La equidad en las cuñas del pastel

El Ministerio de Comercio Interior anuncia la posibilidad de desglosar núcleos de 10 o más personas


En las colas siempre se habla sobre las colas en sí, los productos y, solo después, de cualquier otra cosa. Un reclamo ciudadano habitual apunta a los módulos que se ofertan de manera controlada en las cadenas de tiendas Cimex y Caribe: que si no alcanzan para el sustento del mes o que si está mal repartida porque los núcleos familiares de ocho miembros reciben lo mismo que los de una o dos personas…

Una medida reciente del Ministerio de Comercio Interior (Mincin) se propone paliar esta última inconformidad: estipula que, a partir del 3 de abril, los núcleos conformados por 10 o más consumidores podrán realizar un desglose, si así lo desean; entonces, los que tienen entre 10 y 14 miembros podrán dividirse en dos núcleos; los de 15 a 19 personas, en tres; y así sucesivamente, hasta un máximo de cinco núcleos.

La decisión ministerial representa un socorro a la ciudadanía, que ahora obtendrá más productos de la canasta familiar normada y otros controlados, mas cuando gran parte de estas exuberantes médulas están compuestas por personas en situación de vulnerabilidad. Según el Mincin, beneficia a 187 633 personas que actualmente se encuentran incluidos en 16 573 de los núcleos con 10 miembros o más. Sin duda, es una medida que atenúa algunas circunstancias extremas dentro de la crisis económica que afronta el país.

Por supuesto, con la noticia se ha abierto un debate popular al respecto. Basta con leer los comentarios del sitio Cubadebate que, en general, han sido favorables; también han desempolvado otros rincones oscuros aún sin resolver.

Las inquietudes más recurrentes la llevan quienes habitan en núcleos de entre cinco y nueve consumidores. Ellos opinan que, para lograr una mayor equidad, el desglose debería realizarse a partir de cifras inferiores con respecto a las señaladas por el Mincin. De hecho, se sabe que, en la práctica, en las entidades comerciales de algunas localidades el volumen del módulo varía a veces si hay más de –por ejemplo– cinco integrantes en la libreta.

Además, existen problemáticas menos cuantitativas, vinculadas a la interrelación entre los miembros de un núcleo y los estatus dentro de este; porque si existen las jerarquías dentro de una familia, y no todas las familias son orgánicas y afectivas, qué queda para los extraños. Y un caso bastante común recae en las personas que residen alquiladas en una habitación, mientras conviven con el propietario de la casa.

El usuario Manolo Navarro, quien, según comentó en la publicación de Cubadebate, habita junto a su esposa y sus dos hijos con la dueña de la casa –y representante del núcleo–; su familia puede acceder a los productos de la bodega, pero no al módulo de la tienda, pues este cae totalmente en las manos de la propietaria. Aunque no lo especifica, bien podría tratarse de un caso de renta que, si sucediera de forma irregular, él no se atrevería a protestar ante la tacañería de esa mujer, pues simplemente podrían botarlo de la casa.

Por su parte, Ary, otra usuaria, felicitó la medida del Mincin y acotó: “Debemos pensar en un mecanismo que permita que las personas tengan su libreta aunque no posean la propiedad de su vivienda por alguna razón”, una lógica que pudiera también aplicarse no solo a las relaciones entre huéspedes y anfitriones, sino a los casos de familias disfuncionales; por no hablar de que muchos de esos núcleos multitudinarios están distribuidos en varias viviendas, las cuales operan con independencia, a pesar de su estatus legal unificado. Y al ser así, alguien podría preguntarse por qué no se agregan entonces nuevas libretas de abastecimientos. Sin embargo, ni es un trámite fácil, ni todos los propietarios estarían dispuestos a dividir oficialmente sus dominios. Porque, al fin y al cabo, el núcleo familiar suele estar asociado a la vivienda.

Dados los problemas habitacionales de Cuba, donde varias generaciones coinciden bajo un mismo techo, o levantan paredes en el patio, en la azotea y hasta dentro de la morada con tal de “expandirse”, tal vez el gobierno debería considerar la opción de conformar los núcleos, ya no por las viviendas como tal, sino por las familias directas constituidas (o sea, también por las diferentes ramas familiares, cuando se trata de la misma sangre).

Aun así, la repartición más equitativa de recursos controlados probablemente sea la de eliminar los módulos y guiarse en cierta medida por los procedimientos de la bodega: según la cantidad exacta de consumidores. Como escribió la usuaria Ana Julia: “Mientras la distribución no sea personalizada, estaremos penando a los núcleos numerosos”.

Los motivos de que aquello no haya ocurrido bien podrían explicarse por cuestiones administrativas, burocráticas o por la realidad –trillada pero cierta– de que los recursos no alcanzan para todo el mundo, como se quisiera.

De acuerdo con las autoridades del país, la atención a las desigualdades y a las personas en situaciones de vulnerabilidad es uno de los objetivos priorizados por el gobierno para este 2023. El presidente cubano Miguel Díaz-Canel insiste en que el perfeccionamiento de la sociedad requiere comenzar una verdadera transformación, a partir de la aplicación de un enfoque no asistencialista.Claro, antes de lograr eso, deberá normalizarse el problema de abastecimiento en el país. Ya para entonces, estas polémicas en las colas perderán significado.

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos