Mella y su revista

Los cien años de la fundación de la FEU es uno de los temas a los que se dedica el XXIII Coloquio Voces de la República, organizado por la filial espirituana de la Sociedad Cultural José Martí. Por estos días diversas ponencias abordan el aniversario en la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena. No faltan, por supuesto, los acercamientos a la figura de Julio Antonio Mella. Precisamente sobre uno de los empeños del joven luchador antimperialista, la revista Alma Máter versó una de esas disertaciones, la titulada Alma Máter, centenario y trascendencia. Su autor, el periodista y escritor José León Díaz, comparte con los lectores de BOHEMIA algunas de las ideas expuestas.

Alma Mater hace cien años estaba signada por un irreprimible espíritu juvenil, lúdico. Y era lógico que así fuera: la hacían jóvenes, muy jóvenes estudiantes universitarios. Mella, sin duda el corazón de este empeño, solo tenía 19 años.

“Por eso cuando en Nuestro credo, el muy citado editorial aparecido en la página 9 del número inaugural (noviembre de 1922) , escribe: “Por medio de este órgano los estudiantes cubanos se comunicarán espiritualmente con todos sus compañeros que hablan el idioma de Cervantes en ambos hemisferios, y divulgaremos así la cultura, el valor de la juventud intelectual cubana», puede parecernos que usa palabras muy impetuosas, y de hecho lo son; pero si a continuación leemos: “Y esto, es obra beneficiosa a la patria. Por ella laboramos; para ella nacimos». Entonces lo comprenderemos todo: no está pensando solo en lectores de otras latitudes, sino de otros tiempos, es decir, en nosotros y los que vendrán después”.

-Sin embargo, la revista transitó por diversas etapas.

-Durante la república neocolonial fueron tres –me refiero solo a ese período porque es el que se aborda en este Coloquio. El segundo momento corresponde al periodo 1928-1934, en plena efervescencia de la lucha antimachadista. Es una etapa llena de contingencias y varias interrupciones; pero Alma Mater volvió a salir a las calles una y otra vez, como publicación mensual, semanal e, incluso, diario de circulación nacional. Entre sus directores estuvieron Julio César Fernández y Carlos Prío, y contó como jefe de redacción con el gran periodista cubano Mario Kuchilán Sol.

“Estos son los años de los encendidos artículos de Pablo de la Torriente Brau o de frecuentes colaboraciones de personalidades como Juan Marinello, Rafael García Bárcenas, Raúl Roa… Como detalle curioso, a mediados de 1933 sus realizadores tuvieron que trasladarse a Tampa a causa de las persecuciones.

“Tras el derrocamiento del tirano volvió Alma Mater a editarse en La Habana; y, una vez de vuelta, se convirtió en diario, con el gran Enrique de la Osa como subdirector. El cierre en 1934 se debió a que sus principales firmas decidieron concentrar sus esfuerzos en Ahora, una publicación organizada por antiguos miembros del DEU y el Ala Izquierda.

“La última etapa comenzó el 12 de abril de 1952, apenas un mes después del golpe de estado perpetrado por Batista. Reaparecía la publicación luego de un largo período de silencio desde los años treinta. La dirigía Manuel Carbonell. La voz de los universitarios, un arma de combate en estos años, se mantuvo en la clandestinidad y saliendo de forma esporádica hasta la caída del tirano”.

­-¿Qué caracteriza a la publicación en los años en los cuales fue conducida por Mella?

-Durante esos ocho números que van de noviembre de 1922 hasta junio de 1923 Mella fungía como su administrador. Bajo los seudónimos de Lord MacPartland o Zeus suscribió numerosos artículos y comentarios aparecidos en esas páginas.

“Luego, al fundar la FEU, la revista se convirtió de forma natural en su órgano oficial. Pero en todo momento la publicación mantuvo su poder de convocatoria gracias a su frescura y combatividad. Entre sus rasgos distintivos destacaba la presencia de más de una decena de secciones fijas en las que se podía seguir la actualidad en la colina, de la vida en cada una de las facultades o se abordaban temas del interés del estudiantado.

“Quiero mencionar algunos de esos espacios. Por ejemplo, En el Feudo de Bustamante, en el que Mella, como Lord Mac Partland, hacía gala de su sentido del humor al cronicar temas de su facultad, como cuando esclarece: “Esta es la página para Derecho, señores preguntones, yo creí que el título explicaba con claridad la idea. Bustamante no es ningún señor que posee extensos territorios sobre cuales domine como un antiguo caballero; el doctor Antonio Sánchez de Bustamante es en la carrera de Derecho la más alta cumbre, por eso la Facultad es su feudo, porque él es su señor, y por eso yo puse este título”.

Otro caso de texto desenfadado sería la sección “De Farmacia”, firmada por Boticaria, donde se hallan párrafos como estos: “Tenemos gran cantidad de ‘cuerpos activos»; pero no por eso dejo de comprender que hay también mucho «jarabe simple». En el elemento activo tenemos una «toxina»…” Y Boticaria continúa señalando la existencia de un alcaloide activo, de una emulsión, de un Sulfato de Estricnina, de una Quinina, de un aceite esencial, de un alcohol…” Un humor a simple vista muy contextualizado, que se nos escapa entre los vericuetos del tiempo. Pero así suele ser el humor.

“Hubo secciones como Nosotros en la que se compartían pequeñas notas de la publicación y de su equipo editorial; o «Chiquitas universitarias», en la que se realizaban estampas de las alumnas de cada carrera. Destacadas también resultan las secciones relacionadas con el deporte, eran varias dedicadas a las distintas especialidades. Este período de la revista finalizó en junio de 1923, cuando Mella decidió fundar Juventud, un proyecto más ambicioso.

“Múltiples investigaciones han profundizado en la trascendencia política de la revista, tanto por su antimperialismo como por su defensa de los intereses estudiantiles. Sin embargo, pocas veces se hace hincapié en los valores de esta publicación por sí misma: su diseño, el uso de la gráfica, la fotografía. Si unimos todas esas aristas: lo político, lo social, lo artístico, lo periodístico, podemos afirmar que aquella primera Alma Mater constituye una verdadera cápsula del tiempo”.

 

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Un comentario

  1. Saludos fraternales y revolucionarios de paz y bendiciones desde Jalisco, México. Artículo interesante sobre la revista Alma Mater y que nos pone de nuevo en sintonía con el pensamiento y accionar de Julio Antonio Mella, ese luchador social cubano que vivió y murió en México. Esta patria del gran periodista Ricardo Flores Magón aumenta su Solidaridad y Amor por Cuba. Se tiene programado para mañana Sábado 14 de Mayo en Xalapa, capital del estado de Veracruz, la realización del XXVI Encuentro Nacional Mexicano de Solidaridad con Cuba, al cual pienso asistir, si Dios, El Creador, me lo permite. Entre las personalidades estarán Gerardo Hernández Nordelo, de Los Cinco y ahora coordinador de los CDR, así como Aleida Guevara Marcha y otras y otros compañeros de la esencia revolucionaria Cubana. ¡Viva la Revolución Cubana!, ¡Que se termine ya y de una vez el Bloqueo Criminal Imperialista!. ¡Unidos en Amor los Pueblos de Nuestra América y el Mundo, como lo soñaron José Martí y Fidel Castro Ruz!, Atentamente, Fernando Acosta Riveros, Colombiano-Mexicano, Amigo de la Revolución Cubana y lector de Bohemia desde el año 1974.

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