Foto. / Leyva Benítez
Foto. / Leyva Benítez

“Soy un aliado de las audiencias”

Locutor peculiar, con un estilo único, atractivo, expresaba ideas y pensamientos sobre los géneros musicales. Ante el micrófono, “una compañía insustituible”, según confesó, propiciaba ver, comprender esencias de procesos culturales.

“Sin la radio no sería el mismo. Mis padres querían que fuera abogado, pero abandoné la carrera de Derecho para dedicarme a un medio de comunicación mágico, fabuloso. Siempre está cerca del oyente, lo acompaña en diferentes circunstancias. Incluso ayuda a sanar angustias, tristezas. De ningún modo exagero, para mí la cercanía de las personas ha sido un gran incentivo”.

Hablaba despacio, quizás sintiendo en la fuerza de las palabras la evocación de vivencias inolvidables. Le gustó revelar su “método” para sumar a las mayorías, sin límites de edades.

“Converso con la naturalidad que la profesión exige. Entrar en la vida de otro ser humano tiene sus riesgos, uno desconoce su ánimo o disposición, por eso hablo de tú a tú aportando conocimientos de manera creíble, esto es fundamental”.

Múltiples emociones lo embargaban al reconocer su permanencia en la emisora de la familia cubana: “Definitivamente Radio Progreso ha sido mi casa por mucho tiempo”.  

En los programas Alegrías de sobremesa, Discoteca del ayer y Un Domingo con Rosillo desplegó una gran capacidad de análisis, dio a conocer el resultado de investigaciones, las cuales requirieron indagaciones profundas, sistemáticas, de puro gozo.

“Nunca di una fecha sin haber investigado lo suficiente. Mis invitados me ayudaban en ese empeño. Imposible mencionar las personalidades que pasaron por esta cabina. En cierta oportunidad el maestro Adalberto Álvarez comentó: ‘También nos ayudas a mantener fresca la memoria. A veces uno olvida algún detalle y tú lo traes a la luz de manera afable, modesta, sin prestarle apenas atención a la valía de tus aportes. Más que un mediador eres un protagonista de hechos y acontecimientos memorables. Además, hay que ganarse el derecho de estar en tus espacios’.

“La autenticidad de las expresiones sonoras y rítmicas de Cuba es un asunto muy serio. Lo trato en su justa dimensión. Mantengo la disciplina, la constancia sin ellas uno no puede mantenerme en pie de lucha. No son pocos los compositores e intérpretes que me llaman maestro, les doy agradezco ese reconocimiento, pero de ningún modo me lo creo. Mantengo la humildad por encima de todos los orgullos”.

Nunca dudó al reconocer la vitalidad, el prometedor futuro, de la radio. “Consagrados y jóvenes se encargan de buscar nuevos caminos. En lo personal, soy un aliado de las audiencias en el difícil tránsito de renovarme todos los días. El cariño, la admiración, el respeto de tantas personas ayuda a seguir adelante”.

Su testimonio es un legado imperecedero, deviene nexo imprescindible con uno de los grandes de la radio cubana.

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