Nuevas elecciones con inteligencia artificial

El acceso de los partidos políticos a los datos de millones de votantes ha cambiado la forma de elaborar mensajes electorales en los Estados Unidos


El video comienza con una celebración y la voz de una locutora cualquiera, que asegura estar “en condiciones de conceder la victoria de 2024 a Joe Biden” sobre las imágenes de este y de Kamala Harris con la mejor de sus sonrisas. Un sumario dice: “¿Qué pasaría si gana el presidente más débil de nuestra historia?”. Y entonces se desata “el colapso de 500 bancos regionales” y el cierre de San Francisco por “la crisis incontrolada del fentanilo”.

Esto no es real. Tampoco lo son las imágenes, creadas por inteligencia artificial (IA) y publicadas por el Comité Nacional Republicano para contrarrestar la información de otro video, que le sirvió a Biden y Harris para anunciar que se vuelven a presentar a la Casa Blanca.

El fake se puede encontrar en el canal de YouTube del Partido Republicano acompañado por la siguiente aclaración: “Una mirada sobre el posible futuro del país si Joe Biden es reelegido”.

Las nuevas herramientas que llevan meses encendiendo el debate en áreas como el periodismo o el arte dieron el salto así a la política estadounidense con una grabación que no solo inauguró las elecciones del año próximo, sino también una nueva era de más desinformación.

ChatGPT es un bot capaz de responder de manera coherente casi cualquier pregunta formulada en lenguaje natural. / unsplash.com

Ya desde 2016, el acceso a los datos de millones de votantes cambió la forma de hacer política y la elaboración de mensajes. De hecho, la empresa británica Cambridge Analytica (hoy desaparecida) utilizó la información de Facebook de casi 30 millones de ciudadanos para favorecer a Donald Trump hace siete años. No se trató de una manipulación en masa, sino que diferentes votantes recibieron información sesgada, fragmentada y a veces contradictoria con otros mensajes del candidato. En esto influyó mucho el big data (gigantescas bases de datos) o, más correctamente, la realidad encriptada por los poderes que la controlan, manejan y usan.

Pero la nueva inteligencia artificial es mucho más peligrosa, porque no solo aporta una gestión de información sino un conocimiento real. Así apareció en las campañas electorales de Emmanuel Macron, Jair Bolsonaro o Mauricio Macri, e incluso dio forma a la creación del “Partido Sintético” de Dinamarca. En este último caso, un chatbot llamado Leader Lars fue entrenado con los programas de partidos daneses marginales para configurar una propuesta que representara al 20 por ciento de la población que no acude a las urnas.

Otro de los ejemplos más avanzados en la actualidad es el caso de ChatGPT, un chatbot capaz de responder de manera coherente casi cualquier pregunta formulada en lenguaje natural y cuya aplicación en la comunicación política parece ser revolucionaria. El demócrata de Massachusetts Jake Auchincloss se convirtió en el primer legislador en presentar un discurso escrito por inteligencia artificial en el Congreso.

Y no olvidemos que detrás de la máquina están los humanos, que han podido introducir ciertos sesgos (consciente o inconscientemente) a través de los textos que han usado para entrenarla.


CRÉDITO PORTADA

La nueva tecnología promete desdibujar los límites entre la propaganda y la desinformación. / unsplash.com

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