Primeros 100 días de Lula en Brasil por la reconstrucción y la unión

El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, celebró los primeros tres meses de su tercer mandato y asegura que “Brasil está de vuelta»


Desde el 1 de enero, cuando Lula Da Silva asumió por tercera ocasión la dirección del país, trabajó por la reconstrucción y la unión de Brasil, haciendo del tema social en el centro de su desempeño.

Con la campaña “Brasil volvió”, Lula celebró los logros de los primeros 100 días de su presidencia. En un artículo de su puño y letra, publicado en el diario Correio Braziliense, el propio presidente relata los programas sociales lanzados o vueltos a llevar al pueblo durante estos primeros tres meses.

Uno de ellos, Bolsa Familia, forma parte de las iniciativas emblemáticas de los primeros gobiernos de Lula. A través de esta medida, más de 20 millones de familias reciben en promedio 750 reales mensuales (144 dólares).

También se refirió al Programa de Adquisición de Alimentos, a través del cual el gobierno compra la producción de pequeños productores agrícolas para personas en situación de inseguridad alimentaria.

Los núcleos familiares con hijos de hasta seis años reciben ahora el extra de 150 reales (30 dólares), los cuales se suman al base de 600 reales del plan.

Creado en 2003 durante su primer mandato, el esquema tiene como objetivo romper el ciclo generacional de la penuria a corto y largo plazo a través de transferencias condicionadas de ingresos, educación y la salud.

Asimismo, en el periodo, Lula firmó la medida provisional para retomar Mi Casa, Mi Vida, plan de entrega de viviendas a segmentos necesitados y reducir el déficit habitacional en el país.

Ese proyecto fue desmantelado después del golpe parlamentario contra la expresidenta Dilma Rousseff en 2016 y terminó de sucumbir durante la administración de Jair Bolsonaro.

Al finalizar el gobierno derechista dejó 1,6 millones de viviendas sin terminar.

Según cifras gubernamentales, más de 280 mil brasileños no tienen actualmente casa, cifra que representa un aumento del 38 por ciento en relación al período antes de la pandemia de Covid-19.

Lula también retomó su emblemático proyecto ahora denominado Más Salud para Brasil, antiguo Más Médicos. El plan prevé la apertura inicial de 15 mil nuevas plazas para profesionales del sector.

La nueva versión pretende extender las vacantes a 28 mil especialistas hasta el final de 2023 y priorizar a 96 millones de personas en la atención primaria por el Sistema Único de Salud, con enfoque en áreas de extrema pobreza y comunidades tradicionales.

En estos tres primeros meses, en Brasil se crearon los ministerios de Igualdad Racial, Mujeres y Cultura.

El primero, según describió el propio mandatario, busca la reparación histórica del pueblo negro en la nación brasileña, mientras la cartera dedicada a las féminas trabajará contra la violencia de género y la desigualdad en el entorno laboral.

Al ministerio de Cultura lo calificó como una extraordinaria herramienta de generación de riqueza, además de parte fundamental de formación de nuestra identidad.

Brasil: Una sola nación

El líder izquierdista también comentó los disturbios del 8 de enero pasado, cuando los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, aupados por una ultraderecha negada a dejar el poder, asaltaron edificios gubernamentales en Brasilia e intentaron un fracasado golpe militar.

“Esos vándalos, que podemos llamar fascistas, fanáticos, hicieron lo que nunca se hizo en la historia de este país”, denunció Lula en su artículo.

Varias líneas de investigaciones se abrieron en instituciones judiciales para conocer y condenar a los autores materiales e intelectuales de tan lamentable suceso, el cual debe tener presente su administración porque el “enemigo acecha”.

Lula se negó a desligar a esa parte del pueblo, confiada por tercera vez en su gestión, de la otra que votó por otro candidato. “Somos una nación», sentenció el presidente.

Reconoció las elevadas tasas de intereses, las cuales dificultan el crecimiento económico, pero confía —aseguró— en el nuevo marco fiscal aprobado por el Congreso.

Según adelantó, Brasil lanzará pronto licitaciones de energía solar y eólica, y no perderá la oportunidad de convertir al mayor país de América Latina en una potencia de hidrógeno verde.

Para el líder del Partido de los Trabajadores gobernar es atender las urgencias mientras crea las bases hacia un futuro mejor.

En la arena regional, Lula ocupa el asiento del decano para la integración latinoamericana y caribeña. En este primer período participó en enero en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en Buenos Aires.

Allí volvió a dejar claro que la solución es la integración regional basada en las propias identidades de cada nación. Su voz se escuchó con el mismo respeto que le guardaron durante sus primeros años al frente de la Casa de Nariño.

En marzo pasado se ausentó de la Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, República Dominicana, por un planificado viaje a China, una visita que tuvo que aplazar por motivos de salud y que finalmente realizará en las próximas jornadas.

Y así, durante estos primeros 100 días, su gestión priorizó lo urgente, partiendo de lo necesario para hacer lo posible, según subrayó en el texto publicado en Correio Braziliense.

Para los mil 360 días venideros, su gobierno estará firme en la reconstrucción de un país más desarrollado, justo y soberano, con paz, armonía y oportunidades para todos. “Brasil está de vuelta», finalizó.

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2 comentarios

  1. Es muy prematuro el artículo. Esperemos a ver qué hace Lula por la clase trabajadora, ya que ella le debe su triunfo. No obtante, pronostico altos grados de corrupción, a todo nivel, tanto gubernamental cómo privado o empresarial. Por lo demás siempre ha sido así y no visualizo el porqué va a cambiar.

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