¿Sabe de dónde vinieron los gatos?

(misanaimales)
Los gatos poco a poco han ido ganando terreno a los perros en preferencia como mascotas. Los felinos son esos compañeros misteriosos, en los que se mezcla de una manera sutil su carácter de cazadores salvajes, con un cariño doméstico que brindan a sus dueños y con quienes se sienten afines. Esta dualidad de características tienen que ver con un par de situaciones: ¿de dónde provienen los gatos? Y sobre todo, ¿desde cuándo nos acompañan?
Un censo arrojó que en el mundo existen, aproximadamente, 600 millones de gatos domésticos a lo largo y ancho de los cinco continentes. Pero, ¿en dónde se domesticaron los primeros gatos? ¿Quiénes fueron los primeros en tenerlos de compañía?
Existe evidencia genética y arqueológica que plantea que los primeros felinos domésticos surgieron en la creciente fértil región conocida también con el nombre de media luna fértil en el Oriente Medio. Se tomaron muestras de Egipto, Turquía y Líbano. Es de todos conocida la reverencia que se tenía en el antiguo Egipto por los gatos. Papiros y jeroglíficos nos muestran escenas de la vida cotidiana de esta civilización, en donde se pueden ver numerosas representaciones de dicho animal. Además, se veneraba a Bast, la diosa de la familia y la fertilidad que tenía cabeza de gato.
En 1983 se encontró una quijada de gato en la isla de Chipre con una antigüedad de 8,000 años. Como es de suponer, los mininos tuvieron que llegar a la isla en barco, por lo que su domesticación tuvo que ser mucho más antigua. De hecho, en el 2004 se encontró otro sitio arqueológico con más ejemplares felinos, lo que recorrió la cifra otros 1500 años más.

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Todos los gatos domésticos descienden del gato salvaje, Felis sylvestris (que literalmente significa “gato de los bosques”) y al parecer sus primeros descendientes amigables con el humano datan de unos 12,000 años. Estos datos coinciden con los primeros asentamientos agrícolas humanos, lo cual dio origen a la tesis del por qué los gatos se acercaron al hombre.
A pesar de la mala fama que, injustificadamente se le dio a los gatos en la Edad Media, es una especie que se ha adaptado perfectamente al medio humano. Al ser un animal tan sorprendente, no es de extrañar que generara miedo por su individualidad y sus capacidades físicas. Hay que imaginar lo que pensaría la gente hace quinientos años cuando veía un gato en el piso y un instante después el felino se encontraba arriba de un árbol o sobre un muro a tres metros del suelo, como si hubiese aparecido ahí.
Es por eso que los gatos todavía conservan sus rasgos más primitivos. A diferencia de los perros a quienes el humano fue domesticando, los felinos nos eligieron como sus proveedores de alimento y de cariño. Quizás el entender un poco el origen de esta sociedad nos ayude a comprender el por qué nuestros mininos se comportan de la manera en la que lo hacen. No hay que olvidar que fueron ellos, y no nosotros, los que establecieron el primer contacto, el primer acercamiento y por eso, son ellos quienes dictan sus reglas en cuanto al cómo debe ser su relación con nosotros. (Mis animales)