“Quien paga manda”. Quizás así pensó el tirano. Solo que no consideró cuál sería la respuesta, cuando osó utilizar al Ballet de Cuba con fines propagandísticos. NO, le contestó Alicia Alonso, máxima figura de la importante compañía danzaria. Era el año 1956.
Entonces, Fulgencio Batista ordenó suprimir al Ballet la exigua subvención que le daba el Estado cubano desde 1950. La acción, realizada de forma solapada, tuvo una repercusión tal que, hasta hoy se recuerda: el 15 de septiembre de ese 1956, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), convocó a un multitudinario acto de desagravio a Alicia Alonso y al Ballet de Cuba.
A la cita, con sede en el estadio universitario, concurrieron estudiantes, representantes de instituciones cívicas, personalidades de la cultura y pueblo en general: El Historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera, publicó en Granma, a propósito del aniversario 65 del acontecimiento:
“En aquel acto, donde se fundieron artistas y pueblo, ballet y universidad, emergería de la clandestinidad el líder Fructuoso Rodríguez, pocos meses antes de caer asesinado en Humboldt 7, para patentizar el respaldo estudiantil a Alicia y al Ballet de Cuba y exhortar al pueblo a combatir con todas las fuerzas los desmanes del batistato. Al concluir su interpretación de La muerte del cisne, Alicia recibió a nombre del estudiantado un ramo de rosas rojas que ella vio como símbolo de un futuro luminoso”.
Este jueves, como es tradición, volvieron a unirse la FEU y el Ballet Nacional de Cuba. Lo hicieron para recordar la fecha y rendir homenaje a la Prima Ballerina Assoluta, en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Es esta una conmemoración que enaltece a las buenas acciones y, aunque pasen los años, será un homenaje siempre joven, como la organización que agrupa a los estudiantes universitarios.
