Primero de Mayo: “Conmigo pueden contar”

Primero de Mayo: “Conmigo pueden contar”.
Julio Alfonso Machado Tamayo rememoró sus vivencias como dirigente sindical. Foto. / Agustín Borrego.

Julio Alfonso Machado Tamayo tiene 102 años y una memoria envidiable. Para él están claras las imágenes de las grandes concentraciones celebradas en la capitalina Plaza de la Revolución José Martí, en las cuales los trabajadores han festejado el Día Internacional del Proletariado Mundial.

“La mayoría de las veces estuve en la tribuna, entre los invitados”, afirma quien fuera por varios lustros Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de las FAR (ahora de Civiles de la Defensa). “La unidad de los obreros y el pueblo en torno a la Revolución ha quedado demostrada siempre en esos actos y marchas”, apuntó. Añadió que “todos esos encuentros han sido grandiosos”.

Recientemente, en La Habana, Machado estuvo presente en el tradicional encuentro con los otrora dirigentes sindicales y jubilados de la CTC Nacional. Muchos se sorprenden al escuchar sus anécdotas.

Cuando mira su pasado, uno de los primeros recuerdos que aparece es el día de la muerte de Julio Antonio Mella, el 10 de enero de 1929. Tenía nueve años, cuando su padre, sastre en un taller de la provincia de Cienfuegos, llegó con la lamentable noticia del asesinato del joven comunista en tierra mexicana. Entonces, su mamá dijo: “Fue Machado, lo mandó a asesinar”. Tiempo después, sabría con exactitud quién había sido el líder que con tan pocos años se ganó el corazón de cubanos y latinoamericanos.

Primero de Mayo: “Conmigo pueden contar”.
Momento en que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz le hace entrega de un reconocimiento a Julio Alfonso, en su condición de secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de las FAR. Fotocopia. / Agustín Borrego.

No era época para permanecer mucho tiempo en la escuela. Sin concluir los estudios en la escuela de Artes y Oficios, comenzó como aprendiz de carpintero ebanista. A los 16 años ya trabajaba en una carpintería con lo cual lograba obtener algún dinero. Fue ahí, precisamente, que mediante un compañero que integraba la Liga Juvenil Comunista, oyó hablar de la Unión Soviética y, poco a poco, lo convencieron para que integrara las filas de organización.

Se adentró en las actividades políticas y con 18 años era dirigente de la juventud en Cienfuegos. Ya a finales de la década del 30 pasó a integrar la Juventud Revolucionaria Cubana (después Juventud Socialista (JS)), en la provincia de Las Villas.

Representó a la JS en un encuentro celebrado en México con organizaciones progresistas. A su regreso, la dirección de la JS lo designó como comisionado juvenil a nivel nacional, por lo que se quedó en La Habana.

Comprometido con la lucha revolucionaria en contra de la dictadura de Fulgencio Batista, tuvo entre sus tareas la búsqueda de los locales para la impresión de la revista Mella, con lo cual también rindió honor al héroe que lo inspiró casi desde la niñez. “Se editó en distintos lugares, hubo que cambiar de casas porque nos perseguían”, dijo Julio, y añadió que en esos trajines estaban el Primero de Enero de 1959, cuando se dio a conocer el triunfo de la Revolución.

 Nuevas misiones

Primero de Mayo: “Conmigo pueden contar”.
Compartiendo con antiguos dirigentes sindicales. Foto. / Alejandro Acosta Hechavarría.

Con pasión se entregó al proyecto revolucionario. Asumió diferentes responsabilidades, entre las que sobresalió estar al frente de un grupo de jóvenes rebeldes que fueron a estudiar aviación militar en la antigua Unión Soviética.

Fue a partir de 1970, cuando se adentró en el trabajo sindical. “Se decidió crear el entonces Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de las FAR y yo estuve al frente de la comisión que lo organizaría”.

Hoy reconoce aquellos momentos intensos: se crearon las secciones sindicales y posteriormente los comités municipales y provinciales. “El 19 de septiembre de 1971 se realizó la conferencia nacional, presidida por el General de Ejército Raúl Castro Ruz. Allí quedó constituido este sindicato y fui su primer secretario general, responsabilidad que desempeñé durante una década”.

Recordó esos años con amor y resaltó la entrega y entusiasmo de los trabajadores civiles de las FAR, dispuestos siempre a servir a la Patria.

Primero de Mayo: “Conmigo pueden contar”.
Uno de los ejemplares de la revista Mella, que aún conserva. Fotocopia. / Agustín Borrego.

De su experiencia en la labor sindical subrayó que lo más importante es la comunicación con los trabajadores. “Hay que ir a sus puestos, escucharlos y saber qué piensan para poder representarlos bien”.

Considera que, en el escenario actual, se impone más que nunca la capacitación de los dirigentes sindicales, tanto económica como jurídica, para poder defender bien la confianza que los trabajadores han puesto en ellos.

Este centenario, de palabra clara, que gusta de compartir con sus familiares y colegas, agradece que lo recuerden y visiten. “Siempre que pueda aportar mis experiencias, aquí estoy. Conmigo pueden contar”, añadió, y precisó que este Primero de Mayo, aunque no esté sentado en la tribuna, admirará desde su hogar la demostración que hará otra vez el pueblo para reafirmar su fe en la Revolución.

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