Puerto Rico: Participación real

Puerto Rico bandera

Vieja discusión en el seno de las organizaciones progresistas: concentrar la lucha en objetivos de mayor alcance o ir arrancándole pedacitos al orden capitalista mundial. A veces las desavenencias en las metas son tan fuertes que las fuerzas antihegemónicas se fragmentan. Lo que sí está claro es que las personas viven el día a día en pago de facturas o algo tan básico como llevar comida a casa. Entonces, no queda otra que sumar voces y energías en todos los frentes de batallas.

Justo como en Puerto Rico, todavía territorio colonial de los Estados Unidos, potencia que intenta silenciar mediáticamente cualquier tipo de supuesta desobediencia civil, ya sea por la plena emancipación nacional o por aumentos en la remuneración laboral. Así, para gran parte de la opinión pública mundial, allí todas las personas viven en bonanza económica. Pues vea que no: a mediados de febrero de 2022, la hermana nación volvió a vivir una nueva sacudida social. ¿Y tuvo eco internacional? Tristemente primó el silencio o la indiferencia.

Más del 80 por ciento del magisterio se movilizó en San Juan: 5 000 maestros de todo el país clamando por salarios justos y jubilación digna, esta última atada al diseño del PAD, o sea, al Plan de Ajuste de la Deuda, pensado desde las oligarquías dominantes, allí y en los Estados Unidos, para satisfacer pagos a los bonistas. Se sumaron bomberos, policías y alguaciles. Ya en enero habían ocurrido, por similares motivos, protestas de enfermeras y enfermeros.

Una precisión importante: si bien estos reclamos sindicales parecen pensados para el corto plazo, lo cierto es que existen contundentes evidencias –algunas presentadas por el actual Gobierno– de que se procura llevar gestiones públicas al sector privado. La llamada Isla del Encanto vivió similares sacudidas en 2019.

Hay que recordar que los puertorriqueños desenvuelven su existencia supeditados a una Junta de Control Fiscal, rimbombante nombre de invención yanqui (de hace seis años) para supervisar las finanzas boricuas a tenor con sus decisiones neoliberales. Hecho que ha sido denunciado valientemente por la senadora por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), María de Lourdes Santiago. Aunque los propósitos cimeros de esta organización política es la conquista de la plena soberanía, nunca le ha dado la espalda a los problemas digámosle básicos de su pueblo.

Nuestra publicación tuvo acceso a la información al recurrir a fuentes como TeleSur o al indagar en la propia prensa local, a la cual le fue imposible mantenerse ajena a las enormes concentraciones, dibujadas en una gran huelga que al final logró conquistas parciales, sujetas siempre a los vaivenes de la política.

Bohemia se documentó asimismo con declaraciones solidarias de diversos frentes, como Colectiva Feminista en Construcción: “Hoy marchamos porque con cada desprecio a las trabajadoras, con cada salario de miseria y con cada recorte en servicios esenciales, nos expulsan del país y lo vacían para que sea el paraíso de otros”. La emigración puertorriqueña es alta, y quedan en suelo patrio, en 2022, algo más de tres millones de habitantes. Mucha de su gente es absorbida por la metrópolis.

 

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Un comentario

  1. María Victoria siempre nos recuerda que «Cuba y Puerto Rico son/ De un pájaro las dos alas,/ Reciben flores y balas/ Sobre el mismo corazón…/ ¡Qué mucho si en la ilusión/ Qué mil tintes arrebola,/ Sueña la musa de Lola/ Con ferviente fantasía,/ ¡De esta tierra y la mía,/ Hacer una patria sola!».

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