Foto. / Cortesía Galería Servando Cabrera
Foto. / Cortesía Galería Servando Cabrera

Las diversas maneras del ser femenino

La céntrica galería habanera Servando Cabrera celebra sus dos décadas de fundada con una sui generis exposición colectiva integrada por tres jóvenes artistas cubanas


Quizá todavía para muchos la “levedad” de ser mujer esté estrechamente relacionada con el culto y hasta la obsesión por una imagen y cuerpo perfectos, desbordados de abalorios delicados, esplendorosos que, de algún modo, intentan definir o remarcar la esencia femenina históricamente pautada por la humanidad.

Esta obra abstracta de Yaily Martínez, titulada 01:55:00, de la serie Galope, emplea grafito sobre papel cebolla iluminado en una plancha de acrílico. / Cortesía Galería Servando Cabrera

Tres jóvenes artistas visuales cubanas se han unido para reinventarse como creadoras, desafiar el canon, explorar, y experimentar desde un paradigma otro de asumir esa intensa “levedad” que es ser, sentir y existir como mujer. 

Desgarrando superficies se llama la exposición colectiva, exhibida en la capitalina galería Servando Cabrera, en la cual Yaily Martínez, Gabriela Reyna y Lianet Martínez han hallado un espacio de reencuentro que persiste en decodificar honduras, a veces (in)visibilizadas por la constante agitación de las sociedades contemporáneas.

En Transfiguración, pieza de gran dimensión, se aprecia el interés de Lianet Martínez en experimentar con las texturas para generar contenidos. / Cortesía Galería Servando Cabrera

Las artistas, animadas por el gesto redentor que las enlaza con la naturaleza y la cotidianidad de la vida misma, crean a partir de la singularidad de sus poéticas un universo pródigo en íconos y significados que evidencian de modo atronador sus disímiles y legítimas inconformidades con el lugar signado para la mujer, cultural y socialmente.

En Dolor de ovarios, de Gabriela Reyna, concebida con maquillaje y toallitas desmaquilladoras, la artista reflexiona sobre la incomunicación, la indiferencia y la vanidad masculinas. / Roxana Rodríguez Tamayo

Lo pavoroso, lo degradante, lo abyecto, incluso, lo sarcástico con que, en ocasiones, se confronta la figura femenil, se alinean desde un enfoque profundamente crítico y una noción estetizada de la realidad que las circunda, moviliza e impele a expresarse como seres generadores de recursos simbólicos, capaces de reflexionar sin ambages e instar al prójimo a hacerlo, en torno a un “aquí y ahora” poco alentador, según proyectan las propias artistas en sus obras.

Cada pieza se aparta del típico y ancestral estilo de la mujer asediada por una atmósfera bucólica, la misma que las ha convertido en “víctimas de un legado de dominación, domesticación y de extrema racionalización por parte del hombre y del pensamiento occidental”, ha escrito en el programa de mano la curadora de la muestra Laritza Suárez del Villar.

Hay un abismo de diferencias entre la estética de una y otra artista; en Yaily Martínez, por ejemplo, se aprecia un juego sensorial sugestivo, matizado por la relación entre el universo orgánico y la vida animal salvaje; a partir de los cuales pretende establecer paralelismos con los comportamientos y los instintos humanos. 

Lianet Martínez Pino, por su parte, a través de sus piezas (esculturas, instalaciones, pinturas, dibujos, collages y fotografías) insiste en la tridimensionalidad de los objetos, experimenta con las texturas como esencia simbólica para concebir contenidos.

Mientras que, Gabriela Reyna, por medio de sus instalaciones, pinturas, performances, se adentra en las cuestiones del género femenino vinculadas con la apariencia, la moda y su intimidad como ente social y cultural, inserto en un determinado entorno.  

Tal vez esos contrastes sean el sello distintivo que más llama la atención en Desgarrando superficies, cuya unidad de conjunto se centra en la originalidad de sus creadoras de integrar a los materiales acostumbrados, algunos poco convencionales, inclusive, un tanto raros, emanados del cuerpo mismo (cabellos humanos, sangre, lágrimas) y otros como pinturas de maquillaje, toallitas desmaquilladoras, fósforos pegados y quemados, escoria de hierro y resina de poliéster.

De manera simbólica Enfrentamiento encuentra similitudes con ciertos comportamientos salvajes para ofrecer soluciones en la vida de los seres humanos. / Cortesía Galería Servando Cabrera

Con esta muestra colectiva quienes, por estos días, se aproximen a la céntrica galería citadina tendrán la oportunidad de reconocer, advertir y escudriñar esas múltiples miradas del y al ser femenino desde aquellas que decidieron el trazo por voz.

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