Ilustración. romerocuba.org
Ilustración. romerocuba.org

Un puerto seguro para mujeres en situaciones de violencia

La doctora Ivon Ernand Thames dialoga sobre la consejería para mujeres en situación de violencia, gestada desde el Centro Oscar Arnulfo Romero


Creada en 2016, la Consejería del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR) para mujeres en situaciones de violencia ha recibido, orientado y acompañado a más de 500 mujeres. La premisa de este servicio, que incluye un equipo multidisciplinario vinculado con otras instituciones y organizaciones para proporcionar una atención integral, es respetar los tiempos y necesidades de cada una de las que acuden en búsqueda de ayuda.

La doctora Ivon Ernand Thames, especialista en Psiquiatría y coordinadora de esta iniciativa de OAR, dialogó con BOHEMIA acerca de las características de la consultoría y el trabajo realizado durante estos seis años.

La doctora Ivon Ernand Tames (al centro) se ha especializado en temas de género, tanto desde el área de la atención como a través de la investigación social. / cenesex.org

–¿Cómo surge la idea de abrir una consultoría para mujeres en situación de violencia?

–En nuestro centro, el espacio de la Consejería para mujeres en situaciones de violencia, que funciona desde 2016, surge como una necesidad de las propias mujeres, producto de un trabajo sistemático de años, desde la información, la sensibilización, las capacitaciones y el trabajo comunitario. Todos estos elementos facilitaron una mayor percepción del problema y el conocimiento de la posibilidad de ser acompañadas y orientadas en ese espacio de atención.

–Al inicio solo atendían en La Habana, pero se han extendido a otras provincias, ¿cómo ha sido este proceso? ¿Hay proyectos de continuar ampliándose?

–En Cuba han existido proyectos, servicios e iniciativas puntuales que han propuesto alternativas de atención a las mujeres que sufren violencia basada en género (VBG) en varias provincias, desde hace años. En estas modalidades de atención, con diferentes características, se realiza acompañamiento psicológico y en algunas de ellas jurídico, a las mujeres que demandan atención; todas han resultado ser una posibilidad para la escucha y el cuidado de esas mujeres.

“En OAR se elaboró una Guía para la atención en Consejería a mujeres en situaciones de violencia en 2015, a partir de la cual se han realizado capacitaciones en las tres regiones del país, con el objetivo de multiplicar esos espacios de atención. Con la implementación de la nueva Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y en el escenario familiar, deben sistematizarse y perfeccionarse las consejerías y otras estrategias de atención integral”.

–¿En qué consiste la consultoría?

–La consejería es un espacio de ayuda individual, cara a cara en su modalidad presencial, que brinda la posibilidad de proporcionar apoyo psicológico, ayuda a identificar las capacidades y fortalezas propias de la persona y la manera de utilizarlas. Se facilitan técnicas y herramientas que aportan nuevos métodos y habilidades sociales con el objetivo de enfrentar de manera más efectiva la situación de violencia en que se encuentra involucrada la mujer.

“El acompañamiento que se brinda es integral, incluyendo la asesoría jurídica (información y orientación sobre sus derechos, leyes que la protegen y las acciones legales a las que tiene acceso). Igualmente, se ofrece atención a la familia mediante dinámicas familiares y trato especializado a los menores involucrados, víctimas secundarias de las situaciones de violencia.

“Una vez cumplidos los objetivos de la Consejería, deben definirse con la mujer sus necesidades y proyectos futuros. Generalmente requieren de otras opciones de atención que promuevan nuevos aprendizajes, mejoría de síntomas, modificación de estilos de afrontamiento, manejo de los duelos y creación de habilidades sociales para emprender modos de vida diferentes.

“Es importante señalar que las consejerías requieren de un espacio físico que permita privacidad y confidencialidad. Debe respetarse el derecho a la seguridad, a la dignidad y autodeterminación y a la no discriminación por ningún concepto, de cada mujer que se atiende”.

–¿Quiénes integran el equipo designado en la consultoría? ¿En qué especialidades están formadas?

–La consejería en nuestro centro cuenta con una psicóloga, una jurista y una psiquiatra; trabajamos en equipo, de manera integrada, lo que permite prestar el servicio de forma sensible, consensuado y centrado en cada mujer que recibimos, con el objetivo de que resulte eficiente y con la mayor calidad posible.

“Para lograr una atención integral, este espacio se vincula con servicios jurídicos, de salud y comunitarios, donde la interacción entre unos y otros y el trabajo conjunto, resulta fundamental”.

–¿Cuántas personas han atendido a lo largo de estos años? ¿Existe un perfil sociodemográfico o económico en las mujeres que acuden?

–Se han atendido alrededor de 500 mujeres, incluyendo por modalidad virtual en las etapas de aislamiento durante la pandemia de covid-19. En aquellos momentos, se realizaron ajustes al programa de consejería, habilitando la comunicación por WhatsApp, correo electrónico, el sitio web del centro y los teléfonos de las consejeras. Resultó una opción no presencial, pero con herramientas de ayuda y articulación con las instituciones necesarias para continuar protegiendo a las mujeres durante el complejo contexto de la pandemia.

“No se puede establecer un perfil sociodemográfico o económico en las mujeres que acuden al servicio de consejería. Cualquier mujer, por el solo hecho de serlo, es vulnerable a sufrir violencia.

