Paseo por Bayamo

Impresiones, en busca de noticias y sensaciones, a horas de que se produjera el grito de play ball


BAYAMO.-Un largo viaje me trajo hasta aquí. Doce horas dice el papel. Pero varias escalas cambiaron mi intrépido anhelo.

BOHEMIA está de regreso a la provincia de los campeones nacionales. ¿El motivo? Ser testigos de la inauguración de la Serie 62. Y, claro, indagar en cualquier cosilla que se presente para escribir. No todos los días visito el oriente cubano.

Además, después del V Clásico Mundial, donde el Team Cuba se ubicó entre los cuatro grandes, resultado que nos elevó un puesto en el ranking global (séptimo), quien no se anima a ver pelota.

Desperté temprano, a pesar de dormir gran parte de la madrugada en una Yutong, y salí a caminar.

Las calles cercanas a la Plaza de la Patria, se parecían este miércoles a cualquier mañana en Cuba.

Algunos edificios camino al estadio, me recordaron a Alamar, todos iguales, aparentemente desubicados, pero los vecinos conocen a la perfección cada sendero.

Un lugareño, quien esperaba a que el humo de la fumigación desapareciera de su casa, me dijo como llegar al Mártires de Barbados.

Fueron cerca de 15 minutos a pie, con paso lento, como si yo fuera un turista distraído y cansado.

Pensé encontrarme allí a alguno de los dos equipos, Granma o Matanzas, entrenando para el choque debut de la Serie Nacional 62 (a las dos de la tarde).

Pero es un mal que nos persigue desde hace años. Los peloteros no entrenan casi nunca. El juego empieza a las 2:00 p.m., y claro, se desayuna y almuerza, con pocas horas intermedias, para simplemente salir al terreno a jugar.

Cuando termina el partido se regresa al hotel. Y hasta el otro día, que si es el segundo como el de este jueves, toca doble juego desde las 10:00 a.m., no se entrena. Simplemente se juega.

Tal vez lo más importante sea que los atletas puedan ponerse en forma, y no que yo haya ido al estadio para solo ver cómo riegan el box con agua.

Se esperaba una vistosa inauguración, con paracaídas incluidos.

Se haría un homenaje a los granmenses que jugaron en el Clásico (Alfredo Despaigne y Roel Santos).

Y también a Carlos Martí, 74 años de edad, director en 49 campeonatos, ganador de cuatro series nacionales (56, 57, 60 y 61), con los Alazanes de Granma, y una Liga Élite al frente de Agricultores, a finales de enero.

Su lugar es ahora ocupado por Leonardo Soto, con quien quise conversar antes del grito de play ball, pero tendrá que ser en otro momento, porque no coincidimos en mi visita matutina al estadio Mártires de Barbados.

El nuevo director técnico no es ningún desconocido. Se desempeñó hasta la pasada campaña como coach de banca en el cuerpo de dirección de Carlos Martí. Antes, acumuló experiencia como entrenador en todas las categorías y ha dirigido equipos en la EIDE (15-16 y juveniles) y el Sub-23.

Trae a cuestas un pasado cercano muy exitoso de su coterráneo.

Me hubiera gustado saber sí eso le presiona o por el contrario, le inspira.

El terreno dirá la última palabra.

A propósito, a simple vista, noté pintura en las gradas y mantenimiento general del terreno, dos detalles que no debemos pasar por alto en un engalanado Mártires de Barbados.

Y fue bueno conocer noticias similares desde otros estadios. Ahhh… pero para hacerlo no hay que esperar al inicio de la Serie Nacional.


CRÉDITO PORTADA

El equipo de Granma, los Alazanes, cuando ganaron la pasada Serie Nacional. / Ismael Francisco.

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos