“No podemos crear sin la voz orquestada de todos”
“No podemos crear sin la voz orquestada de todos”

“No podemos crear sin la voz orquestada de todos”

El Premio Nacional de Cultura Comunitaria 2022 fue concedido al Proyecto Sociocultural Cabildo Quisicuaba, cuyo impacto se extiende por varios municipios del país. A propósito del reconocimiento, BOHEMIA dialogó con el Doctor en Ciencias Enrique Alemán Gutiérrez, líder de su grupo gestor.


“Desde que nací, lo que vi hacer fue ayudar. Mi familia siempre ha estado involucrada en la práctica del bien, del amor al prójimo, a la consagración a los demás. Eso fue lo que aprendí: la labor de ayudar y de reinsertar”, aseguró a BOHEMIA el Doctor en Ciencias Enrique Alemán Gutiérrez, a pocas horas de habérsele otorgado el Premio Nacional de Cultura Comunitaria 2022 al Proyecto Sociocultural Cabildo Quisicuaba, cuyo grupo gestor él lidera.

A más de 40 años de fundado el proyecto, cuya sede se encuentra en el Consejo Popular de Los Sitios, en el capitalino municipio de Centro Habana, su impacto trasciende esos predios y llega a diversas comunidades, a lo largo y ancho del país.

Su comedor social para personas vulnerables y habitantes de calle, por ejemplo, es una de sus labores más divulgadas. Pero su alcance va mucho más allá, pues cuenta con un gran programa de reinserción social que abarca treinta proyectos comunitarios. El fruto de ese esfuerzo sistemático que se ha fortalecido con el tiempo se muestra en muchos de los integrantes de su equipo de trabajo. Sus historias de vida ratifican el valor de las segundas oportunidades.

Cuando se habla de Quisicuaba, aflora el liderazgo de Alemán Gutiérrez, su experiencia y pasión por la reinserción social, la ayuda a las personas en situación de vulnerabilidad y la defensa de la identidad cultural.

“Quisicuaba es ese espacio comunitario de mutualidad e intercambio diverso. Hablamos de los orígenes, en el siglo XVI, de lo que hoy es el municipio Centro Habana, de cuando los negros de la etnia kissi habitaron los caseríos llamados cuabales —explica Alemán Gutiérrez—. Desde ahí viene esa experiencia mutual de estar en comuna de ideas y de pensamiento por un objetivo que, desde aquel entonces, era la supervivencia humana. Hoy ha devenido en estas comunidades tan diversas, donde cohabitan las formas de ser y de actuar de los componentes étnicos de la nación cubana.

“El interés comunitario siempre ha sido un axioma de la Fundación Quisicuaba, porque entendemos la importancia de la práctica del bien, el amor al prójimo y la unidad del pueblo de Cuba, que es la unidad de la patria, bajo el precepto martiano de ‘con todos y para el bien de todos’”.

“No podemos crear sin la voz orquestada de todos”
Dialogar es tener en cuenta otras visiones, subraya el Doctor Alemán Gutiérrez.

¿Cómo han logrado que el Proyecto Quisicuaba crezca, más allá del entorno de Centro Habana, para extenderse por el país?

“Crecer, desbordar los límites del Consejo Popular de Los Sitios, no fue un propósito. Vino con la experiencia de la práctica profesional de la reinserción social en los distintos campos, con las diferentes especialidades y los diversos problemas. También estuvo determinado por las dinámicas que nos ha impuesto la vida cotidiana, el bloqueo económico de los Estados Unidos hacia Cuba, las vulnerabilidades de los seres humanos; así como por el trabajo con las diferentes áreas específicas, en materia de vulnerabilidad y de marginalidad.

“Nuestro trabajo se ha desarrollado en torno a la perspectiva de género, la violencia familiar, los jóvenes transgresores de la ley, las madres solteras de más de tres hijos, la violencia contra la mujer, contra los hombres… Eso nos hizo crecer, y provocó que el área de experticia que teníamos en el manejo de estos temas fuera aprovechada por otros pueblos, ciudades y comunidades del país, donde hoy tenemos catorce proyectos sesionando en distintos municipios. El crecimiento vino como necesidad de seguir aumentando el acompañamiento a las familias cubanas con vulnerabilidades.” 

En los últimos tiempos, se menciona mucho el trabajo en los barrios o con personas vulnerables. ¿De qué forma se entiende este concepto en Quisicuaba?

