Más lejos que cerca.
/ Calixto N. Llanes
Más lejos que cerca.
/ Calixto N. Llanes

Más lejos que cerca

Aunque han pasado varios días, en la calle se sigue hablando del pobre desempeño de la delegación cubana en el Campeonato Mundial de Atletismo Oregón 2022.

Y no es menos cierto, la discreta actuación de los nuestros allí generó un extenso debate, incluso, a raíz de varios acontecimientos poscompetencia.

Vamos por partes. Primero debemos recordar que ni el mejor acreditado de los estadísticos conseguiría encontrar en los archivos de los mundiales de atletismo una cita de estas características donde no aparezca el nombre de nuestra Patria, al menos una vez en el medallero.

Tal fue el caso de la competencia que acogió la ciudad estadounidense de Eugene del 15 al 24 de julio pasados, en el estado de Oregón, ubicado en la costa del Pacífico.

La fe no se perdió hasta el penúltimo día de actividades. El motivo era más que válido. Faltaba por saltar el triplista Lázaro Martínez, reciente monarca en el Campeonato Mundial Bajo Techo de Belgrado 2022 (del 18 al 20 de marzo), donde aterrizó en la arena a una distancia de 17.64 metros, la mejor marca del año hasta ese momento.

En cambio, la historia en suelo estadounidense fue bien distinta, pues Lázaro cometió tres faltas consecutivas y se fue de la final sin marca.

Otro cubano, pero que viste desde hace varios años los colores de Portugal, el campeón de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, Pedro Pablo Pichardo, fue quien se robó el show e hizo valer sus dotes de favorito al imponerse con un notable registro de 17.95 metros.

Cuestión de centímetros

Antes nos habíamos quedado a las puertas del podio en par de ocasiones por muy poca diferencia. Dos cuartos lugares fueron en definitiva nuestro mejor consuelo de todo el evento.

Maykel Massó estuvo a un centímetro de la medalla de bronce en el salto largo. Hizo 8.15 metros y con ello sacó su mejor nota de la presente temporada. Sin embargo, no bastó para que el medallista de bronce en Tokio 2020 se incluyera entre los tres primeros.

El chino Jianan Wang se apareció casi a la hora de recoger con un salto de 8.36 y dejó perpleja a toda la grada del Hayward Field, colándose en lo más alto del listado.

Ello cerró el cuadro de medallas. El griego y monarca olímpico Miltiadis Tentoglou se llevó la plata con 8.32 y con 8.16, un centímetro por encima de Massó. El suizo Simon Ehammer consiguió el bronce.

Más lejos que cerca.
Tras su actuación en Oregón 2022, Leyanis Pérez augura buen futuro para el triple salto cubano. / Calixto N. Llanes

La triplista Leyanis Pérez también la tuvo cerca. La jovencita de tan solo 20 años acabó cuarta en una prueba en la que celebró su mejor marca personal (14.70 metros) y mostró su talento en una especialidad que se presagia alentadora para el futuro cubano.

En la quinta ronda de saltos la atleta local Tori Franklin alcanzó un registro de 14.72 que sacó a la nuestra por dos centímetros del trío de medallistas, en una prueba dominada como se esperaba por la venezolana Yulimar Rojas, reina olímpica, mundial y recordista del orbe con 15.74, a quien le bastó un salto de 15.47 para colgarse al cuello la presea dorada. La plata fue para la jamaicana Shanieka Ricketts (14.89 metros).

Otro cubano que consiguió ubicarse entre los ocho primeros fue el saltador de altura Luis Enrique Zayas, quien compartió el sexto lugar de su especialidad con el canadiense Django Lovett, ambos con registro de 2.27 metros.

