La cultura como un derecho, no como un privilegio

“Hace 40 años, comprar libros en México era un lujo y Cuba nos ayudó en ese momento, cuando llevó miles de ejemplares hasta nuestra tierra. Nosenseñóa colocar a la cultura como un derecho y no como un privilegio. No se puede privar a nadie de conocimiento por razones económicas”, dijo en la inauguración de la trigésima edición de la Feria Internacional del Libro FILCuba-2022, Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura del país azteca.

Un gesto que seguirá en el recuerdo y hoy se agradece. Es México el único que ha sido dos veces País Invitado de Honor a FILCuba, ya en 1998 –cunndo por primera vez se dedicó a un país- tuvo ese privilegio, y se realizó en Pabexpo. Entonces, estos encuentros se celebraban cada dos años. A partir del año 2000 su frecuencia es anual.

Notable afluencia de público al área que ocupa México en La Cabaña. / Anaray Lorenzo.

Ahora, en su segunda vez, llegaron con más de 25 mil libros, transportados en el buque Huasteco, que el pasado año tocó puerto en la Isla con una carga de oxígeno para enfrentar la Covid-19, justo en uno de sus momentos de complejidad.

FILCuba2022 anda ya por su octavo día, y la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña vive con la intensidad de siempre el importante acontecimiento. Vale la pena recórrerlo todo, pero es significativo visitar el stand mexicano.

Allí BOHEMIA conversó con Osevelis Ramírez, subgerente de librerías en el Fondo de Cultura Económica de México, quien ha estado a cargo de todo lo relacionado con el funcionamiento de esa área, además de la responsabilidad de clasificar los libros.

Osevelis muestra los ejemplares de la Colección 21 para el 21, que tuvo una tirada de 21 millones de ejemplares, y su entrega en México y otros países es totalmente gratuita. Está prohibida la venta. / Anaray Lorenzo.

“Trajimos –dice- unos mil títulos de las colecciones más emblemáticas del Fondo, como Vientos del Pueblo, Colección Popular, entre otras. En el caso de la primera el precio de los ejemplares no rebasa los 20 pesos, en la moneda nacional de Cuba. Esta colección tiene el objetivo de acercar a los lectores y trabajar en el fomento de la lectura, no solo en el país azteca, sino en otros países adonde la hemos llevado, ya que su formato es muy pequeño, y los textos se caracterizan por una concepción muy ligera, lo que facilita la lectura a quienes están empezando a leer: ese es el objetivo, razón por la cual vienen libros de historia, crónicas, poesía, cuentos de escritores clásicos y contemporáneos.

“La Colección Popular viene en dos tipos de formato, uno bien pequeñito, cuyo precio no pasa de 100 pesos cubanos, y otro más grande, que nunca va a pasar de los 200”.

—¿Cuál es su contenido?

—Hay diferentes temáticas, como novela negra, ciencia ficción, poesía, periodismo…, en fin, una gran variedad. Y también algunos clásicos, como Noticias del Imperio -novela histórica del coterráneo Fernando del Paso, publicada en 1987-, y que ahora forma parte de esta edición de la familia.

Hubo títulos, como El laberinto de la soledad…, de Octavio Paz, que se agotaron inmediatamente. / Anaray Lorenzo.

“Trajimos, de igual forma, ediciones infantiles y juveniles emblemáticas del Fondo de Cultura Económica, como A la orilla del viento o A través del espejo, para jóvenes y niños, además de muchos libros de escritores muy consagrados, como Octavio Paz, Carlos Fuentes y Elena Poniatowska, por citar algunos.

“Eso es más o menos lo que trajimos a la Feria. Destacan algunos títulos de editoriales educativas, con temas de ciencia, como el Colegio de México, el Colegio Iberoamericano; el Instituto Politécnico Nacional. Nuestra colección La Ciencia para todos, para un público juvenil que le atraiga el tema.

