Mandatarios de siete países de América Latina y el Caribe protagonizaron una icónica cita para buscar puntos de partida comunes en el enfrentamiento de la inflación en la región y hallar alternativas que alivien la situación

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La necesidad de integración para América Latina y el Caribe ha sido una constante a lo largo de la historia regional. Todo plan integrador debe responder a un proceso realista, consciente y con temas puntuales que permitan alcanzar esa unidad política, económica y social en una zona con destino y características propias, donde existen más elementos que nos unen que los que nos separan.

La visión de una Patria Grande del Libertador Bolívar y de José Martí, sustentada y materializada siglos después por Fidel Castro y Hugo Chávez, vuelve a abrir otro capítulo, esta vez con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como protagonista. Su voto por la unidad ha quedado patente desde el primer día de su gobierno, así como su convicción de que es posible que nuestros países trabajen de consuno para construir alternativas en favor de la prosperidad social de nuestras naciones.

El pasado 1 de marzo, López Obrador convocó a sus pares de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba y Honduras a encontrar en conjunto alternativas que permitan frenar y disminuir la inflación que afecta las economías del subcontinente, en algunos casos en niveles no vistos desde hace dos décadas.

La imprescindible Alianza de Países de América Latina y el Caribe contra la Inflación evaluó problemáticas económicas y propuso acciones efectivas, y complementarias, ante un fenómeno que impacta en toda la región. La pandemia de la covid-19 y la crisis económica resultante, sumado el posterior conflicto entre Rusia y Ucrania, impactaron en el abastecimiento y precios de los granos y el petróleo a escala global. Estos factores, más las condiciones climáticas que perjudican las cosechas y las actividades agropecuarias, inciden en la disponibilidad de alimentos y productos de la canasta básica, limitando la oferta y rompiendo las cadenas y los tiempos de distribución global.

Si bien las autoridades económicas y financieras de la región instrumentan medidas para contrarrestar el fenómeno inflacionario, los resultados aún no son los esperados. El abastecimiento de alimentos sigue configurándose como una urgencia para la población latinoamericana y caribeña. Al cierre de 2022, las principales economías del área registraron tasas de inflación superiores a las estimadas. En muchos de los casos han sido las más altas en dos décadas: Argentina, 94.8 por ciento; Brasil, 5.7; Chile,12.8; Colombia,13.1; Cuba 39; Honduras, 7.8; y México, 7.82.

Aspectos puntuales para lograr el acceso a cuestiones básicas

Reunidos de manera virtual, las máximas autoridades de las siete naciones acordaron adoptar nuevas medidas, sustentadas en la cooperación y la solidaridad, que permitan incrementar el intercambio de aquellos productos de la canasta básica y bienes de primera necesidad entre nuestros países. En su declaración final, acordaron definir facilidades comerciales; medidas logísticas, financieras y de otra índole, teniendo en cuenta la realidad de cada país, para abaratar los costos de productos vitales y bienes intermedios destinados a la población más vulnerable.

Asimismo, decidieron crear un Grupo de Trabajo Técnico, integrado por representantes de Gobierno de cada nación y determinar normas de cooperación regional, con el propósito de facilitar el acceso a esos productos de primera necesidad, además de fertilizantes químicos y orgánicos para sus respectivas agriculturas.

El equipo tendrá la facultad de establecer un plan de acción a implementar en un plazo razonable, el cual plasme disposiciones de facilitación de comercio conque enfrentar los altos precios de productos de consumo básico e insumos, y de esa forma contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional en la región.

Además, acordaron impulsar proyectos destinados a proveer el acceso a créditos internacionales y aumentar el financiamiento multilateral de proyectos agrícolas, agroindustriales y de infraestructura para el transporte de mercancías. Igualmente coordinarán esfuerzos con productores, compradores, transportistas y operadores logísticos del sector privado y otros actores económicos con el propósito de verificar el cumplimiento de los acuerdos de esta Cumbre y sus resultados.

La declaración presidencial también prevé invitar al resto de los países de la región a sumarse a la iniciativa, con la finalidad de contribuir al bienestar integral de América Latina y el Caribe.

Unión Monetaria Latinoamericana y otras propuestas

Como parte del llamado a unir esfuerzos, mediante el intercambio de políticas públicas y tecnológicas, el representante de Colombia, Germán Umaña Mendoza, ratificó la posición del presidente Gustavo Petro sobre la creación de una bolsa común para los sectores menos favorecidos.

La iniciativa también la puso sobre la mesa el argentino Alberto Fernández y constituye una solución inmediata y clara con la cual paliar la situación.

Bogotá igualmente compartió la posición expresada antes por Argentina, Brasil y México sobre la necesidad de volver a crear sistemas de compensación y de pagos –la llamada Unión Monetaria Latinoamericana– con vistas a lograr ese intercambio comercial.

Bolivia llevó a la cita la propuesta de crear mecanismos regionales conjuntos para enfrentar la inflación y la crisis climática, e intercambiar conocimientos y tecnologías. El presidente Luis Arce recordó que los ciclos agrícolas cambian permanentemente por sequías, heladas, lluvias, los cuales afectan de manera sustancial a la producción.

No vivimos un “cambio climático”, sino atravesamos una “crisis climática” producida por países desarrollados que propiciaron un capitalismo salvaje generador de descalabros en el equilibrio medioambiental, valoró Arce. “Nuestros pueblos indígenas y campesinos saben trabajar bien la tierra, hay que dotarles de herramientas, tecnologías e impulsarlos porque el éxito de su trabajo afianza la seguridad alimentaria con soberanía”, sentenció.

Cuba y su vocación solidaria, a pesar de los momentos críticos que vive, volvió a alzar su voz en el encuentro. El mandatario Miguel Díaz-Canel se pronunció a favor de facilitar y ampliar el intercambio de bienes, eliminar aranceles y otras barreras no arancelarias, y acudir al comercio barter, una modalidad de compensación basada en el intercambio de bienes y servicios entre el importador y el exportador sin que exista movimiento de fondos. Asimismo, instó a promover el intercambio de servicios esenciales y la cooperación para incrementar la producción de alimentos.

Otras propuestas estuvieron dirigidas a aprovechar las capacidades productivas e industriales instaladas con las cuales contribuir a la complementariedad entre países, así como a promover la transferencia de tecnología para la producción de alimentos. Díaz Canel sugirió atender la conectividad de la transportación marítima y aérea, y expandir las propuestas que emanen de la Cumbre a otros países de la región.

Asimismo ofreció la amplia experiencia de la nación caribeña en el sector de la Salud. En ese sentido, puso a disposición de la región un grupo de mil galenos.

El ya histórico encuentro será el primer paso en un objetivo mayor que comenzará a concretarse con una reunión entre líderes de sectores empresariales, incluidas organizaciones de la agricultura familiar y campesina, y autoridades de alto nivel de los países que participan en esta Cumbre, los días 6 y 7 de mayo en Cancún, México.

Vivimos una iniciativa sin precedentes en la historia contemporánea de nuestra región que va más allá de los esquemas tradicionales de liberalización comercial y cooperación económica. Bajo acciones concertadas y solidarias que permitan distribuir los productos y bienes de economías con amplia capacidad productiva a otras naciones hermanas en condiciones menos favorables.

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CRÉDITO PORTADA

La cita reunió a los mandatarios de manera virtual. / prensa-latina.cu