Rusia-Ucrania: Sueños de barro

Moscú considera la guerra en Ucrania un asunto de supervivencia ante la violación de toda norma internacional sobre la seguridad de las naciones. / hispantv.com
Moscú considera la guerra en Ucrania un asunto de supervivencia ante la violación de toda norma internacional sobre la seguridad de las naciones. / hispantv.com

No parece que será maná del cielo lo que finalmente Washington y sus blandos congéneres de la OTAN van a cosechar de su provocadora marcha hacia el este, el golpe de Estado de corte fascista en Kiev en 2014, la conversión de Ucrania en filo cortante ante las fronteras rusas, y la inevitable respuesta militar del Kremlin.

Y lo más trascendente en ese sentido es que, con casi absoluta seguridad, como una nada “agradable” consecuencia, y como reflejo una vez más de la inutilidad creciente de la prepotencia y la hostilidad en las relaciones globales y la carencia de objetividad que ello presupone en sus adeptos, aquel viejo axioma hegemonista de que “dominar a Eurasia implica someter al mundo” resulta ya una meta inalcanzable para los poderes fácticos Made in USA.

De hecho, los episodios en torno a Ucrania marcan un claro reordenamiento global no exento de riesgos, pero con definiciones nada halagadoras para el pretendido “Mundo Libre”, y sin evidente marcha atrás, a menos que se llegue a una guerra nuclear en la cual, irremediablemente, no habrá vencidos ni vencedores.

Para tomar en cuenta

Obviemos primero la propaganda tergiversada, los bulos que por miles vienen tejiendo sobre el asunto de Ucrania los medios occidentales de prensa, y las reacciones ingenuas, desinformadas, y netamente emocionales que todo ello patrocina. Lo que está sucediendo en aquel violento y doloroso escenario no es precisamente una “epopeya” ni un “vandálico acto sin sentido ni explicación”.

Si vamos a alegar, a partir de la rigidez ética en materia jurídica, determinados elementos opuestos a la acción armada rusa, no olvidemos tampoco, también en nombre de la ley, que por decenios el “atacante” intentó convencer a los violadores de los principios de la seguridad internacional sobre la urgencia de dialogar, antes de poner en marcha su maquinaria bélica apegado al no menos público derecho de ejercer la defensa propia.

Supongo que si a alguien están por quemarle su hogar y los pirómanos hacen oídos sordos a reclamos y advertencias, nadie criticaría que el agredido hiciese todo lo necesario para no ver arder el techo que le abriga. Diferencia muy notoria en relación con aquellos que carbonizan y revuelven violenta y caprichosamente las casas de otros, incluso a miles de millas de distancia, sencillamente porque no les gusta cómo piensan o quieren vivir sus moradores… y USA y sus maleables socios, recordemos bien, tienen un largo expediente en ese sentido.

El mal mayor, es cierto, radica en que las muertes y la destrucción la ponen rusos y ucranianos, embaucados estos últimos por un Washington y una OTAN que los colmaron de promesas de “sólido y decidido apoyo”, para luego reducirlo al envío de mercenarios, terroristas y alijos de armas que, lógica e inevitablemente, han sido declarados blancos de las defensas rusas, dotadas además de armas tan eficaces, precisas y devastadoras como los misiles hipersónicos, sin precedentes hasta ahora en otros arsenales mundiales, como no sea el de China.

De la balanza

Al menos para el autor de estas líneas, está claro que en la Casa Blanca, y entre quienes la proyectan como poder absoluto y sacrosanto, las sonrisas deben primar por estos días. Con el embauque propinado a Ucrania y la campaña mediática de odio a todo lo ruso han logrado llevar a Moscú a un callejón donde no había otra salida que la firmeza y la decisión de jugarse el todo por el todo. Por demás, la siempre cabizbaja Europa Occidental ha llegado al límite de la postración ante los Estados Unidos al apostar hasta su seguridad militar, económica y energética para no ver cara de enojado en el rostro de su presuntuoso mayoral.

Tanque de guerra con tripulantes. Un nuevo ordenamiento mundial acaba de sentar sus reales: USA y sus flojos aliados euro occidentales de un lado, y una Eurasia firme y autosuficiente del otro.  / hispantv.com
Un nuevo ordenamiento mundial acaba de sentar sus reales: USA y sus flojos aliados euro occidentales de un lado, y una Eurasia firme y autosuficiente del otro. / hispantv.com

Por añadidura, para los hegemonistas es de sumo placer el aislamiento casi total que edifican en torno a un pretendido oponente que, junto con China, constituye su enemigo jurado, a partir de la agitada máxima de que, luego de la desaparición de la URSS, no puede permitirse el surgimiento de ninguna potencia competidora más allá de toda consideración, ya sea Moscú, Beijing o la mismísima y languidecida Unión Europea. Solo que en este acápite queda aún mucha tela por cortar, y no precisamente halagadora para Washington.

De hecho, no es precisamente toda la verdadera comunidad internacional la que ha asumido la voluminosa lista de penalidades hegemónicas contra Rusia, entre otras cosas fundamentales porque el compás global ha cambiado, y los que están en desacuerdo ya se atreven, a estas alturas de la historia, a velar más por sus propios intereses y los de toda la colectividad mundial que el seguir uncidos a las ordenanzas Made in USA.

En el seno de los propios “carnales” de la Unión, no pocos han preferido tomarse las cosas con calma o suscribir gestos de prudencia y hasta disidencia en aquello de bloqueo total a los energéticos rusos, o cierre de un comercio que les privará de alimentos o materias primas esenciales de igual procedencia, entre otras consideraciones. Al final, la Federación no solo tiene potencialidades y recursos para resistir un bloqueo gringo-euro occidental, sino que además puede reorientar buena parte de su economía y sus finanzas hacia el este, en especial China; el sur de Asia, el Oriente Medio, África y América Latina; el cumplimiento del pregonado cerco absoluto deviene inadmisible en no pocos casos.

También en cuanto a Rusia, vale añadir, resulta criticable haber confiado de más en un Washington y un resto de Occidente carentes de toda decencia, luego de la desaparición de la URSS y los dislates que royeron al país en los disparados y destructivos primeros años de caótico “tránsito” a una sociedad de “libre mercado”.

Y qué decir de los vanos intentos estadounidenses de halar a Beijing al carro anti Moscú. Valga el sencillo y apabullante razonamiento de una internauta china que escribió al respecto: “Resulta de locos o estúpidos pedirte que abandones a un amigo para que una vez eliminado los matones vengan por ti”.

Vale insistir, acaba de producirse en estos días la ruptura del sistema mundial en dos partes claramente contrapuestas, a cuenta del capricho totalitario de quien comanda ese eufemismo mediático que se cataloga a sí mismo como Mundo Libre. Ya no es un asunto de ideologías y credos filosóficos antagónicos, porque institucionalmente la Rusia de hoy no es para nada marxista, leninista ni comunista. El asunto es puro predominio global norteamericano… y allá los demás.

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3 comentarios

  1. Un punto de vista contrahegemónico , verdaderamente disidente del pensamiento único que se pretende imponer como postverdad. Enfoque interesante desde la mirada experta y culta de Néstor, para no perdérselo.

  2. Cómo contrarrestar la maquinaria mediática de Occidente? Es necesario ser críticos de nuestras propias realidades. El gobierno de los EE.UU. esparce el colonialismo cultural, económico, militar por todo el mundo. Ucrania es un país sometido a los EE.UU.

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