Nostalgia, la propuesta italiana para el Oscar

La mano certera del realizador Mario Martone y la formidable interpretación de Pierfrancesco Favino en el protagónico hacen que esta cinta sea una buena experiencia para quienes gustamos del séptimo arte


Felice es un exitoso empresario que tiene un próspero negocio en El Cairo y está casado felizmente. Pero le corroe la nostalgia por el terruño natal y regresa tras cuatro décadas de ausencia a la ciudad de su infancia. Se encuentra que su madre ya no vive en la espaciosa vivienda a donde le dirigía el correo sino en un pequeño y oscuro apartamento. Su amigo de la niñez, Oreste Spasiano, es ahora uno de los jefes de la organización criminal que controla la urbe, por encima de políticos y la policía.  

Pierfrancesco Favino (Felice) y Francesco Di Leva (Don Luigi) en una secuencia del filme

Esta es en síntesis la trama que desarrolla Nostalgia, el filme de Mario Martone (L’amore molesto), seleccionado para representar a Italia en el Oscar 2023 a la mejor película extranjera y que ahora exhibe el actual Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en su sección Panorama Contemporáneo Internacional.  

Podríamos didácticamente dividir la cinta en dos partes. La primera, narra el retorno de Felice, las tiernas secuencias con su madre, su deambular por las calles, plazas, puentes y otras localidades de su niñez, con sucesivos flash back de sus correrías y maldades de joven. A veces se topa con viejos conocidos a los que apenas ya recuerda. Forja una estrecha amistad con don Luigi, un sacerdote católico que ha emprendido campañas por la educación y el deporte para alejar a la  más nueva generación de la delincuencia.

El ritmo, algo lento y denso, como es característico en la cinematografía de ese país, mantiene a los espectadores atentos y alejados del bostezo por los constantes conflictos que van aflorando. El principal, que centra la “segunda parte”: el ingenuo interés del protagonista en contactar con su antiguo amigo Oreste, individuo peligroso y despiadado de quien conviene mantenerse los más alejado posible, como todos le aconsejan. 

Martone mueve los actores con eficacia pero entre ellos sobresale Pierfrancesco Favino (Felice) a quien hemos visto excelentes actuaciones en filmes italianos aunque muchos compatriotas nuestros solo quieran recordarlo como el Cristóbal Colón en la comedia Una noche en el museo y el General Glozelle, de Las crónicas de Narnia. Francesco Di Leva vuelve a apuntarse otro tanto favorable en su ascendente carrera al encarnar al cura Luigi pero Tommaso Ragno cae en ocasiones en lo caricaturesco al interpretar a Oreste Spasiano.

La banda sonora es formidable, como casi siempre nos tiene acostumbrado el buen cine italiano, y Paolo Carnera es hábil y profesional en la fotografía apuntalando la fuerza dramática del filme.

No es un clásico de su cinematografía pero sin dudas Nostalgia es una buena experiencia para quienes gustamos del séptimo arte.


CRÉDITOS

Pedro Antonio García*

*Periodista y profesor universitario. Premio Nacional de Periodismo Histórico por la obra de la vida. Miembro de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica (ACPC)

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