“La vulnerabilidad, desde el axioma de las obras sociales de Quisicuaba, se entiende como un concepto muy dinámico, que se mueve dentro de los escenarios de la vida cotidiana, y que pasa por el sesgo de las determinantes sociales de cada comunidad y de sus individuos.

“Lo que hoy es vulnerable, mañana quizás no lo es; lo que para una persona resulta vulnerable, para otras no. La vulnerabilidad es un concepto que debemos atender por el daño que produce, la marginación, la alienación del individuo, y los procesos de salud-enfermedad a nivel comunitario”.

En tiempos en que cada vez más las personas se centran en sus situaciones personales, en detrimento del beneficio social, ¿cómo han logrado que se sumen y participen en la transformación de sus propias comunidades?

“El Proyecto Quisicuaba no ha logrado que las personas se incorporen: los individuos, las comunidades lo han ido moldeando con niveles de participación, formando parte de la obra, siendo el agente transformador de su propia vida. Varias aspiraciones personales integran un proyecto comunitario, la vida de un pueblo, de un Consejo Popular, de una ciudad, de un municipio. Partimos de esos planes de vida de las personas. Cuando hacemos coincidir esos objetivos comunes, sobre la base de la diversidad de los individuos, podemos hablar de una obra integradora, con niveles de participación y codecisión.

“La fortaleza de la nación cubana está en el concepto de la diversidad y debemos preservar ese reservorio natural que es la memoria, donde ella se atesora. Cocinamos el arroz como nos enseñaron, hacemos el dulce como nuestra abuela lo hacía porque alguien nos lo mostró. Por eso, a todo esto, le pusimos la impronta que va sobre la base de nuestro tiempo.

“No podemos crear sin la voz orquestada de todos”
La defensa de la unidad y la identidad cultural caracteriza a Quisicuaba.

“Sobre la base de nuestras costumbres y tradiciones, de nuestra diversidad cultural, tratamos de engarzar, como fino orfebre, las formas de ser, nuestros gustos, preferencias, y el consumo cultural. Y si podemos dejarlo como legado a las nuevas generaciones, y si con esto logramos transformar el entorno en que vivimos, de una manera creativa, que sea accesible y que tenga el rostro de todos, así lo haremos, porque nos parece maravilloso”.

La comunicación es fundamental en estos tiempos, y a veces falla en demasiados entornos. ¿Qué papel juega el diálogo dentro del proyecto?

“El diálogo es el sustrato, es un instrumento, una actitud ante la vida, una forma de ser y de actuar. No podemos crear sin la voz orquestada de todos, sin el diálogo permanente. Lo primero es saber dialogar. Tenemos que enseñar y aprender a hacerlo escuchando al otro, y entender que mi mismidad forma parte de la otredad de los demás; del poder enaltecedor de lo que piensa la otra y el otro, de las concepciones simbólicas de la cultura cubana.

“Eso es dialogar, y es tener en cuenta otras visiones. No es mutilar, ni cercenar la idea del otro; es nutrir la tuya, enriquecerla y quitar lo estéril de lo profundo y fecundo. El diálogo es un objetivo transversal que atraviesa todos los objetivos de cualquier proyecto comunitario”.

El Premio Nacional de Cultura Comunitaria llega en un momento de madurez del proyecto. ¿Cómo aprecia el futuro de Quisicuaba a partir de ahora?

“Nunca trabajamos para un premio, pero creo que es el reconocimiento a ese producto maravilloso del esfuerzo colectivo, de la pluralidad y el sentido unitario que ha tenido nuestro diálogo, nuestro hacer, nuestras prácticas, metas y objetivos.

“El futuro es seguir incorporando, porque reinsertar es hacer que alguien vuelva a ser parte, quitar sobre ella, él o sobre la familia todo estigma, toda discriminación, vulnerabilidad… eso es reinserción social. El futuro es seguir perfeccionando la ayuda desde el soporte, la mutualidad, el intercambio. Tenemos que ser capaces de crear los instrumentos para la sostenibilidad de nuestra vida, para la autosuficiencia de las familias cubanas en todos los sentidos.
“En estos caminos estamos introducidos un grupo de especialistas en diferentes aristas (cultura, salud, educación, deporte) que hemos estado apoyándonos y confiando en esta acción legítima desde la sociedad civil cubana. El sueño y el gran reto es acompañar a la familia cubana en todo su quehacer, formando parte de ella, con conocimiento científico, académico, con nivel en materia de solidaridad humana; y elevar el desarrollo humano de nuestra nación, que es la patria de todos, para poder crecer asertivamente”.


CRÉDITO

Fotos: Cortesía del entrevistado

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