Mujeres y hombres de ley

Un acercamiento a la vida y aportes de dos profesionales, que sirven de modelo, a propósito del 8 de Junio, Día del Jurista


La vida les une al sistema jurídico con una rica trayectoria que sirve de paradigma a quienes este 8 de junio celebran en Cuba el Día del Jurista, en homenaje a Ignacio Agramonte y Loynaz, quien en fecha similar pero de 1865, desarrolló su Tesis de Grado para obtener el título de Licenciado en Derecho.

El Máster en Ciencias Luis Lorenzo Palenzuela Páez, por ejemplo, ha dedicado su vida la defensa de la justicia.

El Máster en Ciencias Luis Lorenzo Palenzuela, uno de los fundadores de la Unión Nacional de Juristas de Cuba. / Ricardo R. Gómez Rodríguez.

Tal es así que, aunque la Fiscalía General de la República (FGR) tiene 50 años de existencia como entidad independiente, él lleva 53 vinculado a ese órgano. Sí, porque desde que Palenzuela inició la carrera de Derecho en el curso regular en enero de 1971, estuvo relacionado durante sus prácticas con la Fiscalía, entidad que en esa etapa era concebida como apéndice del Tribunal Supremo, según la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Eran momentos muy convulsos de la Revolución y los jóvenes solían asumir responsabilidades que quizás fueran grandes para su mocedad. En diciembre de 1973, Palenzuela fue nombrado Fiscal jefe en la región de Mayabeque, cargo que ejercería también en otras dos localidades: la de San José y Camilo Cienfuegos, esta última con cabecera en Jaruco.

Desde entonces a la fecha, este hombre de estatura mediana, carácter bonachón y espejuelos gruesos mantiene su diálogo fácil. Había nacido en Güines, hoy provincia de Mayabeque y en la decisión de optar por la jurisprudencia influyó su padre, juez popular de uno de los primeros tribunales constituidos en el año 1963 y a quien Lorenzo solía ver dedicado a su trabajo por los largos días y noches.

La influencia de la madre también fue decisiva, según declarara el propio Lorenzo. Ella lo llevó a las aulas: cuando el país vistió de maestros a los muchachos que partieron a los montes durante la Campaña de Alfabetización, Palenzuela se sumó a su mamá en esa epopeya en Güines. Corría el año 1961.

Luego integró las Brigadas Conrado Benítez, en Guanajay, donde convivió con los hombres del campo, aprendió de sus costumbres y enseñó a leer y escribir a seis de ellos.

“Mira, hay algo curioso –me dice– en aquel lugar nadie conocía de números y letras, por eso me eligieron organizador de la base campesina…, entonces también soy fundador de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños”.

Lorenzo es aquel al que se acude sin titubeos, de ahí que otros directivos busquen en él consejos.  Es alguien que los sabe dar, con una voz que orienta, sin mandar, gracias a una experiencia que incluye entre otros cargos la jefatura del departamento provincial y general de la FGR, además de ayudante, consultante, coordinador y asesor de quienes desempeñan allí los principales cargos.

Sin embargo, hay una etapa excepcional que Palenzuela recuerda con especial cariño. En el año 1977 participó en la constitución de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC) en la entonces provincia de La Habana y fue elegido vicepresidente del buró ejecutivo y delegado al Primer Congreso.

“Las sesiones tuvieron lugar en lo que es hoy el Museo de Bellas Artes, -comenta-, junto a nosotros estuvo Fidel Castro”.

Es difícil que Luis Lorenzo Palenzuela Páez hable de las medallas recibidas; pero entre ellas están la de Hazaña Laboral, Jesús Menéndez, Lázaro Peña… y recientemente el premio por la Obra de la Vida, entregado por la UNJC.

Sobre esas condecoraciones dice: “No son estímulos individuales, sino un reconocimiento a muchos que me acompañaron durante estos años. Eso me compromete más y también me exige ayudar a elevar la calidad del trabajo jurídico. Estamos siempre tratando de contribuir con la superación de los profesionales, e insistir porque los que se gradúen sean cada vez mejores”.

Dorys, referente como jurista y cubana

Para hablar de la Doctora en Derecho Dorys Quintana Cruz, vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional, de la UNJC, se necesita escribir un libro. Hay personas, como ella, cuya vida es difícil resumir en pocas cuartillas.

“Nací en San Antonio de los Baños -confiesa-. Mi papá fue notario comercial y me crié en una familia muy honesta, con muchos valores éticos. A mis padres agradezco mi formación”, señala con una voz pausada, pero firme allende los años.

