Paraguay, entre continuismo y alternancia

El 30 de abril Paraguay votará por un nuevo presidente. Santiago Peña, del conservador Partido Colorado, y Efraín Alegre, al frente de una coalición con apoyo progresista, medirán sus fuerzas en unos comicios fuertemente polarizados


Paraguay permaneció por décadas bastante apartada y callada en el entorno político de América Latina. Desde cuando estuvo liderada por el izquierdista Fernando Lugo. El 20 de abril de 2008, hace exactamente 15 años, el exobispo hizo historia al convertirse en el primer opositor elegido presidente después de seis décadas de gobiernos del Partido Colorado.

Ahora el país sudamericano se prepara para unas elecciones similares. Los colorados, con Santiago Peña como candidato a la presidencia, buscan permanecer por tercer periodo consecutivo al frente del Gobierno y mantener su mayoría en el Congreso. Un exministro de Lugo, Efraín Alegre, es el aspirante de la oposición, cuenta con el apoyo del exmandatario y las encuestas le son favorables.

El propio Lugo encabeza también en estos comicios la lista de postulantes al Senado por la alianza de izquierda Frente Guasu, con la que ganó en 2013 un escaño en la Cámara Alta.  A sus 71 años, el expresidente se recupera hoy de un accidente cerebrovascular que lo mantiene alejado de los medios, pero continúa siendo, a juicio de distintos sectores, referente político y líder de la oposición en el país.

Los candidatos

Santiago Peña y Efraín Alegre, los dos principales contendientes a la presidencia de Paraguay. / El Nacional

El próximo 30 de abril Paraguay acudirá a las urnas para elegir un nuevo presidente de la República, los miembros del Senado y de la Cámara de Diputados, gobernadores y miembros de juntas gubernamentales.

Santiago Peña de la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado) y Efraín Alegre del partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) se disputan el continuismo o la alternancia.

Los colorados detentan hoy la jefatura del Estado, a cargo de Mario Abdo Benítez, tal como lo han hecho durante 76 años. Desde 1947 han dirigido el país, tanto bajo gobiernos civiles como militares, y fueron también el soporte político de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).

El actual presidente, Abdo Benítez es, de hecho, el hijo del secretario privado de Stroessner y creció al amparo de la dictadura. El poder colorado solo mermó en 2008, cuando Lugo llegó al poder, mas esta experiencia fue interrumpida abruptamente en 2012, mediante un procedimiento parlamentario de destitución exprés que estuvo plagado de irregularidades.

Efraín Alegre es el candidato opositor. Se presenta por la Concertación para un Nuevo Paraguay, la cual reúne a la mayor parte de las fuerzas antagónicas a los tradicionales: el Partido Revolucionario Febrerista (PRF) –de corte progresista–, el Partido Encuentro Nacional (PEN) –de tendencia socialdemócrata–, el Partido Patria Querida (PPQ) –de derecha y conservador–, entre otros.

Las candidaturas expresan proyectos políticos distintos y, en los últimos tiempos, evidencian un proceso de polarización que atraviesa a la sociedad paraguaya. De acuerdo con el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, ambos candidatos están bajo presión para reducir un déficit fiscal de tres por ciento del Producto Interno Bruto durante el año pasado, ya sea mediante la reducción del gasto o el aumento de los impuestos a la agricultura, el principal motor de la economía de un país sin salida al mar.

Colorados, liberales y EE.UU.

Los conservadores se juegan la hegemonía; su poder está en crisis desde que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos decidió sancionar al expresidente colorado Horacio Cartes (2013-2018) por “incurrir en actos de corrupción antes, durante y después de su mandato”. A Cartes lo acusan Washington y hasta el actual presidente, Abdo Benítez, de contrabando de tabaco —con su principal empresa, Tabacalera del Este S.A. (Tabesa)—, de lavado de dinero y hasta de mantener vínculos con grupos considerados terroristas por la Casa Blanca, como el libanés Hezbollah.

