Tormenta invernal, ¿por qué?
Foto. / laopinion.com
Tormenta invernal, ¿por qué?
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Tormenta invernal, ¿por qué?

Las altas temperaturas registradas en los últimos días en Estados Unidos son un efecto secundario del calentamiento global previsto por los expertos.


No es posible informar sobre eventos meteorológicos extremos sin mencionar al cambio climático. No es honesto obviar la segunda parte del relato. El último ejemplo es Estados Unidos, donde la más reciente tormenta invernal tiene el sello de la crisis planetaria. En los últimos días de diciembre, las temperaturas de hasta 48 grados bajo cero provocaron la paralización del país. Los resultados: decenas de víctimas mortales en nueve estados, cortes de electricidad y casi 20 mil vuelos retrasados.

El calentamiento global hizo que la evaporación de las aguas de mares y océanos generaran nevadas más intensas. Pero esto no debería ser una sorpresa. La nación norteña ha visto muchos desastres naturales en las últimas décadas. De hecho, los registros meteorológicos muestran que los contratiempos más intensos se han producido desde 1990.

Tales hallazgos son obra de una investigación de la Universidad de Columbia que analiza los impactos de la doble relación entre la emisión de gases de efecto invernadero y los eventos invernales. Según la principal conclusión del estudio publicado en la revista Scientific Reports, actualmente vivimos una disminución general de las nevadas en la mayoría de las regiones (del hemisferio norte), con excepción de aquellas áreas con un clima potencialmente frío.

El equipo de expertos, liderado por el científico Anders Leverman, apunta que en el noreste de Estados Unidos y Canadá los “ciclones” invernales extremos impactarán cada vez más durante las próximas décadas, “al menos hasta mediados de siglo”.

Tormenta invernal, ¿por qué?
El planeta está evaporando constante agua a la atmósfera y como consecuencia suceden los ciclones invernales. / pagina12.com.ar

En una línea muy similar el Tercer Informe Nacional de Evaluación del Cambio Climático, publicado en 2014 por el Programa de Investigación de los Estados Unidos, indicaba que, “aunque puede parecer contradictorio”, el aumento de las grandes tormentas en el país “es un efecto esperado”, pues el planeta está evaporando en demasía. Esa humedad adicional significa más precipitaciones.

Para comprender el fenómeno, la ONG The Climate Reality Project propone fijarse en el caso de la región de los Grandes Lagos. El aire frío de principios de invierno que fluye sobre el agua aun relativamente cálida y descongelada siempre ha sido el principal impulsor de los desastres. Algunos llaman a ese suceso la “máquina de nieve con efecto lago”.

Esto ha pasado con un planeta 1,2 grados Celsius más caliente. A medida que la atmósfera aumenta de temperatura, aumentan las nevadas. Si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen subiendo, el termómetro también lo hará, por lo que los episodios catastróficos serán más frecuentes e intensos. Pero ese no es el único evento meteorológico extremo que está influenciado por el cambio climático. Todas las olas de calor en la actualidad (como la reciente en Chile y Argentina) son más fuertes y/o comunes como consecuencia del calentamiento global. Los huracanes también se ven afectados por el mismo motivo. Y los incendios forestales. Y las sequías. Para hacer frente a dicha situación, no solo es fundamental mitigar el calentamiento global. También lo es adaptarse y corregir otros problemas que contribuyen a empeorar el planeta.

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Un comentario

  1. Me temo que ninguna potencia mundial (EEUU, Rusia, China e India principalmente) cederá su crecimiento económico y militar ante el calentamiento global in crescendo a pesar de las cumbres al efecto. El instinto de poder hegemónico es superior a la amenaza cierta de una catástrofe climática, aunque ésta ponga en peligro objetivo la existencia misma de la humanidad.

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