¿Será verdad que el fantasma de Hitler ronda día y noche en el lamentable conflicto de EE.UU., la OTAN y Ucrania con Rusia?

¿El propósito de enjuiciar a neonazis perpetradores de miles de crímenes sangrientos contra civiles, incluidos rusos, es solo parte de una infeliz propaganda moscovita?

¿Qué hay detrás del controvertido Batallón Azov, por cierto, focalizado por el Congreso de EE.UU. como una estructura paramilitar peligrosa por su ideología neonazi?

¿Qué es y cómo surgió esa estructura? ¿Cuál es su declarada ideología?

¿Por qué por primera vez Israel tiene que verse ante algo tan ‎inimaginable como que su protector estadounidense apoye el nazismo, enemigo histórico del pueblo judío‎?

A estas y otras muchas interrogantes que pudieran hacerse los inconformes con la papilla mediática premasticada y servida a toda hora por la internetizada información “occidental” procuramos encontrarles respuestas en diversas fuentes no estandarizadas.

Definición

Al Batallón, o ahora Regimiento Azov, se le define, en la nada sospechosa de rusófila Wikipedia,  como una unidad militar de extrema derecha. Integrada por voluntarios neonazis ucranianos, y de otros países, entre los que se destacan los croatas. Pertenece a la Guardia Nacional de Ucrania, reserva de las Fuerzas Armadas y está bajo jurisdicción del Ministerio del Interior. Cuenta con importantes redes financieras. En 2018 el Congreso de EE. UU. aprobó un proyecto de ley de asignaciones en el cual se prohibió brindarle ayuda militar, debido a su ideología de supremacía blanca.

Tiene su sede en la ciudad de Mariúpol, en la costa del mar de Azov, del cual toma su nombre. Está compuesto en su mayoría por individuos procedentes de organizaciones y partidos de extrema derecha, como Pravy Sector y Svoboda. Se sabe que pagaba a sus voluntarios 70 dólares mensuales.

El escudo del Azov exhibe una runa wolfsangel estilizada y el símbolo del sol negro sobre los colores azul y amarillo de la bandera de Ucrania. Además del nombre del batallón. ¿Qué significan tales atributos?

Las runas son las letras de alfabetos que se emplearon para escribir las antiguas lenguas germánicas. Son usadas por el nazismo a nivel internacional. Wolfsangel es un símbolo heráldico alemán inspirado en una antigua trampa para lobos. El Partido Nazi lo usó en sus orígenes. Durante la Segunda Guerra Mundial lo utilizaron las divisiones de las SS.

El sol representa el esoterismo y el significado oculto, de notable uso en el misticismo nazi.

Y para más, un portavoz del Regimiento declaró públicamente en 2014 que entre 10 y 20 por cierto de esa fuerza la integraban neonazis. A confesión de parte, relevo de pruebas.

A la raíz

Es también conocida la notoriedad del recién creado Batallón Azov, durante y después del golpe de Estado perpetrado en 2014 contra el Gobierno de Víctor Yanukóvich, negado a integrarse a la órbita de la Unión Europea y la OTAN.

Sin embargo, historiadores ubican realmente en la década de los 30 del siglo pasado el inicio de estos agrupamientos neonazis. Tales formaciones paramilitares inspiradas en el fascismo pretendían separar a Ucrania de la URSS. La más notoria fue la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), creada en 1929 y después reconocida como el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA).

Operaron a favor de los nazis en territorio soviético y cometieron crímenes contra la población de origen judío. Si bien desaparecieron del escenario público en la década de los 60, tras la independencia de Ucrania esa ideología volvió a adquirir fuerza en 1991. Entonces nacieron partidos como el Congreso de Nacionalistas Ucranianos (KUN) y el Partido Social-Nacional de Ucrania, simiente del Batallón Azov.

Estos grupos ejercieron poder político al operar como brazo armado de algunos partidos. Tal es el caso de Patriotas de Ucrania, que se registró como asociación civil en 1996, pese a estar conformado por militares y veteranos de guerra. En 1999 se vincularon al Partido Social-Nacional de Ucrania. Fue en 2014 que aquella y otras facciones de extrema derecha integraron el Batallón Azov.

Se les atribuyen encarnizados y crueles ataques durante los últimos ocho años contra los civiles de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, donde han segado la vida de miles de personas no beligerantes, la mayoría de origen ruso.

¿Quiénes son?

Fuera del manto que les abriga en la propaganda antirrusa, se les considera un mosaico de jóvenes cautivados por la ultraderecha, nostálgicos de la Alemania hitleriana. No son improvisados. Si bien adiestran a inexpertos en el uso de armas, también reclutan a militares curtidos.

La reputación nazi que se ganaron los integrantes de Azov no es solo una obsesión atribuida a Rusia para justificar sus operaciones militares en Ucrania. El primer comandante del batallón fue Andriy Biletsky, exparlamentario y uno de los líderes de Cuerpo Nacional, agrupación política de extrema derecha que le permitió alcanzar un escaño en la Rada Suprema (el parlamento de Ucrania) entre 2014 y 2019.

Al finalizar su mandato no pudo revalidarlo en las elecciones, integrado al partido Svoboda, ultranacionalista y que tiene como referente histórico a Stepan Bandera, un criminal de guerra que colaboró con la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial. Hoy los ultraderechistas lo reivindican en Ucrania como a un héroe.

Desde su página oficial, define el perfil de combatiente que busca sumar a sus filas: “Ser un guerrero y defender a tu país es un asunto digno de respeto y honor”. En las fotografías y videos que ilustran su web, inspirada en la Alemania nazi, se ven alistamientos de tropas, ensayos de combates, utilización de armamento pesado y una envergadura de desplazamientos que para nada son los de un grupo improvisado o de voluntarios.

Nazismo legalizado

La mencionada agrupación se autoconfiere legalidad desde su propia constitución, en 2014. Ocurrió durante el levantamiento contra el golpe de Estado en Kiev de las autoproclamadas Repúblicas de Donetsk y Lugansk, ahora reconocidas por Rusia. “El Batallón Azov se estableció el 5 de mayo de 2014 en Berdyansk como un batallón del servicio de patrulla policial especial (BPSMOP) del Ministerio del Interior sobre la base de una decisión del Ministerio del Interior de Ucrania”. Asimismo, glorifica a sus integrantes caídos en combate y las acciones militares que emprendió en la región del este, de mayoría rusófona.

El periodista canadiense Michael Colborne, autor de un libro sobre este grupo armado, contó –citado por Télam– durante un seminario virtual organizado por la ONG Counter Extremism Project, que el Batallón Azov:

“dejó de ser solamente una unidad militar afiliada a la Guardia Nacional del país y generó extensiones como el llamado Cuerpo Civil Azov para alcanzar algo así como a los sectores no militares de la sociedad; en 2016 se expandió en el partido político Cuerpo Nacional y surgieron otras ramificaciones afiliadas y no afiliadas de lo que se conoce como el Movimiento Azov”.

Colborne también escribió:

“Ucrania realmente tiene un problema de extrema derecha y no es una ficción de la propaganda del Kremlin. Y ya es hora de hablar de eso”.

Lo publicó en diciembre pasado, en Forward, un diario judío-estadounidense que se edita en inglés e ídish.

Hay muchísimo más, pero creo que hasta aquí es suficiente respuesta a las preguntas que nos hicimos al principio, ¿o no?