Petro en la mira de la derecha

El presidente colombiano está padeciendo las sacudidas de una derecha que no se da por vencida y ensaya todo tipo de ardides para cortarle las raíces a cualquier proyecto progresista en América Latina y el Caribe


Con miedo y desde su transitoria altura, los hilos regionales del neoliberalismo y la ultraderecha mueven su estrategia en Colombia para intentar frenar la era progresista y democrática que protagoniza ese país por primera vez, con el presidente Gustavo Petro al frente.

América Latina en general les preocupa y poco a poco afilan sus estrategias contra cada uno de los países que eligieron nuevamente el escenario progresista. Ya lo hicieron en Perú, y se quitaron de encima, de un zarpazo, a Pedro Castillo, un maestro rural al que ataron de pies y manos desde el primer día que llegó al gobierno y no lo dejaron acertar ni una sola vez. Aunque tampoco tuvo las mañas necesarias para defenderse, le apretaron tanto la soga que terminó ahogándose y aún está en la cárcel.

Las nuevas tácticas para eliminar procesos izquierdistas pasan por la neutralización judicial, la criminalización mediática y el contubernio que parece estrecharse entre las hordas derechistas y las diversas Fuerzas Armadas. De la primera de las estrategias tenemos varios ejemplos en América Latina: Cristina Fernández, Rafael Correa, Dilma Rousseff, Lula Da Silva y ahora Castillo, en Perú. La segunda ya la ensayaron en Bolivia, en 2019, cuando sacaron a Evo Morales del país, o en el propio Perú, después de la destitución del presidente y la represión de las protestas ordenadas desde el gobierno impuesto. Y no olvidemos el escenario brasileño a inicios de este año.

Ahora sumémosle la campaña feroz levantada en poco tiempo contra el legítimo presidente de Colombia, donde una concertación de sectores conservadores busca aislarlo como actor político y le impiden estabilizarse.

Petro vs. “Niñeragate”

Todo el andamiaje contra Petro se inició hace 10 meses, cuando llegó a la Casa de Nariño. Pero la más reciente se conformó tras el mediatizado escándalo “Niñeragate”, el cual involucra a su exjefa de Gabinete Laura Sarabia y al exembajador en Venezuela Armando Benedetti. El conflicto lo exacerban unos audios filtrados por la revista Semana, en los que presuntamente el diplomático amenazó a Sarabia con revelar irregularidades en el financiamiento de la campaña electoral de 2022. Ello sirvió de telón de fondo perfecto para poner al presidente en una situación de ultimátum y condena, y así justificar el empantanamiento de las grandes reformas a la salud, las pensiones y el trabajo, pendientes de aprobación en el Congreso.

El pasado 6 de junio, la fracción del Pacto Histórico en la Cámara Baja del Congreso –donde es mayoría– informó que la discusión de las reformas entraría en receso por un lapso no definido, para evitar afectar la votación tras las turbulencias en el Ejecutivo. Es evidente que la estrategia derechista pretende acelerar al máximo la caída o el derrocamiento de ese gobierno.

Personeros de la oposición, como el excandidato Fico Gutiérrez, ligado al uribismo, aprovecharon la coyuntura para asegurar una elección presidencial por medios irregulares y pidieron suspender al mandatario de su cargo. Al respecto, Petro aseguró que en su campaña “no entró ni un solo peso sucio”.

¿Un pueblo dormido?

Pero el liderazgo progresista tiene el apoyo popular y lo pudo palpar el pasado 7 de junio en las plazas en todo el país. En la llamada “Toma de Bogotá por las reformas sociales”, realizada también de forma paralela en otras ciudades colombianas: la población colmó las calles.

“Creían que el pueblo estaba dormido […] El pueblo que eligió al presidente sigue con el presidente”, enfatizó Petro al cerrar la multitudinaria manifestación que demostró del lado de quién está. El propio estadista se mostró sorprendido por la multitud que acudió a la convocatoria. “El Gobierno no esperaba tanta gente”, manifestó ante la afluencia.

“Hay personas que aún no han leído lo que significa la decisión popular en las mesas electorales del año pasado; creen que fue simplemente una moda, una fiebre pasajera, un delirio que ya pasó y que dejó a un presidente abandonado en su palacio presidencial; pues hoy decimos, hoy lo decimos con toda claridad: no fue así”, añadió Petro.

Este acto en apoyo a su gestión le reafirmó el rumbo a seguir, “el camino difícil de volver realidad una verdadera democracia en Colombia”. Ante la congregación, Petro hizo un pacto y prometió que su gobierno estará hasta la muerte al servicio del pueblo. Asimismo, pidió no dejar de salir a la calle a defender sus políticas en favor de todos. Llegó el momento de luchar, con la fuerza y con la dignidad, con la alegría y la cultura, sentenció.


CRÉDITO PORTADA

Petro, sorprendido ante tanta afluencia de pueblo para respaldarlo. / @infopresidencia.

Comparte en redes sociales:

Un comentario

  1. Ningún partido de derecha se puede dar por vencido nunca, toda vez que están convencidos que tienen la razón en su pensamiento, palabra y obra. No hay reproche alguno en ello.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos