Rigoberto Rizo, el Saltarín de Madruga

Rizo es reconocido como un poeta humorístico aunque también improvisó versos bucólicos.
Rizo es reconocido como un poeta humorístico aunque también improvisó versos bucólicos. / blogspot.com

Las 15 velas recién comienzan a iluminar el bohío. María cumple años y todos los repentistas están invitados para la serenata de las 12 en Santa Rita: Chanito Isidrón, Adolfo Alfonso, Justo Vega, El Indio Naborí, Rafael Rubiera. Y llega otro poeta.

–¡Ahí viene Rizo! –grita uno de los guajiros.

Lo reciben sus amigos con una taza de café carretero. La noche será larga; él lo sabe; sin embargo, no deja a un lado la sonrisa ni el temperamento inquieto.

Primeros cuatro versos

Aquel juglar de pueblos y ciudades nació el 6 de octubre de 1917, en la Finca La Reglita, del municipio de Madruga, en la actual provincia de Mayabeque. Su nombre completo, Bruno Rigoberto Rizo Maldonado.

“El poeta verdadero no necesita ir a ninguna escuela para serlo, en él está, porque nació en él, la poesía”, explica la doctora María Teresa Linares en el libro La poesía popular.

La hija mayor de Rizo, Graciela, comenta que así le sucedió a su padre, pues aprendió el punto mientras oía a los guajiros arrear las reses y logró llegar al quinto grado; no obstante, ya a los 12 años improvisaba.

“A partir de la tercera década del siglo XX, las emisoras radiofónicas nacionales comenzaron a difundir el repentismo y mi papá empezó a participar en los programas radiales. En el año 1939 alcanzó el primer lugar en Buscando el príncipe del punto cubano. En ese certamen ganaba quien más aplausos obtuviera del público y el triunfador se mantenía un mes en el trono”, asegura Graciela.

Pero los radioescuchas no conocían a aquel joven poeta como “Príncipe” sino como “El Saltarín de Madruga”, pues con sobrado ingenio convertía las estrofas más herméticas en humor picaresco: “Si ves un muchacho prieto/ con aspecto de enfermizo/ con algún diente postizo/ y muy risueño al cantar/ no tienes que preguntar/ ese es Rigoberto Rizo”, cantaba sobre sí mismo.

Redondilla final

A partir de 1959 ocurre en el punto cubano, en cuanto a los públicos, un cambio sustancial, pues la Revolución propició que el pueblo elevara su nivel cultural. Ante una audiencia más exigente, los cantores tuvieron que elevar las figuras de la décima.

El repentista matancero Ernesto Ramírez Arancibia asegura que, en esta nueva etapa, Rizo se convirtió en un artista dual, que, además de trabajar el humorismo, comenzó a destacarse en las décimas bucólicas: “Cuando la noche se amasa/ sobre mi vieja cobija/ estudio cada rendija/ de las tablas de mi casa”, filosofó Rigoberto.

Desde 1952, los mejores repentistas cubanos del siglo XX se pre-sentaron en diferentes escenarios televisivos, como el de Tierra Cubana y Palmas y Cañas.
Desde 1952, los mejores repentistas cubanos del siglo XX se pre-sentaron en diferentes escenarios televisivos, como el de Tierra Cubana y Palmas y Cañas. / Granma.cu

El decimista recibió varios lauros, como La Viajera Peninsular y el Premio Nacional de Cultura Comunitaria; no obstante, su mayor galardón resultó que en su familia la improvisación se mantuviera, ahora, en el talento de su bisnieta Yunet López: “Mi bisnieta poetisa/ creo que como ella/ ni Tomasita improvisa/ y lleva desde la cuna/ la grandeza de los Andes/ habrá repentistas grandes/ pero como ella, ninguna”.

 

 

 

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