad social y con la vista puesta en los bolsillos de unos pocos quedó atrás de una vez y para siempre bajo la batuta y la mirada del Comandante Eterno.

Personalidades políticas, intelectuales y líderes de movimientos sociales, de diversos países, destacaron la trascendencia revolucionaria del hijo de Sabaneta. / cubadebate.cu

Un hombre que la muerte nos arrebató demasiado temprano, en la plenitud de su vida y su poder. El mundo lo recuerda como uno de los grandes que consolidaron el sueño que una vez tuvo el Libertador Simón Bolívar.

Chávez no era un hombre cualquiera. Dueño de un temple de acero, mirada penetrante y carisma avasallador. Un mago de la palabra, cultivador de un verbo fascinante, capaz de creer y hacer creer en grandes causas. Hombre apasionado que provocó pasiones revolucionarias, amores incondicionales y también odios definitivos. Su personalidad marcó, desde el momento que se sumió en la vida militar y política, la historia de Venezuela y allende sus fronteras.

No era un político más. Quizá no fue el primer gobernante que convirtió a los pobres en el centro de su agenda, ni tampoco el primero que pensó en aprovechar el aumento de los ingresos del petróleo venezolano para beneficio nacional. Pero sí fue el líder que materializó esa idea quizá mil veces soñada. Lo hizo imprimiéndole un sentimiento tan apasionado que lo convirtió en prioridad y lo irradió hacia la mentalidad colectiva; incluso, lo consiguió exportar a países vecinos y más allá.

Memorable era su pensamiento político, construido en la práctica, y su mirada revolucionaria de la economía sostenida en las propias capacidades de los países y la cooperación con respeto a la soberanía.

Fue sin duda un impulsor ferviente de procesos integracionistas traducidos en mecanismos que han cambiado el mapa político, económico y social de América Latina y que hoy siguen fortaleciéndose.

Su impronta, su legado, su pensamiento quedaron eternizados aquel fatídico 5 de marzo de 2013 a las 4:25 de la tarde.

En ese minuto triste y solemne, la voz temblorosa y herida de Nicolás Maduro comunicó al mundo la partida física del combatiente, del orador encendido y seductor, del líder eterno, del hijo amado de Fidel Castro.

A esa misma hora, 10 años después, sus más fieles amigos y todo su pueblo escucharon los cañonazos en memoria del Comandante Bolivariano desde el Cuartel de la Montaña, donde reposan sus restos.

Su pueblo entero, ese que lo respetó y admiró se inclinó respetuoso, como cada año desde hace una década.

El hermano; el hombre sensible, gentil y amoroso

En el Teatro Teresa Carreño, de Caracas, representantes de más de 60 países y de numerosos movimientos sociales le rendían homenaje en el Encuentro Mundial: Vigencia del Pensamiento Bolivariano del Comandante Chávez en el siglo XXI. Los participantes exaltaron la trascendencia revolucionaria del hijo de Sabaneta.

Nicolás Maduro, su más fiel seguidor y en quien depositó toda la confianza y puso en sus manos el futuro del pueblo de Venezuela, expresó: “Si en algo hemos aplicado la fórmula Hugo Chávez para estos 10 años que hemos vivido, ha sido la fórmula de conectarnos, movilizar, activar la fuerza del pueblo en todas las coyunturas”.

Añadió que el modelo socialista contempla ir “con el pueblo siempre, sin el pueblo jamás, ir con la alegría, la esperanza, la crítica, la autocrítica de ese pueblo, activado, movilizado, ir con su alegría, con su canto”.

Otro de sus entrañables amigos, el expresidente de Ecuador Rafael Correa, calificó al Comandante Eterno como un “hombre de grandes proezas, pero también de inmensa ternura, generosidad y solidaridad”. La mejor manera de ser consecuentes con él es no claudicar jamás, aseveró.

El mejor homenaje a Chávez es ser revolucionario, antimperialista, no traicionar la lucha de los pueblos, subrayó el exmandatario de Bolivia Evo Morales. El líder indígena se refirió a lo necesario de la unidad y de no negociar nunca con los enemigos de la humanidad. “A Chávez, como a Fidel, lo conocí como los hombres más solidarios del mundo”, rememoró.

