Los vaivenes e ineficiencias de las empresas comercializadoras de productos agropecuarios dejaron de ser novedad hace mucho tiempo en Cuba. Incluso, hubo momentos en que los problemas acumulados preveían su inminente extinción. Pero, como el ave Fénix, resurgieron gracias al apoyo recibido desde el presupuesto estatal.

A la vuelta de pocas hojas del calendario, bajo el rótulo de Grupo Empresarial de Acopio (GEA), vuelven a mostrar sus puntos débiles. Al cierre del mes de julio, presentaba pérdidas ascendentes a más de 32 millones de pesos. De las 13 entidades que integran esta agrupación, un poco más de la mitad cerraron con números en rojo. De años anteriores arrastraban valores superiores a los 500 millones.

Según el informe de los resultados de la comprobación a las entidades del GEA, realizada por los diputados de las comisiones Agroalimentaria y de Asuntos Económicos, presentado en el Décimo Período Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, las principales causas de las pérdidas estuvieron dadas por incumplimiento de las contrataciones, ineficiencias en la comercialización, elevados gastos financieros para amortizar los créditos bancarios recibidos e ineficiente gestión de cobros y pagos, atribuidas a la falta de liquidez y solvencia económica. Además, sumaron la dilación en la aplicación del proceso de disponibilidad laboral.

Agravaron la situación del grupo, los altos gastos de alquiler para asegurar las transportaciones debido a los bajos índices de disponibilidad técnica del parque motor por falta de neumáticos y baterías. Los márgenes comerciales no se aplicaban según lo establecido y eran bajos los ingresos en las unidades empresariales de base.

Por si fuera poco, existen debilidades en el funcionamiento de los sistemas de control interno asociados a faltantes, deterioro de productos agrícolas almacenados, errores contables y demoras en establecer las reclamaciones y demandas judiciales por impagos.

El Decreto 35/2021, de la Comercialización de los Productos Agropecuarios, no ha logrado poner freno al viejo dilema de los impagos a los productores. En territorio holguinero, las entidades de acopio debían a los campesinos más de 13 millones de pesos.

En exclusiva para BOHEMIA, la diputada Esther Dupón Cosella, coordinadora de la comisión de Asuntos Económicos en la provincia holguinera, comenta: “Cuando la empresa no paga, el productor puede venderles a terceros. Pero muchos desconocen las prerrogativas que otorga esa norma. Por eso insistimos en la necesidad de llegar con la capacitación hasta el último campesino”.

La también directora de Economía y Planificación en el municipio de Cueto reconoció las ventajas de las ventas directas a la población, sin intermediarios. “Cuando voy a comprar un plátano en la empresa estatal cuesta 12 pesos, mientras que si lo adquiero directo del campesino no llega a seis. Por eso estimulamos esa forma de comercialización en las circunscripciones y comunidades”. Cada eslabón que se suma a la cadena de comercialización es un aldabonazo al bolsillo de los consumidores.