Las clavijas del control

Imagino el “alboroto” en las empresas que serán blanco de la XIV Comprobación Nacional al Control Interno, iniciado el 19 de septiembre y a concluir el venidero 30 de octubre. Me figuro a no pocos dándole comida a sus guerreros y poniendo papeles con determinados nombres en el congelador. Supongo el corretaje buscando documentos extraviados o extraviando otros. En buena lid, guerra avisada, no mata soldados. Al menos, así dice el viejo refrán.

El objetivo principal de este ejercicio es verificar in situ el cumplimiento del paquete de medidas aprobadas por el Gobierno para el reajuste de la empresa estatal socialista y de aquellas otras que buscan dinamizar la producción agropecuaria. La intención de los auditores será la de calar profundo y llegar a las causas de por qué, a pesar de los pesares, el impacto esperado en la oferta de productos y servicios a la población sigue siendo una asignatura pendiente.

Hoy son realidades palpables los mercados desabastecidos, las colas interminables y la inflación desquiciante. Asimismo, la pérdida de la capacidad adquisitiva del salario, las jubilaciones y las prestaciones monetarias de la asistencia social.

Para intentar develar las razones del estancamiento interno del tejido empresarial, después de una pausa obligada por la pandemia, ya están en el terreno más de 2 000 especialistas de la Contraloría General de la República (CGR), del Sistema Nacional de Auditorías, y de las oficinas nacionales de Normalización e Inspección del Trabajo. Le siguen una tropa de jóvenes universitarios de carreras afines.

Las clavijas del control
/ Radio Sancti Spíritus

Los auditores llevan también en el blanco del control a las entidades con pérdidas o que distribuyen utilidades en exceso, la contratación económica, la cadena de impagos, los inventarios ociosos, la eficacia de los procesos inversionistas, el empleo del combustible, los movimientos organizativos de las unidades, entre otros asuntos de envergadura.

Pasarán el agudo escrutinio un total de 305 entidades, que abarcan la mitad de los municipios del país e incluye Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial, y unidades empresariales de base, sucursales y hoteles. Según precisó en conferencia de prensa, Darlam Dalmau Palomino, vicecontralor general, la muestra abarca empresas de subordinación nacional, de los ministerios de la Construcción, Agricultura, Alimentaria, Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Industria, Salud Pública, Turismo y Transporte. En el caso de las locales, están las de los gobiernos de Pinar del Río, La Habana, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.

Al indagar BOHEMIA sobre posibles auditorías a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), que ya superan con creces la cantidad de entidades estatales, la contralora general, Gladis Bejerano Portela, precisó que no serán objeto de esta XIV Comprobación. Pero, para el 2023 sí estarán en el rango seleccionable. “Nosotros tenemos que estudiar junto con las Mipymes sus características propias porque no podemos aplicarle las mismas normas que al resto de las empresas estatales. Aunque orden, disciplina y exigencia es para todos por igual”, advirtió.

Percibo que a raíz del pormenorizado examen de los auditores salgan a flote no solo problemas y resistencias internas, sino las torceduras estructurales arrastradas por décadas –lamentablemente– dentro de la economía cubana. Pienso que las mejores clavijas del control son las que ejercen los colectivos laborales realmente empoderados en la gestión empresarial.

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