La balanza electoral, inclinada hacia el oficialismo, cambió fuertemente después de las noticias sobre Cartes, las cuales incluyen la prohibición de entrar en EE. UU. y de hacer negocios con sus empresas. La decisión estaría muy bien si no tuviera el trasfondo injerencista al que nos tiene acostumbrados Washington. Poner a un criminal tras las rejas o al menos limitarle sus movimientos es una acción justa, pero viniendo desde el norte…

Esta nueva jugarreta en la etapa final de la carrera electoral, viene precedida por una visita por separado que le hicieran los dos candidatos al embajador de Estados Unidos Marc Ostfield, publicada luego ostensiblemente en los medios de comunicación. Ambos son fuertes aliados de Washington y la decisión podría interpretarse como favorable para el PLRA. En realidad, a juicio de analistas, la embajada norteña “reseteó” el juego para colocar bajo su control tanto a liberales como a colorados, de manera que no haya salida al margen de parte de cualquiera de estos dos partidos. Quien gane estará en total sintonía con Estados Unidos.

Si bien sobre Peña pesan las acusaciones contra Cartes, sobre Alegre, abogado y exministro de Obras Públicas del Gobierno de Lugo, recae el hecho de que abandonó al expresidente ante denuncias de corrupción manipuladas y votó contra él en el juicio político que lo derribó, en 2012.

Alegre, contra Taiwán y a favor de China

Paraguay es el único país de América del Sur que mantiene relaciones con Taiwán y tiene una legación diplomática de la isla en su territorio. Esto podría cambiar si Alegre llega al poder, pues, según aseguró recientemente, revisará esta relación. “Tenemos una posición crítica de la relación con Taiwán (…) Paraguay debe relacionarse con China”, dijo en una entrevista y aplaudió el principio de una sola China que exige Beijing.

Durante el actual Gobierno del colorado Mario Abdo Benítez, Taiwán se ha convertido en el segundo comprador de carne paraguaya después de Chile. Por otro lado, Paraguay está también entre los 10 mayores exportadores mundiales de carne vacuna y es el cuarto exportador de soja, su principal producto de renta, y sus productores y exportadores aspiran a más. Para vender sus productos en el gigante asiático deben usar un tercer implicado y para importar los productos fabricados en China usan intermediarios como Chile, Argentina y Brasil.

La nación sudamericana ha sido aliada de Taiwán desde 1957; sin embargo, el vigor económico del gigante asiático hace repensar la decisión y Alegre la usa para atraer a ese sector empresarial interesado en ampliarse hacia esos lejanos mercados. Ante toda la realidad en torno a estos comicios, pocos prestan atención a las encuestas locales de intención de voto. Algunas dan más de 10 o 30 puntos a los colorados. En cambio, la encuesta Atlas, hecha en Brasil, predice un empate técnico, con casi dos puntos más a Alegre frente a Santiago Peña.

Podría prevalecer el cambio, pero Paraguay es un país donde los colorados siempre corren con ventaja. Si no ganan el 30 de abril, buscarán la forma de hacerlo más adelante…

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Un comentario

  1. El partido Colorado del Paraguay, se fundó el año 1887, y desde 1947 ha gobernado, sin contrapesos. Es un partido transversal a las clases sociales. Es un partido autoritario (no podría ser de otra manera), conservador, de libre mercado, tradicionalista y católico. Paraguay es el único país de Latinoamérica en que la izquierda no ha llegado al poder…y me temo que no llegará tampoco esta vez. La supuesta razón que se esgrime la articulista de que el Tesoro de los EEUU…etc, es porque los EEUU no puede controlar el negocio del tabaco en el Paraguay. Esa es la razón de fondo. Es una razón netamente económica y comercial. Jamás, cómo lo indica la articulista, el Paraguay ha estado polarizado políticamente (…comicios fuertemente polarizados). Gracias a la férrea disciplina del Partido Colorado, el Paraguay se ha mantenido al margen de la inoculación de regímenes de izquierda.

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