Malas sensaciones

Quizás el peor momento para Cuba –en una lid donde acudimos solo con 14 atletas, la segunda cifra más baja después de Helsinki 1983 (11)– fue la actuación de la discóbola Yaimé Pérez en la final de su prueba. La campeona de Doha 2019 cometió foul en su primer intento y firmó una marca tope de 63.07 metros. Su secuencia fue igualmente poco consoladora (62.36; 61.32; 63.07; 62.94 y 62.36), en una jornada en la que no había nada que hacer en la puja por el título tras el inesperado envío de la china Bin Feng, quien sin marcas previas de este nivel llevó el disco hasta los 69.12 metros.

Las esperanzas en Yaimé antes de iniciarse la prueba estaban puestas en la pelea por el bronce, pues se presagiaba que el uno-dos sería para la multipremiada croata Sandra Perkovic y la estadounidense titular olímpica Valarie Allam. Sin embargo, ambas tuvieron que conformarse con plata y bronce: Perkovic (68.45) y Allam (68.36), después de la mencionada hazaña de la china.

Yaimé acabó séptima y, aunque es cierto que hubiera quedado fuera del podio en cualquier caso tras lo visto en la prueba, estuvo muy lejos de los registros acostumbrados. Incluso, en la ronda clasificatoria había alcanzado su mejor cota del año (65.32 metros).

Pero había más de la medallista de bronce y abanderada cubana en Tokio 2020 (junto al luchador Mijaín López), y no eran buenas noticias. Decidió abandonar la delegación en suelo estadounidense, algo que, en el caso particular de Yaimé, sorprendió a muchos. Se unió así a Yiselena Ballar (jabalina) y al fisioterapeuta Carlos González.

Poco alentador

Podemos resumir que el Mundial de Atletismo Oregón 2022 fue poco alentador para Cuba. Desde que se inauguraron estas lides, en Helsinki 1983, en 17 ediciones nuestra delegación ha regresado al menos con una presea.

Ya habíamos notado una decadencia en eventos internacionales élites. Hace tan solo un año, al resumir lo acontecido en Tokio 2020 (una plata y dos bronces), catalogamos la actuación en este mismo espacio de insuficiente para una nación que en aquel momento tenía para al menos una corona en la capital nipona y que ostenta una rica historia en el deporte rey. Preocupante además cuando apenas nos separan dos años de la próxima ventana olímpica, París 2024.

Más lejos que cerca.
Maykel Massó hizo su mejor marca de la temporada. / acn.cu

Aunque también es justo recordar en este aspecto que el escalón más alto del podio se nos ha negado bajo los cinco aros desde que el vallista Dayron Robles se titulara en Beijing 2008.

No obstante, ahora aspirábamos al menos a una medalla, sin importar el color, y tampoco pudo ser. Si bien estuvo cerca en dos ocasiones, a la vez estamos lejos del nivel que un día tuvimos. Es cierto que Yipsi Moreno, quien entonces se desempeñaba como comisionada nacional, de alguna manera advirtió antes del comienzo de la lid que este no sería el mejor evento para nuestra delegación y lo justificó sobre todo por la insuficiente cantidad de competencias internacionales, pero: ¿hasta qué punto podíamos interpretar que registraríamos nuestra peor actuación histórica en 39 años?

A propósito de la solicitud personal de Yipsi Moreno de ser liberada de sus responsabilidades al terminar el evento, agregar que -aunque no haya tenido un desempeño del todo satisfactorio- la imagen de la atleta abnegada que fue no se borrará nunca para los amantes del deporte, con muchos años de consagración, campeona olímpica y tres veces mundial.

La responsabilidad de encaminar al deporte rey cubano en los próximos años, en el inicio de un ciclo olímpico más corto de lo habitual, ahora ha recaído en Rolando Carlos Charró Estrada, quien se desempeñaba como director del Inder en la provincia de Guantánamo.

No cabe duda de que tras el discreto andar de los cubanos por Eugene, se tendrá que trabajar duro para rescatar un deporte que despierta pasiones en todo el mundo, de las cuales los nuestros han sido causantes en infinidad de ocasiones.

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