A quienes celebraron su muerte y creyeron que Venezuela sería presa fácil del imperialismo, habló el hondureño Manuel Zelaya. “Se equivocaron, aquí está Venezuela con su presidente obrero, Nicolás Maduro. Aquí estamos”, subrayó.

Luis Arce Catacora, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, consideró que Chávez fue “inclaudicable en sus principios” y destacó su ideario integracionista.

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, recordó la hermosa relación entre los líderes históricos de Cuba y Venezuela. “A Chávez, como a Fidel, lo sentimos nuestro”.

El Comandante Hugo Chávez fue uno de los mayores precursores de la integración de América Latina y el Caribe, mediante el impulso de entidades como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Alianza Petrocaribe.

“He venido a honrar a ese amigo”, al que murió invicto pues el imperialismo jamás pudo conquistarlo; tampoco lo hizo la muerte; por eso sigue vivo. “Cuando le llamamos Comandante Eterno, no se trata de pura retórica, pues sus ideas, su ejemplo, su vida siguen con nosotros y entre nosotros”, aseguró Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, quien aludió a su batalla antimperialista por la emancipación, la solidaridad, la unidad de los pueblos, y su amor hacia los más débiles. Fue “un hombre sensible, gentil y amoroso”.

Un momento de profundo sentimiento se vivió cuando el granadino reconoció que al levantarse cada mañana recuerda a Fidel y a Chávez, a quienes les llama “padres”.

Por su parte, el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, manifestó que Chávez no está muerto, que aún vive entre nosotros.

Hemos sido marcados por Chávez

Entrañable y estrecha era la amistad entre Fidel y Chávez. Dos grandes hombres, dos seres humanos extraordinarios que vivieron intensamente su relación fraternal, compartieron, intercambiaron, se conocieron y se dedicaron homenajes. Sobre ello habló, emocionado, el general de ejército Raúl Castro Ruz.

Dos grandes hombres, dos seres humanos extraordinarios, que vivieron intensamente su relación fraternal, compartieron, intercambiaron, se conocieron y dedicaron homenajes. / granma.cu

Evocó el hecho de que lo perdimos físicamente en el momento del mayor esplendor de su vida, pero su ejemplo renace y se multiplica en la hidalguía de su pueblo. “Chávez y sus compañeros de lucha estremecieron a nuestro continente e impactaron la historia contemporánea de nuestra América”, puntualizó.

Elogió en él ese ímpetu revolucionario que anima a la Revolución Cubana. Que hiciera suya la idea de Fidel de que la victoria existe mientras se luche. Su lealtad a los principios y a los compromisos que asumía era una de las fortalezas de su liderazgo. “Trazó metas que también nos señalan el camino. Hemos sido marcados por Chávez”, remarcó Raúl.

Chávez de Venezuela, del mundo

Gigante, tempestuoso, eterno. Así se le recuerda a Chávez. Imágenes nítidas quedan en las mentes de quienes lo vimos hablarle a su pueblo desde el balcón del Palacio de Miraflores a solo horas de su llegada a Caracas luego de su primera intervención quirúrgica en Cuba. Callados, como si nos pudiera escuchar, le pedíamos que descansara: “Pare ya Comandante, recupérese para nosotros, para Venezuela, para usted, para el mundo”.

Latentes en nuestros corazones están también aquellas horas que, bajo una lluvia incesante, el líder de la Revolución Bolivariana habló por última vez a su pueblo desde una larga tarima ubicada en la capitalina avenida Bolívar, dejándonos en el recuerdo las imágenes más hermosas en la existencia de ese gigante.

No se amilanó ante la lluvia que inundó a Caracas esa tarde del 4 de octubre de 2012 y se empapó junto a su pueblo. Ante más de medio millón de seguidores cantó, saltó, bailó y prometió mucho más. Ya después de su partida supimos que en esas horas sufría fuertes dolores que no hizo saber a nadie.

Sería esta la última gran concentración de Chávez junto a su pueblo; después vendrían el nuevo triunfo en las presidenciales del 7 de octubre, su recaída y finalmente su despedida, el 5 de marzo de 2013, para pasar a la inmortalidad.

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