“Tengo el privilegio de haber participado en muchos programas de la Revolución. Fui alfabetizadora. Con aquellas cartillas llegué a poblados orientales, como El Cobre”, afirma.

La Doctora Dorys Quintana es miembro de la Secretaría que atiende la Paz, del Consejo Técnico Asesor de la Cruz Roja. / Ricardo R. Gómez Rodríguez.

De todas las anécdotas, Dorys también atesora una especial relacionada con el Comandante en Jefe:

“Tengo muy frescas en mi memoria las noches cuando Fidel Castro iba a la Plaza Cadenas, de la Universidad de La Habana (UH), y se reunía a los estudiantes. Estábamos en clase, pero cuando decían, ¡Llegó Fidel!, todos bajábamos corriendo. Hablábamos de todo. Fue una experiencia muy rica.

“Recuerdo que en una ocasión, el Comandante en Jefe reiteró una pregunta: ‘¿Abogados para qué?’… Los que estábamos terminando la carrera nos miramos sorprendidos. Luego él mismo se respondió: ‘¡Abogados para el pueblo!’

“Esa noche el Comandante lanzó la convocatoria de crear tribunales populares y nos dijo que para ello, contaba con los alumnos y profesores de la Facultad de Derecho de la UH”.

Dorys recorrió toda la Isla con aquella misión. Primero le asignaron la creación de esos órganos en Puerto Padre, hoy provincia de Las Tunas, y al graduarse le dieron igual tarea en Guáimaro, después en Granma y Pinar del Río. “Allí tuve la dicha de quedarme durante cinco años como presidenta del Tribunal Provincial Popular”, apunta.

Comenta que, a su regreso a La Habana, fue nombrada directora de uno de los dos bufetes que existían en la capital; en las calles Miralda y Galeano. “Yo tenía cierto conocimiento de ese trabajo. Por eso me dieron la medalla aniversario 55 de la fundación de los Bufetes Colectivos”, explica.

Cuando conversamos, en una pequeña oficina, Dorys de vez en vez, echaba una ojeada a unos apuntes, que al final me regaló. Quiso que nada pasara por alto. Habla, como midiendo cada palabra.

Quintana también cumplió durante años misiones en el Ministerio de Relaciones Exteriores como cónsul, consejera económica y comercial, en países como Irak, Tanzania, Guinea Ecuatorial, Nigeria.

En este tiempo recorrió medio mundo en tiempos convulsos sobre los cuales recuerda: “Trabajé vinculada al Comité Estatal de Colaboración Económica y Científico Técnica, en una tarea muy bella; la cooperación internacional, asistencia técnica y adiestramiento. En Angola, fui responsable de la colaboración económica en sectores como la construcción, agricultura y planificación física”.

Así se sumó a un programa para la preparación de jóvenes trabajadores en la entonces República Democrática Alemana hasta que la enfermedad de su madre la hizo regresar

“Asumí con mucho gusto la responsabilidad de ayudar a mi madre, que me lo dio todo. Ella se enfermó gravemente, después falleció, pero en esos momentos estuve a su lado”.

Al reincorporarse al trabajo lo hizo para atender relaciones Internacionales en la UNJC. Como parte de esta tarea “tuve misiones importantes. Entre ellas la de recibir a juristas y estudiantes de varias naciones, incluido los Estados Unidos, que era uno de los países de donde más venían. A ellos pudimos mostrarles cuál era nuestro sistema, por qué lo defendíamos.”

De esos intercambios nacieron proyectos de apoyo a la lucha por el regreso a la Patria del niño Elián González, de los Cinco Antiterroristas y declaraciones contra el bloqueo económico financiero y comercial impuesto a Cuba.

Dorys se muestra inquieta y meticulosa, altiva. Su papel como vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional y miembro del ejecutivo de la Asociación Internacional de Jurista Demócratas, propicia continuas intervenciones en encuentros provinciales, nacionales e internacionales y en las llamadas escuelas de verano…

Se le puede encontrar colaborando con la Asociación de Abogados Negros de Estados Unidos con los Abogados Progresistas de Nueva York, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, las Naciones Unidas u organizando el Concurso anual Científico para jóvenes universitarios Miguel D” Estefano Pissani entre jóvenes

Lo cierto es que, Dorys mantiene la misma cadencia de su voz y la de sus pasos indetenibles. Es un referente como jurista y cubana que insta a respetar y seguir el ejemplo de Fidel y Raúl, porque “ellos como nadie, sirven de maestros”.


CRÉDITO FOTO PORTADA

Radio Rebelde.

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