“La violencia basada en género se produce por las diferencias establecidas por la cultura, entre los roles que deben desempeñar los hombres y las mujeres, que marca la relación desigual entre ambos, lo que genera las conductas violentas, fundamentalmente, de los hombres hacia las mujeres. Se recrudece, además, por los elementos de interseccionalidad que permiten entender que la VBG es un fenómeno multifactorial, donde diferentes categorías como la nacionalidad, la etnia, la sexualidad, la procedencia geográfica o la edad, por solo mencionar algunas, influyen en la discriminación de una persona”.

–¿Cuáles son las situaciones más frecuentes que encuentran en la consulta?

–La modalidad de violencia más frecuente en la consejería es la psicológica, que, aunque acompaña a todas las demás formas de violencia, suele aparecer como tal, vinculada a la cotidianidad de la relación, naturalizada y aceptada por la sociedad, lo cual la convierte en una forma difícil de identificar. La violencia física y la sexual se presentan con relativa frecuencia, así como la violación dentro del matrimonio, una variante poco percibida por las mujeres. En los últimos años, la ciberviolencia se ha convertido en una modalidad habitual, cuando a través de las nuevas tecnologías se controla, acosa y/o denigra a la mujer.

–¿Puede hablarse de resultados de la consultoría a nivel de las personas que han acompañado y también como iniciativa general?

–Las consejerías surgen en el mundo hace más de 60 años dentro de un marco educativo y social, con probados resultados en cuanto a sus objetivos. En el caso de las consejerías para mujeres víctimas, existen resultados positivos a partir de la atención integral que se ofrece; este proceso puede ser lento, por las múltiples causas que le impiden a la mujer abandonar la relación o denunciar a su pareja, por lo que siempre debemos respetar sus tiempos y decisiones, sin enjuiciarla y sin dejar de acompañarla.

“Aun así, la mayoría de las mujeres logran, en primer lugar, percibir la situación que viven, tomar decisiones, adquirir herramientas que les permiten salir del ciclo de la violencia y restaurar sus vidas”.

Taller de buenas prácticas realizado en la jornada por la no violencia contra las mujeres y las niñas 2022. / Cortesía de la entrevistada

–¿Desde su experiencia, cuáles son las principales vulnerabilidades socioeconómicas y legales que exponen a las mujeres en Cuba a violencias?

–En Cuba, existen medidas en el orden social, político, judicial, asistencial y comunitario que protegen a la mujer. No obstante, todavía se minimiza el problema, muchos sectores involucrados no están suficientemente sensibilizados ni capacitados. Resulta necesaria una mayor articulación institucional que permita garantizar una atención rápida, eficaz e integral, evitando revictimizar a la mujer.

“Debe trabajarse más en las causas y el origen de este tipo de violencia, como el elemento sociocultural que la sustenta, además de sistematizar y protocolizar su atención integral.

“En cuanto al aspecto legal, mayor agilidad en los procesos, perfeccionar las medidas de protección a la mujer y solucionar la falta de sensibilidad y capacitación que limitan el buen accionar en algunos casos.

“Se requiere no solo de un aparato jurídico avanzado, sino de que la interpretación y aplicación de las leyes esté en consonancia con la sensibilidad y eficacia que requiere este grave problema de salud, social y de derechos”.

–¿Qué acciones y medidas considera más urgentes para enfrentar esta problemática social?

–A partir de la elaboración de la “Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y en el escenario familiar”, organizada por la Federación de Mujeres Cubanas y aprobada en 2021, se propician las condiciones necesarias para protocolizar y sistematizar la atención a la VBG con calidad y eficiencia.

“Considero como acciones y medidas más urgentes: en primer lugar, organizar servicios de atención con profesionales sensibilizados, capacitados y comprometidos, que redunden en una atención de calidad, que abarque los aspectos promocionales, preventivos, de cuidados y de restitución de la salud general de las mujeres víctimas de violencia, así como su reinserción familiar y social.

“También lograr la adecuada sensibilización y capacitación de todos los profesionales y actores sociales involucrados, así como su integración para el afrontamiento a las múltiples aristas de la VBG.

“Además, establecer programas que incorporen la promoción de nuevas masculinidades y la atención y rehabilitación de los hombres ofensores, así como protocolos que garanticen el cuidado y autocuidado del personal que trabaja en el ámbito de la violencia, grupo vulnerable por los impactos que el trabajo continuado con el dolor humano y el daño a la integridad física, psicológica y moral de las personas puede provocar sobre la salud general y el bienestar”.

Comparte en redes sociales:

Un comentario

  1. Es muy importante y delicado este tema existe la creencia de que no se maltratan mujeres que esto solo ocurre en personas de bajo nivel cultural y social no es cierto esta demostrado que las mujeres somos violentadas todos los dias de este mundo y no solo ficicamente verbalmente tambien que esta violencia es mas peligrosa porq es dificil de provar y siempre te hacen sentir culpable a ti tenemos q tener una gran fortaleza y autoestima porq el maltratador es lo primero que dstruye no a la violencia fisica y mental GRACIAS GRACIAS POR TODO LO Q HACEN EN FAVOR DE ESTAS PERSONAS SALUD YVENDICIONES PARA ESTE NUEVO AñO 2023

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos