Un cubano de Nueva Orleans
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Fernando Pérez-Viart dialoga en exclusiva con BOHEMIA sobre sus intereses inversionistas y la necesidad de flexibilizar aún más los mecanismos en Cuba.


Fernando Pérez-Viart integró el grupo de cubanos, con residencia en los Estados Unidos, que compró boletos, alistó maletas, se despidió de sus hijos en el aeropuerto… y viajó a Cuba para participar en el panel sobre oportunidades de negocios y comercio exterior, que se desarrolló en el marco de la Feria Internacional de La Habana (Fihav).

En el recinto ferial Expocuba, varios invitados -nacidos en este terruño que residen allende los mares pero con aspiraciones de invertir aquí- alzaron sus voces en el encuentro realizado como parte del V Foro de Negocios. Entre ellos, la intervención de Fernando despertó el interés de los asistentes. El médico de profesión, devenido empresario por azares de la vida, comparte, en exclusiva con BOHEMIA, sus criterios sobre la ventana abierta a los potenciales inversores cubanos residentes en los Estados Unidos.

“Es la primera vez que nos convocan en el marco de la Fihav. Con el debate sostenido en este panel visualizamos un camino más claro. El negocio que le estamos proponiendo a Cuba es el de transportación marítima desde territorio norteamericano, lo cual abarataría los costos por concepto de fletes. Así bajarían también los precios de los productos que se ofertan a los cubanos dentro del país. Es una vía nueva que hasta ahora no existe”, explica el director comercial de la compañía naviera exportadora CATS.

— ¿El bloqueo financiero, económico y comercial por parte del gobierno de Estados Unidos no sería un impedimento para realizar ese negocio?

—A las compañías que operan dentro del país y vendan productos cubanos les aplican multas bastante altas. Pero este servicio marítimo que estamos ofreciendo está permitido dentro de las leyes de los Estados Unidos. El presidente actual, que no nos ha favorecido casi nada, a pesar de las promesas hechas durante la campaña electoral, manifestó cómo en el concepto de “pueblo a pueblo” sí se podía comerciar directamente con la paquetería, una de las partes del negocio. La otra es ayudar al nuevo empresariado privado, es decir, Mipymes, a importar productos o contenedores de mercancías comprados en los Estados Unidos.

“Ahora, para realizar este negocio sugerimos a las autoridades cubanas flexibilizar algunas cuestiones que nos parecen importantes. El monto para iniciar los negocios que establece Cuba es de 50 000 dólares. Una cifra muy grande. Mi primer negocio en Luisiana fue una compañía de seguro y lo inicié solamente con un capital de 7 000 dólares. 

“Buena parte de la comunidad cubana en los Estados Unidos, y no voy a referirme a los cubanos residentes en otros países, quiere tener vínculos directos con su familia. Sin embargo, no dispone de una suma tan alta, pero sí de 5 000, 6 000 u 8 000 dólares. Quiere invertir en la familia para crear una especie de pequeños negocios que les mejore las condiciones de vida a los suyos.

Un cubano de Nueva Orleans
Fernando Pérez-Viart nació en una de las barriadas del Cerro, y aboga por establecer negocios de pequeña escala en Cuba.

“Apostamos por la inversión a pequeña escala y atar negocios desde los Estados Unidos, ello ayudará no solo a romper el bloqueo sino a conferir ciertas garantías a los inversores norteamericanos”.

— ¿Qué opina de los aranceles?

—Son en extremo altos, si tenemos en cuenta las necesidades actuales de Cuba. Desde mi punto de vista, al país le sería más fácil permitir la entrada de productos, y recuperar después una parte de ese dinero a través de los impuestos en la comercialización. En toda Latinoamérica existen las candongas, a donde va la población y encuentra las cosas a precios más asequibles.

“Cuba atraviesa una crisis de oferta, cuando aparecen los productos tienen precios astronómicos, la gente no los puede pagar; y si los compra es porque se trata de cosas muy necesarias como alimentos o medicinas; en ocasiones se cae en el delito, al adquirirlos en el mercado ilegal. En comparación con el mundo, los aranceles en Cuba son muy elevados. Por ejemplo, en Los Estados Unidos son de 3.5 por ciento. Aquí alcanzan el 30, según nos respondió el puerto del Mariel”. 

—Fue el general de ejército, Raúl Castro, quien por primera vez se refirió públicamente al “bloqueo interno”. Usted en su intervención hizo referencia a eso. ¿Por qué?

—Mire, nosotros en los Estados Unidos le ponemos el “pecho a las balas”, como decimos en buen cubano, para defender a Cuba. Deben estar al tanto de las agresiones a Carlos Lazo, cuando preparaba las caravanas para la Isla en Miami o en Washington; o las que he sufrido en carne propia al hacerlo en Louisiana.

“Sin embargo, llevamos ya siete años tratando de hacer negocios de manera legal aquí, y siempre aparecen trabas, mecanismos burocráticos internos para que la comunidad cubana pueda, no solo enviar remesas, sino también invertir. Por eso hablé de desbloquear el bloqueo interno.

“Con las medidas adoptadas por el gobierno cubano para diversificar los actores económicos apreciamos un paso de avance. Igualmente, valoramos de positivas las últimas decisiones de abrir el comercio mayorista y minorista a la inversión extranjera. No obstante, siguen en el aire las posibilidades de las Mipymes privadas de acceder al comercio exterior sin transitar por procesos engorrosos y todavía no poseen licencia comercial”.  Fernando invita a la reflexión y a encontrar con urgencia los mecanismos adecuados antes de que desistan quienes abogan por estrechar relaciones con su país de origen.


CRÉDITO

Foto: Gilberto Rabassa

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Un comentario

  1. Que bueno sería poder llevar a cabo estás ideas, confío en mí gobierno sea receptivo y haga los ajustes necesarios para poder lograr a vías de hecho todas estas ideas, sobre todo porque los cubanos que viven allende los mares tienen el deseo y las intenciones enfrentándose a todas las presiones a los que son sometido. Palante cuba que si se puede.

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