Patines en el atardecer

En cualquier parte del archipiélago, los atardeceres suelen arroparse de niñez y de adolescencia para dejar al desnudo sueños y fantasías a bordo de bicicletas, pateando un balón, lanzando el objeto que al instante el perro traerá, zalamero, a punta de hocico, o simplemente encima de esos patines, patinetas y carriolas que retan al equilibrio entre acrobacias y audaces giros.

Precisamente acerca de esta última modalidad de sano divertimento tratan las imágenes que, sin sospecharlo, acaban de obsequiar un grupo de los niños que habitualmente convergen en el Parque Martí, de Ciego de Ávila, como expresión de algo que admira todo visitante: el sosiego, ambiente alegre y la seguridad que siguen transpirando la realidad de Cuba.

Alegría sobre patines.
Audacia, riesgo, tentación.
Salto y “aterrizaje”.
Virtuoso como las palmas.
Equilibrio desde la marcha.
Ajustes de seguridad.
Pacto de caballeros.

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