Los libros donados a los lectores fueron los que ellos mismos escogieron. Está claro que era un ejemplar por persona. / Anaray Lorenzo.

“Están representadas aquí algunas editoriales privadas como Planeta, Sexto Piso, y Alma Díaz, entre otras”.

—¿Qué área ocupan?

—Estamos en los pabellones 13, 14 y 15. Y se quedaron aquí unos nueve mil ejemplares en venta, adicionalmente están seleccionados los que se llevarán a las librerías. Hicimos una donación al público asistente a nuestro pabellón, de la colección 21 para el 21, de los cuales imprimimos 21 millones de ejemplares y afortunadamente, trajimos una pequeña parte.

También la literatura infantil y juvenil. / Anaray Lorenzo.

—¿Cómo los distribuyeron?

—Los lectores se acercaron a las mesas y eligieron el que más les atrajo.

—¿Por qué así?

—Es muy importante para nosotros no regalar un libro por regalar, sino que tenga utilizad. Si les damos uno que no les interesa, nunca lo leerán; de la forma en que lo hicimos, luego de ver el título y la contraportada, cada uno decidió cuál le gustaba más.

“Como se ha informado, tenemos otros títulos destinados a instituciones cubanas. Sus representantes vienen y escogen los libros que más necesitan, porque somos enemigos de que salgan de esta bodega (almacén) vayan a otra y se queden encerrados, sin que las personas tengan la posibilidad de conocer su contenido, porque no los ven, o porque sencillamente, no les interesan. Tienen que escoger aquellos que cumplan la función de propiciar conocimiento, cultura. Los principales beneficiarios de estas entregas son las instituciones culturales y las Escuelas Normales (Pedagógicas).

Cada lector tiene intereses específicos. ¿Encontrarán los libros que buscan? / Anaray Lorenzo.

—¿Qué ha significado estar en FILCuba-2022, como País Invitado de Honor?

—Ha sido maravilloso, porque ver esas largas filas para acceder a los distintos títulos, ya sea por donación o venta, nos emociona mucho, porque se aprecia que los cubanos son amantes de la lectura, y lo más importante: hay público de todo tipo. Esto es una maravilla, porque a pesar de que La Cabaña no está tan accesible –quiero decir, en el centro de la ciudad-, la gente viene. Eso es valiosísimo. En México hay ferias, pero en lugares de fácil llegada y por muchos medios. El fenómeno que apreciamos acá es como oro molido. Públicos así son un privilegio, y afortunadamente, me enviaron a mí.

— ¿No habías estado en Cuba?

—Nunca había venido. Venir a trabajar y encontrarme con esta pasión por los libros y la lectura es fascinante, igual que la emoción que manifiesta el público cuando se encuentra con los escritores y artistas mexicanos, que para sorpresa de los autores, se les conoce.

“Algo que también me llama la atención es que los cubanos, por lo general, no vienen a ver qué les motiva; ellos son precisos y preguntan por los títulos que les interesan, porque están habituados a leer, y saben lo que quieren.

“Es innegable que a ello también contribuyen los vínculos culturales entre Cuba y México. Te pongo el ejemplo de la Gala, en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. Yo había asistido a funciones del Ballet Folklórico de México, y siempre encantada, pero verlo aquí, con el ambiente y la alegría que contagia, resultó muy emocionante.

Cada lector tiene intereses específicos. ¿Encontrarán los libros que buscan? / Anaray Lorenzo.

— ¿Un mensaje a los lectores cubanos?

—Que me maravilla apreciar su gusto por la lectura, algo que valoramos mucho, por la posibilidad de contagiar a otros de este buen hábito. Y dentro de la feria no se limitan solo a los autores mexicanos, sino de otras latitudes, por sus excelentes obras. Lo que puedan investigar en este sentido permitirá que el año próximo nos exijan más…

— ¿Piensas venir el año próximo?

—¡Yo espero que me manden! ¡Sería muy feliz!

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