La Base Naval de Guantánamo y el sentido común
Como en sus ediciones anteriores,en la agenda del V Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras figura el reclamo de la devolución de los 117 kilómetros usurpados desde 1903 por el enclave naval estadounidense

Base Naval de EEUU en Guantánamo. Foto: Prensa Latina
Por Pablo Soroa Fernández
El V Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras, previsto para inaugurarse este cuatro de mayo, coincide con los casi 114 años de la indeseada e ilegal imposición a Cuba del repudiado enclave militar estadounidense en la bahía de Guantánamo.
Como en sus ediciones anteriores, figura como constante el reclamo de la devolución -al archipiélago caribeño- de los 117 kilómetros usurpados desde 1903 por la base naval estadounidense, además del cierre de esta y del centro de detención y de torturas que desde principios de la actual centuria mantiene el imperio en la única frontera artificial de Cuba.
Esa exigencia constituye condición sine qua non para la completa normalización de las relaciones entre los dos países, al igual que el cese del criminal bloqueo económico, comercial y financiero que atenaza a la ínsula desde hace más de medio siglo, sin la claudicación de los cubanos en la defensa de sus legítimos derechos.

EEUU ha convertido la base en un centro de detección ilegal y torturas
La instalación aeronaval más antigua de EE.UU fuera de sus fronteras es sabido su devaneo por límites ajenos) ha sido calificada como foco permanente de violación de los derechos humanos, de la soberanía de Cuba y violatoria de los tratados internacionales suscritos por los dos países.
Lo anterior lo ha reiterado hasta la saciedad el Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos (Mopaz) y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, organizadores del foro , auspiciado también por la Organización de Solidaridad con los Pueblos de África, Asia y América Latina y el Centro Martin Luther King Jr.
En opinión de expertos internacionales, el Seminario tendrá un impacto contra el armamentismo mundial, liderado por Estados Unidos y la OTAN, y arrojará más luz sobre el trato imperial a esta Isla de la Libertad, que ha visto segada la vida de varios de sus mejores hijos, por balas procedentes del otro lado de la cerca perimetral que separa dos sistemas políticos radicalmente opuestos.
Representantes cubanos y de más de una veintena de naciones que intercambiarán para bien de la paz en el orbe en la importante reunión, reclamarán el cese de la instauración de bases militares en el mundo, y la eliminación de las existentes.
La cita concluirá con una Declaración Final el día seis, desde Caimanera, y sesionará en la Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo, donde se forman en las distintas especialidades estudiantes de 32 países de América Latina, el Caribe y África, como muestra de que la Mayor de las Antillas, sin descuidar su integridad territorial y sus conquistas, prioriza la salvación de vidas dentro y fuera de sus confines.
Coincide esta reunión con la ofensiva del imperialismo y las oligarquías latinoamericanas contra varios de los procesos políticos y sociales progresistas en el continente, como los ya interrumpidos en Brasil y Argentina, y los que se escenifican en Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Como un encuentro pertinente y loable en la actual coyuntura política global, calificó Silvio Platero Yrola, Presidente del Mozpaz, a este evento, que renovará la vigencia de la Proclamación de América Latina y el Caribe como zona de paz, suscrita en La Habana los días 28 y 29 de enero de 2014, por las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Ese propósito se reafirma en momentos en que radican en nuestro continente algunas de las mil 100 bases militares del planeta, de las cuales 852 son administradas por Estados Unidos.
Pero los debates girarán también en torno al desarme nuclear, el arsenal de armas de exterminio masivo y a la ocupación militar en territorios de Europa, Asia, Oriente Medio y América Latina y el Caribe, donde se encuentran 76 de esos enclaves, enemigos no solo de la soberanía, sino también de la tranquilidad y de los recursos naturales de los lugares donde se erigen.
A esos desfavores no es ajeno el perímetro fronterizo y sus alrededores: la base naval estadounidense constituye un freno para el desarrollo integral de esa provincia, al ocupar la mejor parte de su bahía, y con sus efluentes daña los suelos del valle de Guantánamo, principal fuente de alimentos para la sexta urbe más poblada de Cuba.
Todo Guantánamo es nuestro, es el título de un documental que se exhibirá durante el Seminario al que acudirá la brasileña María Do Socorro Gomes, presidenta del Consejo Mundial de la jecutivo y secretariado Cuba forma parte), y el diputado nicaragüense al Parlamento Centroamericano, Daniel Ortega Reyes.
La bahía de Guantánamo y su porción hollada parcialmente por la instalación castrense, seguirán siendo parte integral del territorio cubano, por lo que la devolución de esa porción de tierra será un aspecto imprescindible, como queda dicho, para consolidar los incipientes nexos diplomáticos entre ambas partes.
Advierte un refrán sobre la imprudencia de cambiar de cabalgadura a mitad del río (donde las aguas son más profundas) y los vínculos entre los dos pueblos promovidos por los presidentes cubano Raúl Castro y Barack Obama, andan bastante más allá de la orilla y persiguen una relación civilizada.
La oportunidad la tiene Estados Unidos al alcance de dos actos inteligentes y aplaudibles: la eliminación del bloqueo y la devolución del territorio que ocupa la base naval, a sus legítimos dueños, reclamos que en días venideros recorrerán a Cuba y se harán audibles en los más recónditos parajes del planeta. ( ACN)
No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista. La Base ha estado sometida a huracanes y tormentas durante muchos años, ha sido motivo de reparaciones, pero como gesto de buena voluntad el gobierno soberano, legítimo, y poderoso de los Estados Unidos, que tiene el mejor armamento militar del mundo, el más desarrollado, y más dotado, puede muy bien, como prueba de la culminación de la guerra fría en el mundo, devolver la base a una Cuba diferente a la del año 1902, a la de 1959, pues han pasado más de 100 años, y el criterio por el que se hizo la misma, ha perdido toda vigencia. Como política de buen vecino, y esfuerzo de buena voluntad debe ser devuelta. Sería bueno que lo entendieran todos el mundo.