A lo largo de dos décadas recorrió el país buscando historias inéditas.
A lo largo de dos décadas recorrió el país buscando historias inéditas.

Sin temor al riesgo

 

A lo largo de dos décadas recorrió el país buscando historias inéditas.
A lo largo de dos décadas recorrió el país buscando historias inéditas. / Leyva Benítez

Es de esos entrevistados que hacen las delicias de los reporteros: expresivo, carismático, capaz de contar una historia no solo con su voz, sino con sus ademanes, el cuerpo entero. Así lo relatado se vuelve vívido recorrido por el cabo de San Antonio, la Laguna de la Leche, el río Toa…

Llegó al semanario en los años 80, luego de trabajar en otros medios de comunicación: la revista deportiva LPV, el periódico Trabajadores, la agencia de noticias Prensa Latina. Por entonces, “BOHEMIA era el lugar sagrado, el ara del altar donde todo el mundo quería poner las manos”. Y él se entregó en cuerpo y alma; valga la frase trillada, pues no puede ser más exacta.

¿Cómo contar bien algo que jamás se ha conocido o visto?
¿Cómo contar bien algo que jamás se ha conocido o visto?. / Leyva Benítez

A partir de 1987 escribe sobre deportes, cultura, ciencia, profesiones curiosas y riesgosas, asuntos económicos, políticos, históricos e ideológicos, remembranzas personales, sitios recónditos de la geografía nacional y sus moradores (impresionante resulta el copioso archivo de sus textos guardado en nuestro Centro de Documentación). ¿Cómo pudo abarcar tanto?

“Nunca dije ‘no entiendo sobre eso, no sé de aquello’. Porque si yo no sé, aprendo, pero escribo lo que me pidieron. Muchos de los libros que están ahí –señala un librero bien amplio– me sirvieron de preparación. Leyendo a los mejores y ejercitándome pude ir ganando en capacidad de expresión, tener el concepto del orden de la sintaxis.

“Revisaba el periódico todos los días para saber dónde estaba ocurriendo algo que valía la pena y que me permitiera hacer un gran reportaje. Tomaba los datos, hablaba con la directora Magali García Moré o, luego, ya en los años 90, Caridad Miranda. En BOHEMIA me pasaba la vida fuera.

“Magali es una mujer en toda la extensión de la palabra. Tiene una sonrisa acogedora –hace una pausa antes de cada oración, acentuando el efecto de sus palabras. Y un genio que se las trae, cuando le asiste la razón. Magali respeta a los subordinados. Su preocupación, su norma, era hacer una publicación que la gente leyera.

“Caridad Miranda también es una gran persona, fina, culta, inteligente, con la que tuve una relación amistosa. En BOHEMIA trataba a todos con cuidado. Era muy difícil oírle un grito. Trató de seguir incrementando el valor de la revista”.

“Desde muchacho quise escribir”, comenta quien ha publicado más de 20 volúmenes, desde libros sobre periodismo hasta poemarios.
“Desde muchacho quise escribir”, comenta quien ha publicado más de 20 volúmenes, desde libros sobre periodismo hasta poemarios. / Leyva Benítez

Con disímiles géneros periodísticos experimentó Luis Sexto, en especial, la entrevista, la crónica y, bueno, ya lo leyeron, el reportaje. “A mí lo que me gustaba era andar por Cuba. Conociéndola y revelándola; buscando lo que ningún periodista había reflejado en sus textos o en sus fotos.

“Cuando entrevistaba a alguien, además, le preguntaba: ‘¿Usted conoce a otra persona que…?’ Y podía responderme: ‘Sí, en la loma tal hay un arriero que monta el mulo guía al revés’.  Entonces yo iba. Nuestro periodismo era vivencial. Lo que hacían los personajes lo hacíamos nosotros también. Había que arriesgarse para contar algo de verdad interesante”.

Dentro de lo atrayente estuvieron las mujeres que ejercían labores desempeñadas habitualmente solo por los hombres, entre ellas, la torrera de Guanahacabibes. Aquella vez, tentado por un territorio, “del que se pueden escribir cosas propias de BOHEMIA, un mundo que el resto de Cuba no conoce”, una vez más se puso en camino sin importarle cuánto tardaría en volver, si tres, cinco, seis, siete días… Necesitaba llenarse “los ojos de experiencias porque tenía el sueño de ser escritor” y únicamente es posible escribir bien “de lo que sabes o has visto”.

Recordando momentos pasados entre colegas y la-bores reporteriles.
Recordando momentos pasados entre colegas y la-bores reporteriles. / Leyva Benítez

A la sazón, el semanario se preciaba de publicar imágenes muy atractivas y contaba con un excelente equipo de fotógrafos. Varios de ellos, incluido Tomás Barceló, acompañaron a Sexto durante las andanzas que entusiasmaron a los lectores hará unas tres décadas y aún mantienen la facultad de atrapar a quienes se acercan a esas páginas.

“Tomasito tenía cierto gusto artístico, además; un viaje con él no era aburrido, podías hablar de cualquier cosa porque leía mucho”. Y gozaba de una cualidad sumamente apreciada: lograba captar al momento las intenciones de su colega, qué precisaba este para que texto y foto, a la par, pudieran alzar vuelo.

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Este es un fragmento de una entrevista más amplia que BOHEMIA publicará íntegra próximamente.

 

 

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