La hoja de los adictos

He estado hurgando por vericuetos y rincones del ciberespacio y no he logrado hallar evidencias acerca de algo que marcó y remarcó la vida de miles y miles de adictos a uno de los principales entretenimientos -si no el mayor- allá por los años 70 y 80 del pasado siglo: el cine, al menos en la legendaria Villa del Espíritu Santo o Sancti-Spíritus.

Me refiero concretamente a aquellos Semanarios que de manera “religiosa” (entiéndase puntual, inviolable, segura) situaba la administración a la entrada de los tres cines espirituanos, para que los cinéfilos le echaran mano a la cuartilla impresa, donde constaba la programación de películas que serían proyectadas a pantalla completa durante la semana.

El semanario, un adelanto para informarse y escoger.

En tres columnas verticales, los arquitectos de aquella muy esperada información se las ingeniaban para, en disertación de síntesis, adelantar el título del filme, si estaría precedido por el también muy gustado Noticiero ICAIC Latinoamericano (genial creación de Santiago Álvarez) y otros detalles de alto interés, como el director de la película, duración, género, actores y actrices principales, una sinopsis de lo que desde su luneta apreciaría el espectador y si el producto resultaba apto para todas las edades, solo para mayores de 12 años o de 16.

Por cierto, eran los tiempos en que, respeto y educación apartes, no faltaban adolescentes y jovencillos traviesos que se las arreglaban para, generalmente a espaldas de sus padres, agenciarse algún carné o documento que hiciera constar la edad exigida (un tin superior) a fin de poder acceder a cintas “subiditas de tono” o de acción y de efectos especiales, de las que hoy se reirían muchachos que atraviesan esa misma etapa de la vida.

Y añado: aún me parece estar viendo a muchachitas encaramadas en tacones, con “peinados de despegue vertical” para ganar en altura y varoncitos montados en las llamadas plataformas (zapatos de alta suela), camisas de manga larga y todo cuanto aportara visualmente más edad.

Pero siguiendo con el sí famoso Semanario, la mencionada hoja incluía, además, teléfono de cada cine, hora a partir de la cual estos iniciaban la secuencia de funciones y hasta un adelanto de los estrenos que habría la próxima semana.

Quizás usted, que ahora mismo lee, se pregunte a qué viene esta evocación. Y le respondo: aquella rutina de llegar hasta los cines Conrado Benítez y Serafín Sánchez (escoltas culturales del parque con ese último nombre, en el centro histórico de la ciudad) o hasta el Principal: en la puntera misma del emblemático puente sobre el río Yayabo, llegó a constituir -sin que los espirituanos entonces lo supieran- una costumbre con ribetes de tradición, sin distinción de sexo o edad.

Eran -también- los tiempos en que una verdadera multitud de adolescentes y jóvenes confluían el sábado por la noche en el céntrico parque para caminar interminablemente sobre él en una sola dirección (las muchachas) y en sentido contrario o apostados a manera de un perfecto cordón periférico,  los varones, mientras padres y abuelos se adueñaban de una de las mismas sillas metálicas que varias décadas después todavía permanecerían allí, como testigo mudo de aquella etapa y expresión de cuidado social hacia ellas.

La modernidad, la televisión (casi un lujo hogareño por aquellos años), la explosión de equipos de música, el video y otros avances en el terreno de la distracción y del entretenimiento fueron robándole a los cines las huestes de adictos a su fantástico encanto.

Por ello, cuando recientemente vi un amarillento semanario entre las pertenencias del fallecido Ángel García Legón, no pude soportar la tentación de fotografiar el curioso documento y de escribir ahora estos párrafos, tal vez insuficientes, para conocimiento de quienes quizás hoy pasen frente a los cines y no imaginen que cientos y miles de personas se apresuraban para tener a mano el semanario con la programación cinematográfica y hasta permanecían horas, después, haciendo tremenda cola para entrar en la próxima tanda (función) o en la siguiente, y ver la película escogida.

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