Llega septiembre y con él la crónica anunciada del regreso a clases. Más de un millón 690 mil estudiantes colmarán las calles este lunes en su viaje de vuelta a las aulas. Atrás queda la etapa estival para retomar el mundo del aprendizaje.

En medio de una aún compleja situación epidemiológica y pese a los contratiempos y adecuaciones que ha ocasionado la Covid-19, la educación en Cuba no se detiene.

Profesores, maestros y trabajadores de los más de 10 mil 700 centros educativos del país alistan condiciones para recibir esta segunda etapa del curso escolar 2021-2022, que se extenderá hasta el venidero 19 de noviembre.

Como es habitual, en la mayoría de las instalaciones se acomete un amplio proceso de reparación, mantenimiento y optimización de la infraestructura; si bien aún persiste una cifra notable de instituciones en mal estado constructivo.

Según informó la Ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, en el plan de la economía y el presupuesto del estado para 2023 se incluyó una cifra significativa de instituciones evaluadas de regular y mal.

Desde el gobierno se trabaja en unas 768 obras que deben quedar listas antes de que finalice el año, a ello ha de sumarse el rigor y la exigencia en el cuidado de las mismas una vez concluidas.

La disponibilidad de la base material de estudio para cada estudiante y otros medios de enseñanza tradicionales o tecnológicos es garantía al menos para una gran mayoría de los centros del país.

Además, se distribuyen los uniformes escolares para los estudiantes continuantes en la red de comercio de todo el país, sin embargo, el reto es elevar los bajos porcentajes de venta que aún se registran en provincias como Artemisa, Ciego de Ávila, Granma, La Habana y Santiago de Cuba.

Otro desafío de cara a esta etapa que se reanuda es continuar con la capacitación de los docentes para elevar aún más la calidad del sistema educativo, sobre todo en los primeros niveles de enseñanza, así como reforzar en los estudiantes el conocimiento de la historia, la aprehensión de valores desde la educación cívica y la formación vocacional.

Contrario al panorama de otras naciones como Estados Unidos, donde los centros escolares son a ratos escenario de violencia armada y tiroteos masivos, en Cuba la escuela es un lugar seguro para niños, adolescentes y jóvenes.

Pese a las limitaciones financieras impuestas por la propia nación del norte, el estado cubano garantiza una educación pública, gratuita y de calidad.

Dijo Fidel que “…educar es sembrar valores, es desarrollar una actitud ética ante la vida, es buscar también todo lo bueno que pueda estar en el alma de un ser humano”, y de ello está consciente la Mayor de las Antillas. Por eso siempre me emociona esa estampa que vuelve en septiembre a la ciudad, cuando millones de estudiantes emprenden con la aurora su viaje de regreso al aula.