Cuba mantiene relaciones amistosas con la mayoría de naciones y gobiernos del planeta. Una buena parte de ellos, por ejemplo, en medio del dolor por el accidente en el habanero hotel Saratoga, ofrecieron sus más sentidas condolencias y muestras de apoyo; sin embargo, nuestros nexos bilaterales no implican necesariamente entendimiento de alguno de esos países entre sí. Esta comentarista centrará su atención en un caso donde se evidencia lo antes descrito: la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y el mundo.

Para la Revolución Cubana, junto con otros 79 estados, tal como lo estipuló la ONU, la RASD sigue siendo un tema de descolonización, el cual debe ser atendido según dictan las normas y reglas del Derecho Internacional. De ahí la actitud militante de la mayor de las Antillas: ante la precariedad en que viven y la constante vulnerabilidad, donó a los saharauis 458 000 dosis de la vacuna anticovid-19 Soberana 02 para sus niños, quienes han crecido entre el ideario y el sueño de su independencia, ya sea en el tórrido desierto o en campamentos de refugiados.

Argelia y Marruecos

Y aquí entra una de las variables de la ecuación. Cuando, el 24 de agosto del pasado año, Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat, no había que ser muy ducho para inferir que se debió a las pretensiones de Marruecos en el Sahara Occidental. No pasó mucho tiempo para que las agencias noticiosas informaran sobre el suceso: Argelia rompe a partir de “los largos actos hostiles perpetrados por Rabat contra este país vecino”, destacó Prensa Latina.

Meses antes, entre marzo y abril de 2021, el Ejército Popular de Liberación Saharaui (EPLS) había iniciado ofensivas militares contra posiciones del reino alauita en un muro levantado a modo de contención. También los patriotas saharauis les fueron de frente a varias bases marroquíes, ubicadas en tres sectores del territorio ocupado.

Acciones que culminaban un largo periodo de supuesta tregua entre ambos, que datan de 1991. Desde lejana fecha está planificado –bajo los auspicios de la ONU y su mecanismo el Minurso– un recuento de población y un referéndum de autodeterminación, jamás realizado, ya que Rabat con paciencia se ha jugado todos estos años su carta de la autonomía, postura monolíticamente rechazada a la redonda, salvo por unos pocos gobiernos.

En todo este tiempo el respaldo argelino ha sido decisivo: en foros internacionales, así como en la proporción de bienes y servicios para una vida decorosa de aquellos emigrantes saharauis sacados de su patria en 1976, en la conocida Marcha Verde de Marruecos.

España, Marruecos, Argelia y la RASD

“En España, el Sahara sigue vivo gracias a la simpatía que la causa saharaui –percibida como una lucha legítima entre oprimidos y opresores– tiene en la sociedad española”. Ejemplos de esto son la acogida de niños de los campamentos de refugiados en verano, las simpatías políticas a nivel nacional y autonómico por la causa del Polisario, como también su eco solidario en el mundo de la cultura. Así lo siente el ibérico Alberto Suárez Sutil, voz autorizada en las asignaturas de Política Internacional e Historia Militar.

Su comentario en atalayar.com, del 24 de abril de 2022, titulado “Sahara occidental: clarificaciones sobre el cambio de postura de España”, nos coloca en situación con respecto a la nueva postura asumida por Madrid y el referendo de autodeterminación. Suárez dice: “Rabat usa la presión migratoria hacia España, que en la mayoría de los casos ha de pasar por Marruecos, por su evidente cercanía con España, como eficaz arma de chantaje para influir en la relación bilateral. Y sí, esto da la impresión de que somos títeres de Marruecos, cuestionando nuestra ya mermada capacidad de defender nuestros intereses en política exterior”.

Por momentos parece que criticará la postura del Palacio de la Moncloa, pero al final la justifica con realidades incontestables, porque “Marruecos es un socio clave en la lucha antiterrorista y aquí sí hay cooperación fluida. Como también es un socio comercial clave”. Es esta su opinión y no entraremos a juzgar las motivaciones puntuales del gobierno español.

La postura cubana sigue siendo a favor de la independencia de la RASD; sin embargo, para Madrid (antigua entidad colonizadora del Sahara Occidental) parece más factible que el pueblo saharaui acepte la propuesta de autonomía marroquí por ser una “base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo”, considera Pedro Sánchez en su carta enviada a Mohamed VI, y ampliamente comentada en la prensa mundial. El jefe de gabinete español redondea su idea con esta otra: “Debemos construir una nueva relación que evite futuras crisis”.

Semejante giro de 360 grados ha indignado a las máximas autoridades saharauis, el Frente Polisario y, como era de esperar, a Argelia, a tal punto que una vez rubricados nuevos convenios de hidrocarburos con España, le ha pedido garantías de seguridad de que no irán a parar al reino alauita. Además, llamó a consultas a su embajador en Madrid, dando a entender la posibilidad de aumentar el precio del gas que suministra al país europeo. Todo ello, en el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania. Sin duda, cuestión africana de la mayor complejidad.

Paciencia marroquí y el entorno africano

Es de suponer que una vez Marruecos ingresara en la Unión Africana (UA), en julio del 2016, este país, de importante peso en la región, haya ido aumentando su impacto diplomático al sobredimensionar su plan de autonomía, el cual transfiere una serie de competencias propias a la ahora RASD, aunque constitucionalmente las tierras saharauis estarían bajo el casi total control marroquí…y de su Ejército.

Los vaivenes de la política internacional casi siempre son impredecibles, a pesar de que se pueden avizorar perspectivas, escenarios. Por eso esta comentarista confía en el tino de las naciones africanas, tan sufridas por anteriores colonialismos, empeñados subrepticiamente en seguir con el expolio de siglos. Entonces, igual que respalda a la causa palestina, la UA sabrá entender cuál es el camino correcto en un conflicto donde intervienen tantas naciones, pero en definitiva es sobre los saharauis que pende “La espada de Damocles” y el despojo de sus recursos naturales.